En la última semana del año se registra una “ola de calor particularmente compleja en el norte y litoral oeste, y con enero, el mes más cálido del año, es probable que esta situación persista”, dijo el meteorólogo Gabriel Labrador.
Debido al déficit hídrico en las últimas horas el ministro Fernando Mattos del MGAP, dijo que de no registrarse lluvias se deberá declarar la emergencia agropecuaria.
Consultado el meteorólogo Gabriel Labrador sobre la situación de Uruguay y la región, recordó que “hace 4 meses” La Mañana lo consultó “sobre las perspectivas de futuro respecto al tiempo atmosférico”, oportunidad en que fue muy claro “en comunicar la situación que hoy se está desarrollando respecto a la falta de lluvias y altas temperaturas”.
“En el transcurso de los meses siguientes” a la entrevista de setiembre “se consolidó en el Océano Pacífico Intertropical la actual fase fría de ENOS (El Niño la Oscilación del Sur) conocida como La Niña cuyos efectos sobre el sureste de América del Sur, Uruguay, Paraguay, parte de Argentina y sur de Brasil son en general de lluvias por debajo de lo normal y altas temperaturas lo que en verano deriva en situaciones de déficit hídrico y eventualmente sequía”, señaló.
Pero “contrariamente a lo que sucede aquí, en el noreste de Brasil, La Niña produce lluvias por encima de lo normal”, además de que “existe otro fenómeno tradicional del verano conocido como la Zona de Convergencia del Atlántico Sur (ZCAS)” que es “un canal de humedad traída del mar formado por la convergencia de vientos en niveles cerca de la superficie que tiende a estacionarse sobre el sureste de Brasil, provocando abundante nubosidad, intensas lluvias e inundaciones durante días”.
Este año, “la ZCAS por efecto de La Niña y de significativas anomalías térmicas en el Océano Atlántico se instaló en forma anómala, más al norte, sobre el Estado de Bahía ocasionando una situación de catástrofe climática que continúa afectando esa región de Brasil mientras la sequía persiste en los estados del sur”, observó.
Respecto a La Niña, Labrador dijo que “según pronósticos recientes del Instituto de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI-Universidad de Columbia N.Y.) se espera un declive del fenómeno a partir del trimestre febrero-marzo-abril, por lo que es de esperarse retornar a un comportamiento climatológico normal de las variables meteorológicas a partir de marzo”.
Altas temperaturas en Uruguay y su impacto en la ganadería
En lo que refiere a Uruguay, Labrador señaló que “las altas temperaturas afectan al ganado provocando el estrés térmico, una sofocación del animal que le dificulta la respiración aumentando su frecuencia afectando la transpiración y la circulación sanguínea”.
A su vez “con el calor los animales comen menos y pierden kilos, afectando la condición corporal de los ganados, su productividad reproductiva y lechera, a lo que se agregan los problemas sanitarios que los veterinarios en campaña conocen bien como la acidosis”.
Para contrarrestar el calor, “en estos días es fundamental la sombra, casi más importante que el pasto, aunque por las faltas de lluvias hay menos campo natural y menos alimento”, y también “al verse afectados tajamares y aguadas, se suma otro factor limitante para la producción ganadera”, subrayó.
A su vez, “las altas temperaturas afectan también a la producción porcina ya que el cerdo es muy sensible a temperaturas superiores a 25ºC. En general, los rumiantes, porcinos y aves de corral son susceptibles a diversos problemas derivados del estrés térmico”.
Ola de calor particularmente compleja para la agricultura
Respecto a los últimos días del año, Labrador dijo que “esta última semana del año” presenta una “ola de calor que es particularmente compleja en el norte y litoral oeste, y con enero, el mes más cálido del año, es probable que esta situación persista”.
Así como la ganadería siente el impacto, también lo hace la agricultura para la cual “la falta de lluvias, su menor frecuencia, menor intensidad y una distribución espacial errática tiene en alerta al otro sector pujante de la economía nacional. Donde llovió el maíz de primera en etapa de floración se encuentra en buen estado, pero donde las precipitaciones fueron nulas o escasas ya se están secando las hojas basales”.
Otro efecto negativo de la ola de calor “con temperaturas de más de 40ºC” es el “efecto de esterilización del polen afectando la fertilidad para la formación de la mazorca”.
“Las siembras de maíz de segunda están demoradas esperando que se recupere la humedad de los suelos. Las sojas de primera y segunda entraron a tierra casi juntas y se encuentran en general en estado vegetativo ya que los productores conscientes de La Niña y sus efectos sembraron tarde para retrasar las floraciones. Las altas temperaturas con baja humedad relativa y días ventosos generan altas tasas de evaporación y evapotranspiración que resienten los cultivos”, subrayó.
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