Europa sigue sin recuperar y China que es el principal mercado para los tops y las lanas de Uruguay lleva más de dos años sin comprar, lo que muestra el tamaño de la crisis.
Central Lanera Uruguaya fue fundada en setiembre de 1967 a impulso de las cooperativas Unión Rural de Flores y El Fogón de Sarandí del Yí. Es una cooperativa de segundo grado, es decir que es una cooperativa de cooperativas socias que son las que eligen las autoridades y votan en las asambleas. Su principal negocio es la comercialización de la lana y del cordero pesado que recibe de sus remitentes.
“En ambos negocios tenemos un sistema similar de trabajo con toda la producción bajo contrato, es decir que el productor firma un acuerdo de entrega con una adhesión anual, en cada zafra, tanto en lanas como corderos, y tiene el derecho a un adelanto de acuerdo al tipo de lana y los animales” que inscriba, dijo a La Mañana Diego Saavedra, gerente general de Central Lanera. “O sea que la primer característica distinta es que todo es bajo contrato”, expresó.
Otra característica de trabajo es que “cuando el productor firma el contrato tiene derecho a un adelanto preestablecido”.
Respecto al mercado local como internacional explicó que el problema es únicamente por falta de demanda: “Esta es una crisis de demanda, no es un tema de precios ni nada, solo demanda”, con China sin comprar y Europa sin recuperarse, subrayó.
“En el mundo el sector atraviesa una crisis profunda que comenzó en mayo de 2019 con la guerra comercial entre Estados Unidos y China, después siguió la pandemia que continúa hoy. A su vez el mercado se divide claramente en dos partes, por un lado las lanas finas hasta 21 o 22 micras, y por el otro el resto” por encima de esa medida.
“Para las finas ha habido demanda y se han podido colocar” aunque la zafra pasada “los precios fueron desde muy bajo en agosto de 2020 con mejoras graduales”, pero “en el resto la demanda está muy baja”, señaló. “El principal mercado para los tops y las lanas de Uruguay es China que hace 2 años y medio que no compra, eso muestra la magnitud de la crisis. Nos quedamos sólo con la otra mitad del mercado que es el resto del mundo”.
En los dos últimos ejercicios cerrados, es decir la zafra 19-20 y 20-21, la exportación de tops del Uruguay fue más o menos la mitad de lo que tradicionalmente exportamos como país. Pero cuando se mira la exportación de lana “hay que separar los tops del resto porque sí hubo exportaciones de lana sucia o lavada, pero siempre muy concentrado en el sector de las finas o acondicionadas”.
Del otro lado del mercado está la lana Corriedale y cruzas “que es la parte mayoritaria del Uruguay, yo diría el 80% tomando de 22 micras para arriba, y al no estar China (el mercado) se muestra muy limitado, con una Europa que demanda poca cosa ya que el rubro allí está muy debilitado en gran parte por la pandemia”.
China tiene varias “nubes negras” y Europa sigue con la “demanda débil”
“En el corto plazo esa realidad va a seguir igual, pero es imposible hacer predicciones porque pueden pasar eventos absolutamente impredecibles que afectarían a favor o en contra”, dijo Saavedra.
Si miramos a China vemos que “aparecen varias nubes negras que se suman a esta situación ya difícil. Por ejemplo la crisis energética, la crisis del sector inmobiliario con Evergrande, la crisis logística mundial, la crisis de los contenedores y los fletes marítimos”, además de la pandemia que por las características del Gobierno de China, ante algún foco en cualquier zona del país, “puede cerrar regiones muy grandes con cuarentena absoluta y eso afecta el consumo y la economía”.
En Europa la situación no es muy prometedora como para esperar cambios en el corto plazo: “La demanda es débil porque aún está muy afectada por la pandemia, y están apareciendo nuevos brotes por lo que hay que ver cómo se da la famosa recuperación”.
No hay que olvidar que la lana es un producto de consumo suntuario y además está asociada a la ropa formal. “En una crisis económica lo primero que elimina la gente es el consumo suntuario, y cuando la gente está en sus casas teletrabajando y no hay reuniones todo lo que es vestimenta formal en el primer mundo está muy quieto”, dijo.
En definitiva “lo que está faltado es demanda”, insistió.
Para las lanas gruesas el panorama es más complejo: “En las gruesas de más de 30 micras la situación es muy grave porque aún a precios muy bajos tampoco allí hay demanda, y en el mundo hay un stock muy importante de ese tipo de lanas”.
Uruguay sigue guardando lana
Con esa realidad global, en Uruguay la lana se va acumulando. Nuestro país “no tiene estadísticas oficiales pero en julio antes de empezar las esquilas el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) estimó que había 25 millones de kilos en stock, eso es una zafra entera. Y fue en julio, ahora estamos a inicios de diciembre y por el ritmo de salida de la lana estamos acumulando más sobre esa zafra entera que ya estaba guardada, esa es la magnitud del trancazo de la comercialización”.
Ante ese panorama “la pregunta que debemos hacernos es cuál va a ser la duración y a qué niveles de precios vamos a llegar, pero no hay respuestas claras. Otras dos preguntas claves son ¿cuándo China volverá a comprar tops, y cuándo se va a recuperar la economía de Europa?, si tenemos esas respuestas sería más fácil decir qué es lo que va a pasar”.
El mercado dividido en cuatro empresas topistas
En el mercado quedan cuatro empresas topistas con peinaduría que producen y exportan tops: Lanas Trinidad, Engraw, Top Fray Marcos y Central Lanera, además de los exportadores de lana sucia, cuyos principales son Rantex, Estancias Pupo y Thomas Morton.
En los últimos años las industrias fueron cerrando y la explicación pasa por “menor producción de lana” y a su vez entramos en “un proceso de pérdida de competitividad muy importante que se acentuó a partir de la reforma tributaria de 2007”, además del “atraso cambiario de esos años que hoy continua”. Esos factores fueron “un golpe muy duro que hizo que varias peinadurías cerraran y todo lo que es cadena textil para adelante como hilanderías, tejedurías ya no existan”.
Con menos industria “Uruguay empezó a exportar más lana sucia” pasando del 10% o 15% de hace 20 años a exportar en el 40% o 50% de ahora “en estado natural y sin agregarle ningún tipo de valor”, detalló Saavedra.
Un dato positivo es que las cuatro empresas topistas con peinaduría se dividen el mercado de forma más o menos equitativa. “No hay ninguna empresa que compre más del 25% de la lana del país. Sí puede haber empresas que trabajen más volumen, pero eso es porque importan mucho”.
Esta semana Central Lanera cerrará la lana Merino
El gerente de Central Lanera, Diego Saavedra, dijo que se está terminando las esquilas con pico de entrada en las barracas. La zafra 2020/2021 “termino en julio y aún no la cerramos por las dificultades” que presenta el mercado, y con “un montón de esa lana sin vender”.
Sin embargo anunció que esta semana se cierra la zafra “para los productores exclusivamente Merino, pero para el resto hay que seguir vendiendo y cuando tengamos las ventas y un mercado formado también ahí cerraremos la zafra. Mientras tanto, los productores que han querido han cobrado los adelantes como forma de financiar sus gastos”.
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