Uno de los temas planteados por el equipo de Juan Castillo fue “negociar como cadena láctea, incluyendo en los acuerdos de los trabajadores de la industria al personal de los tambos”, lo que fue rechazado por los productores: no hay que tocar lo que funciona bien.
Las gremiales lecheras se reunieron con el futuro ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo. El encuentro se realizó el 28 de enero en la sede de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL).
Uno de los participantes fue el productor Justino Zavala, de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC). La Mañana consultó a Zavala sobre el tenor de la reunión y dijo que se gestó luego de las declaraciones de Castillo tras reunirse con la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) el 21 de enero.
Castillo y el sindicato lácteo intercambiaron sobre los conflictos vigentes y en particular en Colme. Dijo que finalizado el encuentro, el futuro ministro “dijo muchas cosas inexactas, entre ellas que hay más leche, menos empleados que cobraban lo mismo y que alguien se estaba quedando con la ganancia”.
Esas expresiones “causaron la reacción de todas las gremiales, porque eso es absolutamente inexacto. Se pidió a Castillo una reunión y su respuesta fue rápida, concurriendo a la sede de la ANPL acompañado del futuro subsecretario, Hugo Barreto”.
“Se le aclaró cómo se forma el precio de la leche a los productores, cómo trabaja Conaprole, se le aclaró la situación de los productores, la pérdida de tambos en los últimos años y la desaparición de productores chicos. Hablamos de todo el panorama de la lechería, en una reunión cordial con mucha información. Habrá que esperar a ver qué sucede luego de que asuma, pero en principio se marcó que no se aceptan ese tipo de declaraciones” que desvirtúan la realidad.
Por otra parte, Zavala destacó que Castillo “es un hombre negociador, y eso es importante para alguien que estará en el Ministerio de Trabajo, porque se deben buscar puntos de encuentro”.
“La conflictividad en el sector es muy grande y no va a ser fácil, pero esperamos que no pase como antes, que cada vez que íbamos al Ministerio empezábamos perdiendo 2 a 1. Yo tengo la impresión de que Castillo va a imprimir a su ministerio una prédica negociadora”. En ese sentido, “sugirió una reunión con el próximo ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, antes del 1º de marzo, y se comprometió a gestionarla”, expresó.
Consultado sobre qué “impresión” le dejó el futuro ministro, Zavala dijo que “más allá de las diferencias que existen en la forma de pensar y de la visión del país y la sociedad, yo creo que Castillo hará un ministerio para poder dialogar. Pero en la cancha se ven los pingos”.
No cambiar lo que funciona bien
Otro de los temas que estuvieron planteados fue la situación de Coleme, ante la cual Castillo “marcó una postura un poco más dura, diciendo que la cooperativa tomó medidas antisindicales. Dijo que se podía entender la crisis, pero no que sacaran a todo el sindicato”, un tema en el que los productores “no entramos porque como gremiales no tenemos toda la información de primera mano”, señaló Zavala.
No obstante, “sí manifestamos que la alteración sindical es lo que va a conducir al cierre de la empresa, y que es la directiva de Coleme la que está tratando de no cerrarla” para no hacer otra Pili, en referencia a la industria láctea de Paysandú que cerró el 30 de noviembre de 2018.
Asimismo, comentó que la delegación que acompañó a Castillo “planteó que para el sector sería bueno negociar como cadena láctea, o sea incluir los acuerdos de los trabajadores de la industria con los peones rurales y el personal que trabaja en los tambos”.
Frente a esa propuesta, “nosotros dijimos que estamos totalmente en contra”, explicó Zavala, porque “en la industria está muy mal la relación y reconocemos que hace muchísimos años que venimos con serios problemas. Habrá que buscar la fórmula para resolver eso y estamos todos de acuerdo en que hay que dialogar todos juntos”.
La realidad de los tambos “es totalmente contraria” a la industria. “No tenemos problemas con el personal, los productores se llevan bien con sus empleados porque trabajamos juntos todos los días. Claro que siempre hay algún caso, algún problema, una protesta o demanda, eso es normal y toda la vida existió, pero meter la negociación de los tambos con la negociación de la industria lechera sería un desastre. No se puede mezclar algo que anda bien con algo que anda mal, así no funciona”, aseveró. “Hay que arreglar lo que está mal, pero no tocar lo que está bien; aquello que funciona bien, hay que dejarlo así”, insistió.
