En la actualidad el mundo vive una importante crisis alimentaria que, si bien plantea una coyuntura sumamente desafiante, tiene sus fundamentos en problemas estructurales en términos de la producción y comercio del sector alimentario y energético a escala global. No existen soluciones sencillas o inmediatas. Rusia y Ucrania y su zona de influencia tiene una importancia enorme en la producción y el comercio de alimentos, energía y fertilizantes, y es difícil encontrar proveedores sustitutos por las capacidades únicas de estos países. La situación de escasez y suba de precios, afecta especialmente los países más pobres y vulnerables. En un trabajo publicado el pasado 9 de diciembre de Georg Zachmann, Pauline Weil y Stephan von Cramon-Taubadel por el centro de reflexión Bruegel analizan este tema desde varias aristas. Nos interesa en particular conocer en detalle el mundo de los fertilizantes.
La mayor parte de los alimentos se consume localmente y se comercializa solo el 20% de la producción, por esta razón y ante la necesidad de atender la seguridad alimentaria, los gobiernos se justifican las fuertes intervenciones en términos de protección. Esto se retroalimenta y ante las dificultades en los suministros, el aumento de costos tanto productivos, como logísticos lleva a que los más dependientes y quienes tienen mayores dificultades sean los más perjudicados. La crisis alimentaria crea desafíos a corto plazo, pero sobre todo pone de manifiesto puntos críticos de los sectores alimentarios y energéticos mundiales.
Las soluciones y las alternativas no son inmediatas. Seguramente también en el 2023 continúen importantes problemas de suministros y se mantengan precios elevados y serias dificultades en el comercio agrícola, habiendo una exposición muy elevada de los países más pobres. Una dimensión no menor de este problema lo representa el mundo de la producción, el suministro y el comercio de los fertilizantes, un insumo fundamental para la producción de alimentos.
Precio de fertilizantes fuente de inseguridad alimentaria
El uso de fertilizantes, en particular el nitrógeno, el fosforo y el potasio, son claves en la producción de alimentos. Sin uso de fertilizantes no podría existir la producción de alimentos para la población mundial. Más que un problema de producción, el mundo tiene un problema en la distribución de alimentos. Hoy el precio de los fertilizantes ha pasado a ser la principal dificultad para su uso lo que genera importantes restricciones y aumento de costos en la producción de alimentos.
El comercio de fertilizantes está afectado por los precios históricamente altos, la dificultad en la disponibilidad de estos, la falta de suministros, y la imposibilidad de suministros alternativos en el corto plazo. A su vez, la baja en el uso de estos por superficie cultivada o por unidad de producción es un punto que se plantea como una necesidad en términos de sostenibilidad siendo uno de los principales desafíos ambientales en la búsqueda de bajar huellas, en los hechos no son procesos tan inmediatos y que tengan consecuencias que en la coyuntura actual no generen efectos aun peores.
Por ejemplo, buscar alternativas hacia paquetes tecnológicos que tengan mayor carga de bioinsumos y menos carga de nitrogenados no son procesos tan rápidos. La realidad tecnológica y el gran cambio en el aumento de la producción de alimentos ha sido parte de la producción en base al uso de fertilizantes.
Hoy el acceso a fertilizantes es uno de los componentes críticos de la seguridad alimentaria mundial y la solución no es inmediata. En el trabajo que mencionamos se destaca que “la tensión actual en los mercados de fertilizantes continúe afectando la seguridad alimentaria y la inflación durante los próximos tres a cinco años (Gro Intelligence, 2022b)”. Al respecto el trabajo presentado por Kuegel destaca que una reducción en el uso de fertilizantes en todo el mundo en un 1% podría causar un déficit del 0,4% en calorías. Parte importante de la seguridad alimentaria mundial hoy está dado por la realidad de los fertilizantes. Las posibles alternativas no tendrían consecuencias inmediatas y los mercados y sus distorsiones no garantizan que los esfuerzos que puedan hacerse incluso con búsqueda de alianzas mundiales lleguen a resultados.
* Economista
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