El Instituto Nacional de Carnes (INAC), tal como lo conocemos ahora, fue creado por la Ley Nº 15.605 del 27 de julio de 1984 -aunque es el continuador de un organismo de igual nombre creado en 1967- y su objetivo es proponer, asesorar y ejecutar la política nacional de carnes en coordinación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, lo que le habilita ampliamente a accionar en todos los tipos de carne, principalmente en las etapas de industrialización y comercialización, sea en el mercado interno como en el externo.
Sin embargo, las circunstancias actuales han desdibujado esa tarea fundamental respecto al principal rubro de exportación que tiene nuestro país. En ese sentido el flamante presidente del INAC, Ing. Agr. Fernando Mattos, dijo a La Mañana que sin importar “los planes que tengamos hacia adelante, el desafío más importantes que tenemos es esta coyuntura muy compleja referida al impacto mundial del COVID-19 con todos los mercados alterados”.
“Sabemos que de nuestra producción más del 70 % se destina a los mercados externos, y la principal cadena productiva, comercial e industrial del Uruguay es la carne, y por lo tanto tenemos una alteración de los mercados externos, y también del mercado interno en la medida que la enfermedad afecta al país y al mundo en general”, expresó. Además por ser una enfermedad que “no tiene por ahora antídoto y la medida precautoria principal es la reducción del contacto personal y el aislamiento, todo eso tiene efectos serios en el consumo y fundamentalmente en el comercio”.
“Por un lado está el tema de la salud que es primordial en este momento, pero también están las consecuencias económicas, la caída del consumo, el comercio y la actividad conexa. Así que es bastante compleja la situación y estamos, apenas llegados al cargo de la responsabilidad, navegando en aguas muy agitadas, con muchas dificultades”, haciendo “gestiones intensamente a fin de atenuar el impacto que tiene esto en la actividad y las economía de las empresas”, señaló.
“En líneas generales hay mucho más chance de que un operario de la industria frigorífica se contamine fuera del ámbito laboral que dentro”
La parálisis total de la industria cárnica “no se va a dar”
Ante ese objetivo de disminuir lo máximo posible la afectación en la actividad y la economía, Mattos fue consultado sobre las medidas que podrían tomar los trabajadores de la industria frigorífica con lo cual se detendrían las labores afectándose toda la cadena cárnica. “Entendemos que eso no se va a dar”, contestó, y explicó que “por iniciativa del Poder Ejecutivo se contactó a las gremiales frigoríficas y a los gremios de los trabajadores nucleados en la Federación de Obreros de Industria de la Carne y Afines (Foica)”. Hay “preocupación por la situación” porque “estamos en una emergencia sanitaria y evidentemente que la prioridad es preservar la salud de los trabajadores, evitar los contagios en todo ámbito y en el laboral principalmente, y en ese sentido se tomaron una serie de medidas de contingencia a efectos de tratar de reducir las chances de que alguien se pueda ver afectado por su actividad laboral”.
Destacó que en los frigoríficos hay un manejo cuidadoso de la higiene y eso le da un plus diferencial. “En el caso de la industria frigorífica todos sabemos que hay una costumbre distinta, incorporada, porque se trata de un producto donde queremos alcanzar los niveles de excelencia e inocuidad, hay niveles de protección, equipamiento, higiene y esterilización de instrumentos, que ya son norma”.
“Lo que tenemos que hacer es asumir nuestra responsabilidad y darle la derecha en aspectos de sanidad y de manejo de la situación al MSP que es la única autoridad que puede determinar la conveniencia o no de una paralización. No tendría sentido paralizar un solo sector de la actividad en la medida que no obedezca a un plan general de la eventual toma de decisión de reducción de la actividad”
No obstante, por la posibilidad de contagio ante un patógeno que todavía es desconocido en su comportamiento, “se han extremado las medidas” además “de proveer equipamiento de protección adicional a los operarios, reducir los ritmos de producción con lo que se logra el distanciamiento entre los operarios, y al mismo tiempo que cada industria con sus características, programe la actividad evitando las aglomeraciones en vestuarios o comedores”.
Para eso se deben “alternar los turnos, para reducir los contactos entre las personas, y al mismo tiempo destinar un seguro por enfermedad especial para todos los grupos de riesgo que pueden ser más sensibles al contagio y la enfermedad”, señaló.
Por todos esos cuidados, el riesgo mayor de contagio de los operarios de la industria frigorífica no está dentro del ámbito laboral, sino fuera, aseguró el jerarca. “En líneas generales hay mucho más chance de que un operario de la industria frigorífica se contamine fuera del ámbito laboral que dentro” y a pesar de que “es cierto que hay cierta aglomeración” el empleado posee “equipamientos” y se rige por “las normas de higiene” con lo cual “es mucho menos probable que exista un contagio a nivel de industria, pero sí se puede traer de sus propios domicilios o del contacto social que estos operarios pudieran tener”.