“Nunca se encaró el problema de fondo”
Respecto a los sindicatos de la industria lechera, particularmente el de Conaprole, el entrevistado dijo que es un tema “muy complicado” y que arrastra “una relación que viene mal desde hace muchos años. Capaz que llegó a estar así porque se le permitió estar así”, con los “sucesivos directorios de Conaprole que no han sabido resolver el problema y algunos ni lo encararon, simplemente discuten a ver quién gana en cada discusión, pero nunca se encaró el problema de fondo, tampoco se está encarando ahora”, consideró.
“Es un tema muy delicado que en definitiva se traslada al precio de la leche, porque cada vez que la empresa pierde eficiencia repercute en todos”, además de que suceden cosas que son “difíciles de entender, como lo que pasó con la máquina de envasados de UHT que se instaló hace más de dos años. El dato que tengo es que todavía no se firmó el acuerdo de cómo es que van a trabajar, y en caso de haberlo firmado tuvieron que pasar dos años”.
El problema está en que el sindicato quiere decidir cómo se debe trabajar, cuando la máquina está preparada para trabajar de determinada manera. “No se iba a echar a nadie ni cambiar la categoría. Pero el sindicato opina sobre cómo tiene que funcionar una máquina que viene del exterior y que es totalmente automática”, cuestionó.
Ese tipo de cosas “tienen que cambiar; tenemos ciertas formas de instalar el sindicalismo que terminan destruyendo las fuentes de trabajo” y por esa razón “Conaprole se vuelca totalmente a la leche en polvo y no quiere hablar de otros productos que capaz que le dan mayor rentabilidad, pero cuanta menos gente, cuanto menos mano de obra haya en el medio, más contentos van a estar todos porque siempre es un problema”.
Por tanto, también “el fondo del problema sindical fue conversado” con Castillo, quien “reconoce que hay un problema sobre el cual hay que trabajar”. De todas formas, Zavala aclaró que los productores no son quienes para decir cómo deben ser las relaciones laborales en la industria, no corresponde, “lo único que decimos es que cada vez que la industria deja de recibir un peso es menos dinero que llega al precio de la leche”.
Como evaluación final de la reunión, los productores en general entienden que fue una reunión positiva con un ministerio que dejó las puertas abiertas; “tenemos diálogo”, y cuando “realmente haya que trabajar veremos cómo se van resolviendo las cosas”, apuntó.
De Izaguirre vuele al Inale
Más allá de la impresión que le generó Castillo, Zavala dijo que ha escuchado al presidente electo, Yamandú Orsi, y los futuros ministros Alfredo Fratti y Gabriel Oddone, de Ganadería y Economía, respectivamente, pero no ve una señal clara para el sector lechero: “Sinceramente no sé qué línea llevará el gobierno, porque para el sector agropecuario en general y el lechero en particular, no hemos visto ninguna señal”.
El viernes 31 se conoció que Ricardo de Izaguirre estará al frente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), sobre quien Zavala dijo que se trata de “una persona que conocemos desde hace mucho tiempo” y valoró su carácter dialoguista.
En los últimos años “el Inale no ha andado todo lo bien que debería, nos faltó mucho para llegar a ser lo que queremos”, pero De Izaguirre “tiene una impronta muy particular, conoce muy bien el instituto porque fue presidente por siete años, es productor de Florida, nos conoce muy bien a los productores y tiene toda una historia de vida dentro de la lechería. Yo lo valoro muy positivamente”.
Castillo: los problemas en la industria repercuten en todo el sector
Luego de la reunión con los productores, Castillo dijo que fue “para conocer la realidad de cada uno” de los sectores del trabajo nacional y que con algunos de los representantes de las diversas áreas de trabajo se volverá a reunir antes de marzo.
Reconoció que “la industria láctea es una de las principales”, y es importante “cómo se fomenta, desarrolla, y cómo Uruguay consolida empresas más fuertes que generen trabajo con mayor calidad, relaciones y condiciones laborales”, lo que también vale para la ganadería.
Eso “no se hace solo con buenas intenciones, se hace si estamos dispuesto a trabajar para que eso ocurra. Y ese fue el sentido expresado por los productores lecheros, que nos explicaron su trabajo, sobre lo que tomamos nota”.
“La materia prima con la que trabajan los productores es perecedera, es importante ordeñar y que esa leche vaya rápidamente a la industria para su procesamiento” en cualquiera de los productos que Uruguay elabora. “Esa cadena no se puede cortar y hay que dar las garantías para que así ocurra”, subrayó, y concluyó: “Cada vez que hay algún problema con la industria se está generando un problema a todo el sector”.
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