En cuatro días se registraron 50.000 personas entre visitantes, invitados y expositores. En 2019, última vez que la exposición se había realizado de forma presencial y con un día más de duración, hubo 35.000.
Luego de dos ediciones que debieron hacerse de forma virtual (2020 y 2021), con todas las limitantes que eso implica, este año Expo Melilla brilló en todos los sentidos posibles. Llegar fue suficiente para darse cuenta de que el área fue mucho mayor a las anteriores, y al recorrerla quedó claro que también el número de expositores había crecido significativamente. A su vez, cuando el visitante se interiorizaba con la programación era difícil elegir entre tanta variedad calificada.
A diferencia de año anteriores, la exposición se llevó a cabo en cuatro días y no en cinco, este año desde el 31 de marzo al 3 de abril. Para conocer la evaluación que sus organizadores hicieron el día después, La Mañana entrevistó a Andrea Galeano, jefe de Exposiciones de la Asociación Rural del Uruguay, quien expresó su conformidad aunque aclaró que siempre hay cosas para mejorar.
“La Expo Melilla llegó a la 11ª edición, comenzó siendo muy pequeñita pero ya logró formar parte del calendario de los productores y de las empresas. Es una exposición que la gente espera y este año fue la mejor de todas las que habíamos armado”, expresó.
“Fue la mejor porque creció en cuanto a tamaño, en cuanto a la cantidad de empresas que acompañaron, tuvo un crecimiento de más del 25% tanto a nivel de empresas como en cuanto a marcas y como cierre final el público con 50.321 personas entre visitantes, invitados y expositores. Realmente nunca habíamos tenido tanto público”, subrayó.
Que hayan sido cuatro días implicó concentrar todas las actividades que incluyeron charlas técnicas, muestras dinámicas, módulos técnicos demostrativos, actividades con caballos, muestras de diferentes especies y diferentes razas. “En un mismo lugar pasaron muchas cosas y actividades”, atrayendo a un público variado interesado en uno o varios de los eventos ofrecidos.
Galeano destacó el nivel de las empresas participantes, pero también del público. De esa forma los visitantes ven la calidad de lo que se exhibe, pero las empresas también evalúan el tipo de público que se convoca. “Llegan productores de todo el país, es el público objetivo de las empresas que participan en la Expo Melilla, y el público toma contacto con la tecnología, la maquinaria en funcionamiento. Este es un lugar para hacer negocios”.
Un lugar con perfil familiar
Uno de los aspectos a detallar es la presencia de familias. Expo Melilla logra integrar a varias generaciones y eso suma al perfil de la exposición que además de ser adecuada para conocer la tecnología y hacer negocios también es “un paseo familiar” apto para que los más chicos encuentren su lugar.
Al recorrer el predio era frecuente ver a niños sin sus padres en la cercanía inmediata. Galeano dijo que eso también se ve en la Expo Prado aunque las características de una y otra exposición son diferentes.
“En Melilla como en el Prado tenemos el sistema de seguridad por el cual ningún niño pasa las puertas de la exposición hacia afuera si no está acompañado de un adulto. Somos muy cuidadosos en todos esos detalles” que hacen a la seguridad y la tranquilidad de todos. “También el tipo de exposición ayudó a que los productores estuvieran distendidos y que los niños disfrutaran libremente”, agregó.
“Ya estamos trabajando para 2023”
Consultada sobre cómo es el día después, la jefe de Exposiciones de ARU dijo que el martes 5 de abril ya tuvieron la primera reunión “para empezar a planificar el año que viene”. La evaluación de lo que pasó es positiva, pero “son muchos expositores que nos pidieron ampliar porque les quedó chico el lugar, y tenemos expositores nuevos que quieren participar el año que viene. Ya estamos trabajando para 2023”.
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