El ingeniero agrónomo Guillermo Trajtenberg en su condición de asesor en materia agropecuaria del Directorio del Banco República (BROU), en entrevista brindada a La Mañana, informó sobre el tema y el trabajo de coordinación a realizar para contener el avance de la garrapata.
El avance de la garrapata, conocido en el ámbito agropecuario como “el ladrón silencioso”, tiene en estado de alerta a los productores. Las pérdidas anuales superan los 45 millones de dólares y los costos para su control o erradicación aumentan anualmente.
En Uruguay ocurren, en promedio, 3 generaciones de garrapata por año. La primera generación ocurre de agosto a noviembre, la segunda de diciembre a febrero y la tercera de marzo a mayo. Por lo tanto, se debe tratar cada generación aplicando los garrapaticidas en el periodo en que ocurren.
En sucesivos informes ha manifestado su preocupación por el avance de la garrapata y los perjuicios económicos que genera. ¿Cómo accedió a la información?
Si bien soy ingeniero agrónomo, hay un montón de técnicos que tienen conocimiento del tema y aportan información. Yo lo capté en trabajos hechos en el interior del país, procurando aprender, y con sorpresa decimos que la situación del norte es muy complicada. Hay una suerte de libertad responsable para tratar este tema, la garrapata se tiene que atender de forma coordinada, ya que si no se hace queda en la nada, es necesario coordinar los esfuerzos. En el agro a veces hay resistencia en estos temas, pero tenemos ejemplos como la aftosa. Los créditos que se han propuesto, si no vienen acompañados de algo no tienen sentido. Con todo esto, empezamos a hablar con veterinarios, sin querer refundar nada, pero está faltando un factor plan con consenso y darle para adelante, ya que los técnicos plantean soluciones, pero sin la obligatoriedad no va a funcionar.
En su opinión, esto requiere una coordinación, sin prevalecer los intereses personales, ¿es posible?
Claro, por ejemplo, yo mencionaba la teoría del juego en un bar: si todos vamos por el mismo objetivo nos anulamos, pero si nos coordinamos triunfaremos. En el interior hay cierta resistencia, lo que hace que muchos productores opten por productos que no están autorizados en vez de ir a las autoridades; muchos buscan atajos, pero con resultados peores. Hay que cambiar esa percepción con buenos programas.
Cuando hablamos de planes, el BROU ha tratado de articular con las intendencias la posibilidad de una emergencia agropecuaria. ¿Hay que tomar contacto con el problema para poder solucionarlo?
Los ejemplos son varios, está demostrado que si no se hace algo esto empeora muchísimo. Hemos sabido de casos en otros países en donde realmente es muy complicado, la línea actual no es suficiente. Es necesario hacer llegar al gobierno que tiene que hacer algo, después, sobre cuál es el plan hay diferentes opciones, pero el primer paso es reconocer que tenemos un problema.
¿Qué daño económico genera en la producción la presencia de la garrapata?
Ese es un aspecto que, si bien se manejan números al barrer, se estima que es de 45 millones al año, pero se maneja hace mucho tiempo y no contempla los inconvenientes como las muertes directas y los problemas operativos que la garrapata afecta. Debemos tener en cuenta la peor performance de los animales, generando acciones por productores.
¿Tenemos tecnología para poder combatir?
Aprendí más de garrapata de lo que sabía siendo productor. Hay tecnologías, pero es complicado y tiene muchas aristas, pero tenemos que ejecutarlas coordinadamente, dar y dar producto genera resistencia. Hay un montón de cosas para hacer, pero con coordinación. Algunos dicen que tampoco sería posible hacer eso, pero hay medidas alentadoras como lo que producen en el Pasteur, siendo además invento uruguayo. Hay tratamiento con hongos en Argentina, son cosas nuevas que ayudan.
¿Llega el momento de proponer o imponer medidas?
Eso es algo que no gusta y sobre todo en el campo. Las personas del campo son más desconfiadas por no tener tantos servicios, es un tema de voluntad. Los principales afectados son los productores, hay medidas inefectivas. Si no hacemos las cosas coordinadas es como ponerse un revólver en el pecho. Hemos hecho sugerencias sobre esto para tratar de incluir a la totalidad de los productores, como baños móviles para quienes no tienen posibilidad de acceder a créditos. Serán para zonas rojas y rotativas, sobre todo en lugares en donde hay multi resistencia. Tenemos que buscar ciertos beneficios. La idea es que no sea solo una imposición, sino que esta tenga beneficios y que en lugar de alejarse son acerquemos.
¿La zona fronteriza con Brasil es la que genera mayor preocupación?
Exacto, del otro lado no podemos controlar y hay mucha garrapata. Predios que están en la frontera usan principios activos no autorizados. Nos golpeamos el pecho por carne de calidad, pero si hay residuos nos pueden bloquear la venta.
¿Qué rol juega el Banco República en la posible solución del problema?
En lo personal estoy asesorando en temas agropecuarios y el banco ha tenido un rol muy activo, de hecho, empuja sus atribuciones hacia los límites. Muchas autoridades recorren y tienen un rol muy bueno, pero necesitan acompañamiento. Es un poco lo que tratamos de hacer.
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