El recién designado presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Ing. Agr. José Bonica entrevistado en el programa Agroconexión de radio Oriental, contesta a jóvenes de todo el país y la región.
María García – conductora de Agroconexión (Montevideo): ¿Quién es José Bonica?
JB: Nosotros somos ingenieros agrónomos. Ambas familias, tanto mi padre como mi madre, vinculados al campo, rurales, así que, lógicamente, teníamos este destino en la vida, cosa que abrazamos con mucho gusto. Somos del litoral, vivimos unos pocos años en Salto y el resto de nuestra niñez en Paysandú. Cuando terminamos la facultad nos surgió la posibilidad de venirnos para el Este, a Treinta y Tres, a trabajar en el arroz y en la ganadería y ahí hicimos nuestra vida profesional. La Séptima Alta de Treinta y Tres, hoy es noticia por la falta de lluvias. Fuimos recibidos por el pueblo olimareño y nos sentimos uno más y nos sentimos encantados de estar acá.
Jonathan Velázquez – guasquero (Maldonado): ¿Cómo surgió INIA? ¿En dónde?
JB: INIA nació, hace justamente 30 años, en poquitos días hace fecha de la primera Junta Directiva. Antes, la investigación agropecuaria estaba centralizada en el Ministerio, en lo que se llamaba el Centro de Investigaciones Agropecuarias Alberto Berger, pero se vio, ante algunos cambios que se habían hecho, que no era todo lo exitoso que se pensaba, por eso se buscó ésta nueva manera, de cofinanciar, coparticipar y ser corresponsables, me refiero al Estado y productores. De ahí que ha ido marchando hasta ahora. Como todas las marchas a veces mejor, a veces no tanto, pero tenemos que recordar que INIA ha sido evaluado por organizaciones de fuera del país, han venido a evaluar cómo ha sido la investigación y si ha sido rentable o no y los resultados han sido positivos. Uruguay está en este camino, es exitoso, quiere perseverar. Los países que destinan recursos a la investigación son ricos.
Felipe Freire – licenciado en gestión agropecuaria (Montevideo): ¿Cuáles serán sus principales objetivos para con la Institución?
JB: Los objetivos son varios: primero, hacia la interna, interiorizarnos bien de las fortalezas y las debilidades de la institución y alinear todo para que sea lo más productiva y competitiva posible, es decir, que todos sus recursos estén alineados, en particular los recursos humanos que son los más importantes. Cualquier tipo de organización de cierta envergadura, no cabe duda, que lo principal es su gente y en ese sentido tenemos que trabajar. Nos vamos a entender rápidamente porque a muchos ya los conocemos y a otros los vamos a conocer en seguida. En segundo lugar, vincularnos a lo que es la generación de productos. Nosotros tenemos una misión, de que la investigación tiene sentido, en la medida que genere innovación: que se pueda utilizar por las empresas para producir más y mejor. En el caso de Uruguay, que es un país netamente agroexportador, también la investigación tiene la responsabilidad de dar información objetiva para mejorar la imagen del país en base a lo que son sus sistemas de producción, la preocupación por la sustentabilidad, por la ética en la producción. Creemos que la investigación colabora en el clima de negocios, mejorando y ayudando a que la imagen del país sea la mejor posible.
José Ignacio Lucas – licenciado en gestión agropecuaria (El Chaco, Paraguay): A su entender, ¿qué importancia tiene la investigación agropecuaria en el marco de la nueva normalidad?
JB: Es una linda pregunta en la cual, obviamente, estamos imaginándonos cosas. Sin dudas, el mundo entero, se está haciendo nuevas preguntas. Una de ellas, frente a la inquietud médica o sanitaria, un capítulo importante puede ser la alimentación de las personas. Veo que esto, en vez de ser una debilidad, es una oportunidad, tenemos que salir a promover las ventajas de los productos que exportamos pero además de los sistemas en los cuales los producimos. Uruguay debe de participar de los nuevos nichos de mercado. Estamos todos preocupados por la crisis pero también ahí surgen fortalezas y es posible que podamos promover nuestros productos, los consumidores finales están afuera del país.
Ebers Martínez – productor (Minas de Corrales, Rivera): ¿Tienen articulación con alguna otra institución? Debido a la situación sanitaria no se pueden hacer jornadas, ¿tienen pensado articular más?
