Un estudio comparativo del ejercicio agrícola 2022/2023 versus 2021/2022 arrojó reducciones muy significativas de los ingresos económicos, asociado a la reducción de la producción, e incrementos en los costos de producción.
No solamente el déficit hídrico acarreó consecuencias negativas sobre las empresas ganaderas, sino que hubo un cúmulo de efectos que acompañaron este proceso adverso. Se destaca una importante caída en el poder de compra de estas empresas. Estos datos surgen del resultado del análisis comparativo que llevó adelante el Ingeniero Agrónomo Italo Malaquin del Instituto Plan Agropecuario sobre una unidad ganadera del noreste del país.
Su trabajo que se fundamentó en la formulación de una hipótesis donde los resultados económicos del ejercicio agrícola 2022/2023 fueron sensiblemente menores que los obtenidos en 2021/2022, se construyó sobre un análisis comparativo que llevó adelante el profesional. De este estudio se revela que a partir de octubre-noviembre 2022 comienza una profundización donde “había cosas que distaban mucho del ejercicio pasado”.
La propuesta fue presentada en la Asociación Agropecuaria de Artigas y tuvo como título “El efecto dominó y sus derivaciones en las empresas ganaderas”. Malaquin referente del organismo en los departamentos de Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo explicó que además de prestar atención a la magnitud del déficit hídrico, existieron otras variables novedosas que ocurrieron en las mismas unidades ganaderas “al mismo tiempo y todas negativas”.
Perdidas asociadas y simultáneas
A través del monitoreo satelital forrajero “constatamos que la producción de forraje de ese ejercicio agrícola estuvo entre 40% y 50% por debajo del promedio histórico”. Esta menor producción de alimentos para el ganado está fuertemente asociada al déficit hídrico. Pero además desde la primavera pasada y permanece en la actualidad, en el mercado operó una reducción de precios de entre 20% y 30% de todas las categorías de la canasta básica ganadera, vaca gorda, novillo gordo, cordero, oveja, lana, ternero y vacas de invernada.
Otro de los desencadenantes de esta combinación de efectos negativos que se produjeron en el periodo en cuestión fue el incremento de los costos de producción asociados a “una variación negativa del tipo de cambio” de más de 8% que pasó de U$42 por dólar a U$38. El profesional explicó que “por más que no haya habido inflación en algunos componentes en moneda nacional tal como pueden ser salarios, comestibles, BPS, contribución rural, seguros, patente, combustibles, etc.”, con esa variación negativa del tipo de cambio, “se necesitan más dólares” para hacer frente a la misma cantidad de bienes y servicios porque los ingresos del productor son en la moneda norteamericana. Con una variación negativa del tipo de cambio de más de 8,5% y una inflación positiva de 8,52%, la reducción del poder de compra de la empresa será del 17%.
El déficit hídrico de los últimos años fuertemente profundizado por la falta de lluvias en los últimos meses, que obligó a los productores a incrementar extraordinariamente los gastos en insumos en dólares. Sin disponibilidad de forrajes de campo natural para los animales, hubo que aumentar el uso de suplementos y de fardos.
También cayeron los valores productivos y económicos
Malaquin señaló que en los últimos 20 años en los cuales estuvo vinculado a la ganadería “nunca había visto que durante un ejercicio agrícola” hubiera un desencadenante negativo de un conjunto de variables sobre las empresas ganaderas. Explicó que generalmente existen variables de compensación donde “bajaban los precios, pero compensaba con el tipo de cambio positivo”, bajaba la vaca de invernada, pero existían negocios de exportación en pie que hacían compensar la reducción de algún componente de la cría, bajaba la lana, pero el precio de la carne ovina compensaba esa caída.
Las repercusiones del déficit hídrico también recayeron sobre la preñez de las vacas que en este caso en particular experimentó una caída del 9%. Y Además otros datos aportados por este trabajo indican que el peso medio de venta se redujo 13% (70 kilos), con menores precios, que trajo como consecuencia, reducción del valor medio de unidad de venta, que alcanzó una caída del 36%.
Este combo desfavorable medido en términos económicos puede resumirse en una reducción de la producción en un 32%, por menor peso medio de venta del 34% y una caída del peso medio del stock vacuno del 66% entre ejercicios agrícolas. Además, cayeron los ingresos de la empresa en el orden del 44% por menor producción y precios, pero a la vez los costos de producción aumentaron 29%.
Malaquin señaló que los guarismos de este ejercicio serán los más bajos de los registros históricos para la empresa que fue estudiada. La presente investigación fue impulsada para dar a conocer todos los efectos relacionados con el déficit hídrico. “Fue tan impactante que, si tú miras los grandes titulares, estaban focalizados en el efecto del déficit hídrico” pero no hubo análisis sobre el conjunto de otras variables económicas que también afectaron los resultados productivos y económicos alcanzados.
Para el profesional esta película aún está lejos de finalizar. Las precipitaciones llegaron recién sobre mediados de marzo, las secuelas del déficit hídrico continuarán, como proceso que comenzó hace bastante tiempo. “Vamos a recorrer cuatro meses donde gran parte del país estará con escasez de forrajes disponibles en los sistemas ganaderos”, escenario que seguirá afectando sobre el estado de los animales y por ende sobre las economías de las empresas.
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