“No es poca cosa que una institución como ACA haya conmemorado los 75 años, manteniendo plenamente la vigencia de los fundamentos que motivaron su creación”, dijo el productor con 45 años de actividad en el sector.
El arroz “tiene fortalezas y debilidades”, y de esas fortalezas destacó “el riego, con lo cual se supera una de las peores adversidades que sufre la agricultura de verano en Uruguay, que es la irregularidad pluviométrica”.
Además, “el arrocero es el único sector que tiene un seguro mutual para los daños del granizo” el cual se contabiliza toda la pérdida de la zafra y se prorratea las pérdidas entre todos los productores, “es un sistema que demuestra el grado de solidaridad del sector”, valoró.
“Pero también tiene grandes debilidades, por ejemplo que carece de los subsidios” que sí gozan los productores de otros países. “La mayor debilidad que ha generado las crisis que se repiten cada 15 o 20 años es el mal manejo del tipo de cambio cuando deriva en atraso cambiario, que altera los costos de producción de un producto del cual somos tomadores de precio”.
En otro orden, resaltó la integración del sector con la participación de productores, la industria, el Estado y la investigación. Una de las responsabilidades de la Directiva es “negociar en cada zafra el precio del arroz con la industria exportadora” con lo cual “se eliminan las principales tentaciones de especulación”. Esta negociación profundiza la “unidad en lo productivo que interactúa en la comercialización y la industrialización”.
No menos importante es la creación de la Comisión Sectorial que reúne a productores, industria y Estado con la participación de varios ministerios y el BROU. “Desde siempre el BROU ha sido uno de los principales pilares de la financiación del sector, y así se mantuvo hasta la crisis del 2002, pero en los últimos años ACA ha trabaja para que esa institución financiera retorne a la tarea de ser el principal apoyo del productor, independiente de quienes son asistidos por otros bancos o la propia industria”.
Consultado sobre sus mejores recuerdos, Hugo Manini se remontó a los años 2002 y 2003. En ese momento que el país y el sector padecía una de sus mayores crisis, “nos llega a ACA la propuesta de ser sede del Tercer Congreso Mundial de Arroz de Clima Templado y no vacilamos en aceptar el desafío”.
Al respecto contó que la invitación llegó en noviembre de 2002 y el congreso se realizó en marzo de 2003. “Como sede buscamos un lugar destacado que evocara la Ronda del GATT y elegimos el hotel Conrad (Enjoy). Planteamos a sus responsables que necesitábamos habitaciones, y el Centro de Convenciones del Congreso, pero les advertimos que no teníamos dinero para pagar los costos, y ocurrió lo que siempre en tiempos de crisis, la solidaridad. No nos pidieron ningún tipo de garantía, y nos facilitaron el servicio hasta que las condiciones financieras del sector arrocero se recuperaran”.
El congreso tuvo varias novedades como la participación del Dr. Yuan Longping el creador del arroz híbrido en China, y de un alto funcionario de ONU de origen vietnamita “que nos trajo la noticia de que la ONU decidió declarar al 2004 como Año Internacional del Arroz”, siendo esa la primera vez que se designaba a un cultivo para destacar a un año.
En los considerandos que expresó ante un plenario del congreso expectante destacaba “que el arroz es la principal fuente de nutrición, empleo e ingreso del mundo y culminó con un concepto para nosotros medular: ‘El arroz no solo posee la mayor sustentabilidad en la preservación del medio ambiente, sino que además también es imprescindible en la seguridad alimentaria y social de toda la humanidad’. Esa declaración nos llenó de satisfacción a todos”.
Coronando ese evento, “en el mes siguiente nos llega la noticia de que el precio del arroz había pegado un salto hacia arriba con lo cual se pone fin a una de las mayores crisis iniciada en el 2000”, finalizó el ex presidente de ACA.
TE PUEDE INTERESAR