JB: Tenemos una visión muy clara, la investigación por sí, si no llega a los usuarios finales no tiene sentido, o peor, se han generado recursos para generar información que después no llega a quien tiene que llegar, es pero porque se gasta sin provecho. Está claro que la investigación y la extensión tiene que ir de la mano, deben ser un equipo. Aclaremos que INIA es un instituto de investigación, es decir que la extensión no le corresponde. La extensión puede ser hecha, tanto por organismos oficiales, organismos privados, pero también por actores privados, por técnicos privados y también por los propios productores que se arrimen a INIA y después lo compartan con sus pares. Una vez que se generan productos de investigación, INIA debe de preocuparse por lo que yo llamo difusión, para que no surjan confusiones con extensión, la información tiene que ser de fácil acceso. Ésta crisis nos ha obligado a nuevas maneras de comunicación, estamos viendo que son muy útiles y productivas y muy bien aceptadas por todos. El público se siente más a gusto, lo concreto es que vemos que no necesitamos perder tiempo en trasladarnos para ir a las jornadas clásicas y que en horarios convenientes podemos recibir la información, además de estar todos aprendiendo. Esto hay que desarrollarlo y potenciarlo, hay que darle una buena producción para que sea atractiva, tiene que ser ameno, variado, con cierto tiempo para que se mantenga. Son estrategias que hay que conocer, dominar, aprender, respetar pero está claro que ésta es la nueva manera de comunicarnos y la tenemos que alentar.
Alejandro De León – licenciado en gestión agropecuaria (San Carlos, Maldonado): La pandemia del Covid 19 ha llevado a reinventarnos en todo sentido y aún más en los medios de comunicación. A INIA, sin dudas, lo ha llevado a plantearse nuevos desafíos.
JB: Sin dudas. Está claro que todos hubiéramos deseado que no existiera el Coronavirus, pero la vida es así, y una vez que viene tenemos que tener una visión positiva. Ante éste o cualquier otro inconveniente en la vida hay que tener una visión proactiva, positiva, aprender, innovar, actuar de una manera distinta a la tradicional porque los tiempos cambian y hay que adaptarse. Ahí está la diferencia entre los exitosos y los que no lo son tanto.
Alejandro San Román – estudiante de agronomía (Ciudad de Rivera): Me gustaría saber si está en sus planes promover la investigación junto a los productores en sus campos y en escalas comerciales.
JB: Creo que esto ya ocurrió, puede ocurrir y debe ocurrir. Está claro que trabajar junto a los productores es la idea, los productores, en la investigación, tienen también su responsabilidad. Es importante invitarlos a que participen porque todas las visiones ayudan. Se precisan dos tipos de investigación, una de ellas, muy controlada y eso debe ser realizado en las estaciones experimentales pero después hay otra etapa que es ponerla en situaciones reales comerciales. En el arroz, donde yo estoy más vinculado, es típico que los investigadores de arroz investiguen a algunos productores arroceros para probar ciertas cosas en sus chacras, ya sean variedades, manejos. Creo que no debe existir una competencia entre la investigación en la parcela y la investigación en una situación comercial sino que éstas se complementan.
Camila Ramírez – estudiante de agronomía (Isla Patrulla, Treinta y Tres): ¿Qué vías utilizan para trabajar en conjunto con los productores? ¿Cómo congenian lo nuevo con lo establecido, ya que existe el mito de que los productores, muchas veces, son agarrados a la antigua?
JB: Es interesante y tenemos que arrimarnos a donde están los productores, siempre hay que hacerlo. Existe un gran número de productores de distintos rubros y escalas en todo el país, donde se ve una variabilidad muy grande y distintas actitudes a innovar. Un mismo productor que sea agricultor, puede tener una expectativa, previa a la siembra, entonces se plantea un plan de negocios en el cual decide o no hacer ciertas inversiones porque va a ver rápido la respuesta. Este mismo productor, de este mismo establecimiento puede tener una actividad ganadera, por ejemplo de cría, entonces lo que haga hoy va a ver el resultado en un año aproximadamente. Aquí las expectativas pueden ser distintas y las actitudes de un mismo empresario, en negocios de distintos plazos, pueden variar. Entonces hay que tenerlo presente eso también y respetar la opinión de los productores, a veces esos que están agarrados a la antigua es un poco despectivo demás. Hay una versión al riesgo que puede estar o no justificada pero que la tenemos que conocer.
Ignacio Russi – ingeniero agrónomo (Batoví de Durazno): La extensión y la validación de las tecnologías se diluyen a medida que nos alejamos de los centros de investigación. Usen a los técnicos y productores para llegar más lejos. Será bueno también para la institución, porque se nutrirán de problemas nuevos a resolver. A las órdenes!!!
JB: Estas inquietudes las recibimos con mucho gusto, coincidimos. En la medida que actuemos como equipo y nos comuniquemos, a todos nos va a ir mejor.
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