“Transcurridos 30 años de la ley y del fomento a este modelo forestal, ha llegado el momento de cuestionar y plantear de fondo el tema del Uruguay productivo que queremos”, dijo el Ing. Agr. Alejandro Michelena.
El viernes pasado la Asociación Rural de Tacuarembó (ART), institución perteneciente a la Federación Rural del Uruguay (FR), realizó una asamblea extraordinaria con el fin de tratar el proyecto de ley forestal que tiene media sanción y que está en el Senado.
El presidente de la institución, Joaquín Villagrán, dijo que en diciembre ya se había realizado una reunión a través de Zoom con la participación del diputado Menéndez, autor del proyecto en consideración parlamentaria, y del presidente de la FR, Julio Armand Ugón que expuso la postura de la Federación Rural contraria al proyecto, quedando pendiente la realización de una asamblea para decidir si la Rural de Tacuarembó tomaba posición o no frente a ese debate o cuál sería esa postura.
Esa asamblea se realizó el viernes y se resolvió “apoyar el proyecto de ley forestal”, y rechazar “por unanimidad” la postura de la Federación Rural” contraria al mismo y “solicitar a la Federación Rural que convoque a una asamblea de presidentes de Federadas para tratar dicho tema”.
Villagrán explicó que “la directiva de Tacuarembó no quiso tomar una postura que represente a esta institución en esta temática porque la consideramos de mucha importancia y aparte de eso ya vimos que habían diferentes tipos de opiniones y con muchos matices, por lo que creímos que deberíamos tener una instancia lo más democráticamente posible”. Por tanto “la resolución adoptada es de todos los socios, no se limita a la directiva y mucho menos a su presidente”, acotó.
En busca de una forestación más integrada a los sistemas productivos de Uruguay
El Ing. Agr. Alejandro Michelena Zaffaroni, que también es tecnólogo en desarrollo regional sostenible consideró que la importancia del proyecto de ley sobre la forestación que fuera presentado por el diputado Rafael Menéndez (Cabildo Abierto) y que cuenta con media sanción parlamentaria, radica en que pone a consideración de la ciudadanía un debate que la sociedad se estaba debiendo. La aprobación en Diputados y el debate que este año se llevará a cabo en el Senado obligará a que todos, los políticos, el periodismo y los ciudadanos, conozcan el tema y asuman una opinión de qué tipo de país productivo queremos. Aclaró que no está en contra de la forestación ya que él mismo posee un establecimiento ganadero y forestal con eucaliptus colorado, y que tampoco se trata de disminuir el área.
“A partir de la ley forestal de fines de los años ’80, esa actividad tuvo un fuerte apoyo desde lo público y logró consolidarse como un rubro importante de producción y exportación”. Fue “desde el corte de los subsidios del 2007” que la forestación “se extendió a otros suelos que no eran de prioridad forestal” utilizando para ello una “vía indirecta a través de los proyectos de menos de 99 hás. que no pasan por la Dinama (Dirección de Medio Ambiente), o por medio de la excepción se fueron instalando en suelos de otra calidad y con otro potencial”, explicó.
Mi posición personal es que la forestación “fue un rubro que hubo que apoyar para que se desarrollara”, pero “seguramente no estaba en el espíritu ni en el imaginario de nadie que el 80% tuviera como destino la celulosa, y el 70% del rubro estuviera en manos de dos empresas”. Por lo tanto, “transcurridos 30 años de la ley y del fomento a este modelo forestal, nos parece bien cuestionar y plantear de fondo el tema”, apuntó.
Por eso “veo con buenos ojos el proyecto de ley del diputado Menéndez porque básicamente intenta volver la forestación a aquellos suelos definidos como prioridad forestal y revisar esos suelos de prioridad forestal”.
Que la discusión en el Senado sea “amplia y profunda”
Michelena también ve “muy bien que a partir del proyecto de ley, el sector político y la sociedad entera le ponga la mirada y el pienso al modelo de desarrollo que a partir de la sucesiva reforma de leyes y decretos se ha ido gestando y ejecutando, para que todos veamos si eso es lo que efectivamente nos interesa como país”.
La forestación es “un modelo que concentra mucho extranjerización y genera en pocas manos un poder de negociación muy fuerte, como claramente queda evidenciado en el contrato de UPM2”, la pregunta es si queremos eso “o si en realidad el país tiene interés por desarrollar otros rubros que puedan arraigar más a la gente en el campo, que puedan distribuir la propiedad de la tierra que es un bien finito en el mundo y que da soberanía, además de generar valor agregado como pueden ser la carne o el arroz”, señaló.
El proyecto de Menéndez “recoge un poco las inquietudes de la Rural de Tacuarembó y de Un Solo Uruguay, de las que el legislador formó parte en su momento y ahora como diputado presenta este proyecto que ya tuvo 8 meses de discusión, la que seguirá en el Senado, esperemos que con profundidad y como política de Estado”, apuntó.
“Si la forestación tiene algo es que permite prospectar y proyectar lo que puede ser el país y el mundo en el cual las materias primas producidas de determinada manera, cuidando el medio ambiente, el bienestar animal y con impacto social positivo, puedan darle otro respaldo a una estrategia país”, comentó.
Con esa visión “apunto a que la discusión en el Senado sea en el más amplio sentido, con el respaldo técnico necesario, en profundidad y con la grandeza que requieren estas cosas, pensando en el bien del país primero y de sus habitantes por encima de las camisetas político partidarias”.
Una forestación “integrada a otros rubros”
Michelena opinó que ya es un hecho que la forestación “cambió y seguirá cambiando” la matriz productiva del país, y destacó que “una de las pocas cosas en que no hubo coincidencia en el panel realizado por Un Solo Uruguay sobre el tema y en el que participaron el diputado Menéndez y el senador Sebastián Da Silva (Partido Nacional) “fue sobre el horizonte que nos imaginamos si no cambiamos nada”.
“Para algunos es claro que si esto no cambia se apunta a un área importante de más forestación, y eso va a requerir la instalación de una o dos plantas más de celulosa para procesar el producido, pero otro camino es el de una forestación integrada a los demás rubros. Es en ese sentido que se necesitan orientar las políticas. Yo trabajo para una forestación más integrada en la parte silvopastoril, donde haya ganadería, lechería, que se use mejor la sombra y que haya beneficio y un ganar en el manejo del predio”, indicó.
En ese sentido expuso que la madera con fines no celulósico requiere de 13 o 14 años, y si un tambo logra “mantener la diaria y un cierre mensual, pero además cada tanto tiene por la forestación un ingreso extra, ese productor podrá hacer cosas distintas en su predio o dar un salto de calidad como la compra de una tierra contigua, o de una casa en el pueblo para que los hijos puedan seguir estudiando”.
Es “central” que la forestación se realice en los suelos adecuados
El Ing. Michelena dijo que “lo central” del proyecto del diputado Menéndez es que “la forestación se realice sobre aquellos suelos de prioridad forestal y que se requiera de las autorizaciones correspondientes a la hora de instalar un proyecto nuevo”, asimismo recalcó la relevancia del debate que en definitiva es sobre “el modelo de desarrollo que queremos y qué tipo de forestación para que colabore con ese modelo”.
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