Corresponde al gobierno “asegurar el abastecimiento” y “la actividad de aquellas industrias que quieran hacerlo y en contacto con sus trabajadores y sus sindicatos” porque “hay muchos trabajadores que quieren continuar trabajando y el gobierno va a asegurar la libre decisión de trabajar en el caso de que el trabajador lo decida”, sostuvo.
Por todo lo anterior, “la parálisis total no se va a dar y en general la mayor parte de las industrias no están de acuerdo a atender la propuesta elevada por Foica de una parálisis programada para Semana Santa”.
Asimismo Mattos dijo que “por los temas de abastecimiento y por los temas de salud de las empresas que en algunos casos tienen dificultades, el cese de la actividad no contribuiría” a dar soluciones.
Y desde el punto de vista de la salud de los trabajadores, que “es lo más importante, tampoco hay garantías” porque “nadie puede decir que si paramos 5, 10 o 20 días al final del período de paralización la situación epidemiológica va a estar mejor. Por lo tanto acá lo que tenemos que hacer es asumir nuestra responsabilidad y darle la derecha en aspectos de sanidad y de manejo de la situación al Ministerio de Salud Pública que es la única autoridad que puede determinar la conveniencia o no de una paralización. No tendría sentido paralizar un solo sector de la actividad en la medida que no obedezca a un plan general de la eventual toma de decisión de reducción de la actividad”, aseveró.
Que no falte la buena alimentación a la población
Para el Ing. Mattos un paro en la industria frigorífica “no es un buen ejemplo” para otras actividades productivas que continuarán trabajando.
“No sería un buen ejemplo que una rama importante como es la industria frigorífica paralizara sus actividades en el sentido de que hay otras parecidas que no lo podrán hacer, como es el caso de la industria frigorífica del pollo porque no hay como decirle al pollo que no siga comiendo y engordando, y la parálisis significaría la muerte y la pérdida de toda la producción que está en lo galpones de engorde”, dijo.
“Debemos asegurar la provisión necesaria porque la alimentación suficiente y de calidad para la población son un aspecto importantísimo para tener el grado de inmunidad como barrera primera de combate a la pandemia que estamos sufriendo todos”
Similar es el caso de la lechería, la agricultura y la granja. “Los tambos tienen que seguir ordeñando, las vacas no puedan parar de producir, hay que levantar y procesar la leche. Lo mismo en el caso de la agricultura porque estamos en plena cosecha de arroz y de soja, y también lo que se refiere a la granja que también deberá asumir su responsabilidad en cuanto al abastecimiento de la población”.
Es un tema de biología, pero también de que no falte la buena alimentación a la población. “Debemos asegurar la provisión necesaria porque la alimentación suficiente y de calidad para la población son un aspecto importantísimo para tener el grado de inmunidad como barrera primera de combate a la pandemia que estamos sufriendo todos”.
COVID-19, los dos efectos primarios a considerar
El presidente del INAC consideró que “hay dos efectos primarios” que se deben sopesar. El primero “que al caer la actividad económica va haber una menor recaudación por parte del Estado”; y el segundo, “tendremos un costo adicional para enfrentar esta enfermedad”.
A eso se suma que “el desequilibrio de las cuentas públicas es claro. Tenemos que partir de dónde venimos: la administración anterior entregó el país rumbo a la recesión, el crecimiento del año pasado fue de unos décimos de porcentaje del PIB, estamos estancados hace más de dos años y rumbo a la recesión, y con un déficit fiscal del 5 % en las cuentas públicas”.
“Tendremos unos meses por delante para superar estas circunstancias y después tendremos que hablar de todo lo que se refiere al día después de la enfermedad y cómo retomar la actividad económica”.
En ese sentido, “es importante que los efectos no sean tan nocivos para la salud y la economía de las empresas” y para eso “el gobierno está tomando medidas acertadas”, concluyó.
“La avicultura ha dado pasos importantes en todos sus niveles”
Mattos se refirió a la producción avícola que en los últimos tiempos ha demostrado un avance importante en cuanto a la calidad y la importancia que ese sector tiene como generador de mano de obra.
“En materia de producción y calidad, no tengo dudas que Uruguay tiene chance de ser un actor en la exportación” de carne de ave. “La avicultura ha dado pasos importantes en todos sus niveles, pero el problema hoy es de competitividad y de precios”.
“Nuestros costos de producción han mejorado, pero siguen siendo elevados y creo que es un tema de competitividad que tenemos que trabajar. En los próximos años la cadena avícola va a tener un rol importante como canal de exportación, trabajamos para eso”, continuó.
En ese sentido el INAC “tiene cosas para hacer, pero fundamentalmente hacia afuera. El país tenía una estrategia que deberá recalcular” hoy en función del coronavirus COVID-19.
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