La Federación Rural emitió una declaración en los que aborda quince temáticas, una de ellas refiere al “creciente avance” de la forestación, la que considera constituye una “competencia desigual por arrendamientos de campos, forestándose áreas que históricamente fueron agrícolas”.
Ayer se conoció la declaración final del Congreso de la Federación Rural la cual consta de quince puntos en los que se aborda las principales preocupaciones de las federadas, reclamos y sugerencias.
Las temáticas abordadas refieren a temas tan variados como la inseguridad, la “grieta entre el campo y la ciudad”, el cuidado del medio ambiente, sanidad animal, el control de capim annoni, mejorar la competitividad, bajar el precio de los combustibles, los seguros agrícolas, el avance de la forestación, tenencia responsable de perros, el buen funcionamiento de instituciones fundamentales como INIA, IPA y SUL, inclusión financiera, mejorar el funcionamiento del SNIG, atender y solucionar las inundaciones en el norte de Rocha, y generar una política de Estado para el desarrollo rural con un mejor funcionamiento de las Mesas de Desarrollo Rural.
En materia de seguridad la Federación Rural declaró que “sigue siendo” un tema de “preocupación constante la seguridad rural y el abigeato”. Agrega que ve “con expectativa” las modificaciones que se presentan en la Ley de Urgente Consideración (LUC) con la creación de la Dirección Nacional de Seguridad y recomponer el personal policial en la campaña “con quienes deberíamos coordinar las acciones para combatir el abigeato y preservar la seguridad de la población rural”. “Preocupa –dice- la benevolencia de las condenas a los que cometen abigeato y nos da la sensación de que se consideran como delitos menores”.
La Federación Rural se compromete a seguir “trabajando para fortalecer las instituciones, pero por sobre todo a nosotros nos compete fortalecernos internamente”, buscando “una debida comunicación de nuestras acciones, procurando acortar la grieta creada entre el campo y la ciudad”.
Respecto al cuidado del medio ambiente, expresa su preocupación y lamenta que “muchas veces se nos quiere hacer únicos responsables del mal uso del recurso”, cuando en realidad se ha trabajo en la “concientización”, lo que está generando mejores “prácticas en el uso de los recursos naturales”. Sobre el agua responsabiliza al Estado, particularmente a la OSE “por el continuo vertido de efluentes, sin tratamiento adecuado” y el “manejo de las represas” que realiza el ente.
La sanidad también preocupa a las federadas por lo que insta al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca a que “mejore las políticas” de control de garrapata, piojo y sarna, además de erradicar “enfermedades prevalentes, brucelosis y tuberculosis, para lo que creemos fundamental que se jerarquicen las Codesas y Conahasa” (Comisiones Departamentales de Salud Anima y Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal, respectivamente).
En cuanto al control de la mosca de la bichera considera “muy importante impulsar la idea de una proyecto nacional” de su control, así como “habilitar un cuarentenario en Artigas para facilitar la exportación en pie hacia Brasil”.
“Es necesario controlar la malezas en los caminos, poniendo énfasis en el combate al capim annoni”, afirma.
Por otra parte, la mejora de la competitividad es “un reclamo permanente” del sector productivo, para lo cual hay que “solucionar el problema del endeudamiento, la inversión y la productividad, con la consecuente creación de fuentes laborales”. Reclama “un alivio fiscal, no incrementando impuestos ciegos, como al patrimonio, o eliminando el 1 % a la venta de semovientes, pero por sobre todo ajustar los costos del Estado y seguir negociando los aranceles” de exportación buscando reducciones en los mismos.
Siguiendo la línea de lo anterior, “es fundamental bajar los precios de los combustibles” en cuando éste es un “insumo fundamental para la producción y el transporte de la misma”. La Federación Rural entiende que la desmonopolización de Ancap “hubiera sido la mejor solución” porque “fuerza la competencia y a mejorar la eficiencia”. Agrega que “el agregado de biocombustibles, donde también se es muy ineficiente, determina precios aún superiores a cualquier competencia”.
Considerando que la agricultura “fue el motor del crecimiento del sector en los últimos años, se hace imperiosa la necesidad de contar con seguros agrícolas de rendimiento, que le den estabilidad al rubro”, en lo cual no basta con los privados “sino que requiere una activa participación del Ejecutivo”. Menciona la “necesaria rotación al cultivo de soja” en lo que el maíz, el sorgo y el girasol que resurge “tienen un papel importante”, por lo que hay que controlar plagas como cotorra y palomas.
Sobre la forestación, la Federación Rural señala que como consecuencia de las plantas de celulosa hay un “creciente avance” de la producción que se apoya en los “beneficios otorgados por el Estado”, los que “la producción tradicional no tiene”. Observa que hay una “competencia desigual por arrendamientos de campos, forestándose áreas que históricamente fueron agrícolas”.
“Otro problema que trajo este crecimiento es el riesgo de incendios”, lo que se agrava por la falta de cuarteles de Bomberos como es el caso de El Carmen.
“Nos preocupa la tenencia de los perros en forma irresponsable, que generan daños económicos y personales, sobre todo a pequeños productores en las cercanías de las ciudades y pueblos”, expresa la declaración, pero también manifiesta la “esperanza” por la creación del Instituto Nacional de Bienestar Animal que se encuentra en la Ley de Urgente Consideración y que será una “herramienta adecuada para solucionar este creciente problema”.
La Federación ve “con preocupación” cómo funcionarán “instituciones muy valiosas” como el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Plan Agropecuario (IPA) y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Deja en caro el apoyo a la “libre determinación de los productores y sus colaboradores, para optar en el uso o no del sistema de inclusión financiera”.
Considera el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG) como “una muy buena herramienta, a pesar de haber sido mal usada en algunos casos puntuales”. Por eso exhorta a que “los productores regularicen diferencias entre los stocks reales y del SNIG”.
En cuanto a las inundaciones que sufre el norte del departamento de Rocha, insta al Estado a atender ese “grave problema” que cada vez es “más frecuente”.
Y por último considera que el desarrollo rural “debe formar parte de una política de Estado, en la cual se debe incluir toda la problemática del sector” subrayando como “muy importante solucionar los problemas de movilidad y servicios”. Para eso las Mesas de Desarrollo Rural “son importantes como interlocutores”, pero deben “lograr la mayor participación de productores”.
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