El producto, a pesar de sus virtudes, nobleza y posibilidad de usos múltiples, continúa a un precio estable pero por debajo de los US$ 8.
En las últimas operaciones de agosto el precio internacional de la lana registró una caída de 1,6%, lo que significa una baja de 12 centavos respecto a la semana previa, cerrando el mes a US$ 7,39.
En el tramo final del invierno el kilo de lana tiene un valor menor al que alcanzó al comentar el año, cuando llegó a los US$ 8,16.
Justamente, en la primera semana de ventas de 2024 (del 8 al 12 de enero), el valor de la fibra ovina obtuvo por única vez en el año un valor superior a los ocho dólares, a la semana siguiente bajó a US$ 7,84 y desde entonces no pudo romper el techo de los ocho oscilando entre US$ 7,39 y US$ 7,84.
El informe del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) referido a las ventas de la semana pasada señaló que hubo bajas en los valores de todos los tipos y diámetros de lana: “Desde el primer lote el martes se hizo evidente que el mercado estaba en caída y la actitud de los compradores se mostró muy cautelosa”.
Las mayores correcciones fue para las lanas Merino, y las del tipo Cruza “se mantuvieron más estables”, dando “buen soporte de la demanda”.
Desde Australia, señalan “la falta de demanda como el factor determinante de la baja en los valores, algo que viene ocurriendo desde hace varios meses”.
El tipo de cambio también hace su juego, ya que el fortalecimiento de la moneda australiano “juega en detrimento de los valores en moneda local, generando más daño en el ánimo de los productores. Sin embargo, al análisis en dólares americano ayuda a amortiguar la baja en los precios”.
La semana pasada la caída de los precios “generó gran resistencia en los productores, con lo cual 11,9% de la lana en oferta quedó sin venderse, un porcentaje superior al de las últimas semanas. A raíz de la situación actual de precios muchos productores se resisten a vender, con lo cual la oferta prevista para la semana que viene es de 33.830 fardos”, concluye el SUL.
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