Muchas de esas tecnologías son generadas en Uruguay y cuentan con el aval del INIA y del Plan Agropecuario, pero además sus resultados se ven en la práctica con buenos índices a pesar de las dificultades climáticas, dijo el Dr. Marinho.
El martes 29 de junio se llevó a cabo el clásico taller de evaluación de los diagnósticos de gestación vacuna, que concluyó con una tasa de preñez país del 76,4%, por encima del resultado 2020 (74,9%) y por debajo del 2019 (80,6%), pero se mantiene en el rango nacional. El peor año registrado desde que se realiza el taller fue 2009 con apenas el 59%, y el mejor 2013 con el 81,5% de preñez.
Uno de los expositores fue el Dr. Pablo Marinho quien presentó datos del noreste del país con énfasis en Cerro Largo, pero también de Tacuarembó, Treinta y Tres y en menor medida Rocha. Fueron 31.595 vacas analizadas de las que 23.412 resultaron preñadas, lo que corresponde al 74,1% de preñez, superando en casi 2 puntos el promedio histórico de esa zona que es del 72,5%, además de que está dentro del promedio país.
Marinho dijo a La Mañana que una de las cosas que más observa es que “los productores cada vez incorporan más tecnologías, y así se ayuda a mejorar los porcentajes de preñez”, aunque el proceso de incorporación es “lento” y se realiza “desde hace años”.
Son tecnologías “avaladas por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Plan Agropecuario” y aunque hay “algunas que vienen del extranjero muchas de ellas son generadas en Uruguay por investigadores de Uruguay, por ejemplo la tablilla nasal, el destete precoz, la detección de la actividad ovárica, poner el ecógrafo en la mitad del servicio que es lo que llamamos la DAO (Detección de Actividad Ovárica) o monitoreo de entore, lo que permite ver cómo están las vacas, cómo están sus ovarios, y cómo están los animales fisiológicamente”, explicó.
Sobre el monitoreo de entore dijo que “las vacas pueden estar en anestro, o sea que no ciclan, y puede ser anestro superficial o profundo”, que según sea el caso es el tipo de medidas que se toma. En el caso de ser profundo “hay que tomar medidas drásticas como sacarle el ternero, o sea hacerle destete precoz”, dijo. Pero en el caso de ser superficial se realiza “un destete temporario” que permite al animal “recuperar estado y empieza a ciclar”.
Retirarle el ternero y suplementar con una ración específica para el destete precoz, hace que “el gasto que la vaca tiene en la generación de leche pasa a activar el ciclo sexual”, puntualizó.
Importancia de alimentar bien las vaquillonas en el primer invierno
Las vaquillonas requieren otro tipo de tecnologías, lo fundamental es “darles de comer bien en el primer invierno para que tengan una mejor performance en el primer servicio”, y de esa forma “también se beneficia la vida de la vaca en toda su etapa reproductiva. Las vaquillonas manejadas de esa manera dan muy buen resultado”, enfatizó Marinho.
Hay productores que manejan las vaquillonas en el segundo invierno, cosa que “no es lo ideal” pero se pueden tener “un resultado bastante bueno”, y si ese lote se compara con vaquillonas que no tienen ningún tipo de manejo se nota la diferencia.
En resumen, “las vaquillonas suplementadas en el primer invierno dieron un 92% y las que no tuvieron nada 76%, son casi 20 puntos de diferencia”, por tanto “tenemos que apuntar a alimentar bien la vaquillona para que tenga un buen arranque. Además, a las vacas con cría hay que atenderlas bien con el ecógrafo a mitad del entore y tratando ese anestro posparto que es fisiológico. Son asuntos importantes”, subrayó el profesional.
En cuanto a los toros “es importantísimo revisarlos antes del servicio”. Marinho dijo que en su zona de trabajo está “bastante incorporado” atender a los machos, “más del 60% de los productores revisan los toros, y ese es un buen número para el país”, señaló.
“Es fundamental que el toro entre revisado” porque en Uruguay se pone un toro cada 35 vacas, pero si tiene buena capacidad se puede poner cada 60 vacas. Si falla un toro fallan todas las vacas que están con él, advirtió.
“Si tenemos los toros revisados, las vaquillonas bien alimentadas y las vacas de cría con tecnologías para sacarla del anestro, con eso estamos en un gran porcentaje de las tecnologías para preñar bien”, resumió.
Ajuste de carga
Otro de los cuidados que se deben tener es “ajustar la carga, o sea no poner más vacas que las que lleva el campo, y en eso inciden las precipitaciones porque un año con lluvias y con mucho pasto nos permite más cargas”.
“En primavera también se puede manejar altas cargas, pero en invierno hay que bajarlas, eso el productor lo sabe pero muchas veces no lo aplica, entonces retiene ganado para mantener stock, pero se complica con la preñez. El manejo de la carga es fundamental que se haga todo el año”, enfatizó.
Uruguay necesita preñar muchas vacas
Marinho dijo que “a pesar de la primavera y el invierno malo se logró un buen porcentaje de preñez, lo que nos indica que se está aplicando mucha tecnología y eso es bueno”, fundamentalmente cuando “creíamos que el porcentaje iba a ser menor a lo que resultó”.
Uruguay “necesita preñar muchas vacas para tener muchos terneros, producir mucho novillo, poder faenar, exportar y cuanto más se exporta más gana el país”, por eso “hay que aumentar la tasa de extracción que es aumentar la faena para lograr mayores dividendos para el país, eso se logra aumentando la preñez”, razonó.
Finalmente, dijo que los datos que se informaron en el taller fueron buenos y nos acercan a los 3 millones, pero aún queda por solucionar el 10% que se pierde entre el diagnóstico y el destete. “Si logramos bajar las pérdidas podemos mantenernos en 3 millones de terneros que es lo que precisamos para lograr una alta tasa de extracción arriba del 20%, para lograr buen nivel de exportación”.
Priorizar la ternera en el primer invierno
Leonel Aguirre es productor del departamento de Cerro Largo, maneja dos establecimientos criadores, uno en la zona de Ramón Trigo y otro en Amarillo, los que describió como “campos bien diferentes, el primero es muy plano, de bañados y muy húmedo, y el de Amarillo es un campo de sierras”.
“Ramón Trigo tuvo 78,6% (de preñez) y Amarillo un 72,3%. Nosotros no esperábamos mucho más porque los ganados venían sentidos” debido a las primaveras anteriores.
“Al principio no estaba muy conforme” con el resultado, “pero después de pensarlo fríamente” y analizar las dificultades que presentó el clima no fue un mal resultado, determinó.
Consultado sobre cómo lograr buenos índices de preñez a pesar de las adversidades climáticas, Aguirre dijo que trató de “priorizar la ternera, que ese primer invierno pase bien” y llegue a la primavera, el verano y al otoño siguiente “con buen desarrollo y estado, cosa que no se dio en los últimos 2 años” debido a las malas primaveras, lo que causó que los animales “resultaran más chicos de la cuenta, con un poco menos de desarrollo y eso no permitió lograr los resultados esperados”.
Por otra parte, dijo que la mayor dificultad de este año y el futuro inmediato es que se va a trabajar con vaquillonas que nacieron en una primavera seca y su primer año les tocó otra primavera seca, con lo cual “nunca tuvieron un momento de explosión de desarrollo” como se suele dar. Ante ese desafío “decidimos suplementar también a la vaquillona de sobreaño para asegurar la primavera que viene”.
Por tanto “este año vamos a suplementar dos generaciones”, y por otro lado “la vaca ultima cría que antes la engordábamos de un año para el otro es hacerle destete precoz de manera que el año en que nos dan su ultimo ternero salgan gordas, eso nos permite bajar una generación del campo cosa de acomodar mejor la vaca de cría”, comentó. Es una técnica que Aguirre comenzó a aplicar el año pasado con la primer seca, “no queríamos amontonar vacas viejas en el campo que iban a llegar al invierno no muy lindas y nos iban a dar problemas”.
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