En la zona de Catalán, a unos 50 kilómetros de Artigas por ruta 30, existen entre 20 y 25 yacimientos mineros de extracción de ágatas y amatistas, que desde hace varios años comenzaron a ser explotadas como atractivo turístico.
En los últimos meses el concepto de turismo responsable he ganado lugar en nuestro país, con variadas opciones de experiencias que se pueden disfrutar sin salir de la burbuja. Es el caso del safari minero.
Lans Signorelli es un operador turístico artiguense, Licenciado en Turismo y docente en la UTU de Artigas. Desde hace casi diez años se dedica a dar a conocer la actividad minera de piedras semipreciosas en la zona de Catalán.
En conversación con La Mañana, Signorelli contó que la propuesta de turismo minero surgió “como iniciativa del Centro Figari de UTU, donde trabajo, y desde allí con algunos estudiantes redactamos la propuesta. Intentamos acceder a distintos medios de financiación, cosa que no fue posible, pero no nos desanimamos y seguimos”.
Actualmente llevan nueve años desarrollando la propuesta de turismo minero, la ruta de las ágatas y las amatistas, “que en realidad es una propuesta que intenta transmitir de qué se trata esta industria, porque cuando se habla de la ganadería o agricultura la gente tiene noción, pero cuando uno se refiere a la minería todavía hay un desconocimiento bastante importante del papel que cumple esta industria para el departamento y para el país”, aseguró.
Vivir la experiencia de la minería
Cuando el visitante llega a Artigas lo primero que hace es recorrer la zona donde se les muestra la extracción a cielo abierto y en galerías o túneles, “para que puedan meterse dentro del túnel, visualizar los geodos (cavidades rocosas recubiertas de minerales) incrustados en las paredes, ver el periplo del minero hasta que logra darse con estos geodos y poder extraerlos enteros, que es el gran desafío que tiene la minería, no romper la piedra, para que cada pieza sea única, y por ahí pasa la rentabilidad del sector”.
“Incluso, hemos permitido a quienes nos visitan hacerse de su propia piedra. Muchas veces, por excavaciones dentro del túnel se mueven algunos escombros y la gente tiene la posibilidad de encontrar amatistas, ágatas, calcitas, jaspes, y ahí arranca una experiencia muy rica”.
Además, colocaron en el ingreso al túnel un geodo en particular que combina los tres minerales que se encuentran en la zona. Más allá de la recorrida, también está la posibilidad del registro fotográfico en distintas secciones del túnel.
“Después nos vamos al taller de lapidación, donde hay cuatro sectores, vemos lo que es el corte, el pulido, la clasificación, y el chispeo, que es un proceso de limpieza que se hace en los minerales, y además hay un sector de herrería”, añadió.
La siguiente etapa es en el showroom de ventas, donde están expuestas las amatistas gigantes, que está acondicionado para caminarlo, y hay una sección de venta. “Sabemos que es un producto que depende exclusivamente de la exportación, pero también con el turismo los talleres están recibiendo un ingreso, en la medida en que los guías hemos propuesto que se piense en un producto para nuestro público”, comentó Singorelli.
“Por último lo que nos parece importante como aporte del turismo, es llegar hasta los centros de artesanos de Artigas donde está la joyería, el souvenir y adornos en general. La idea es aportar al desarrollo del artesano, que tiene la dificultad a veces de acceder al material, pero hemos tratado de apoyarlos, y el visitante lo valora”.
Potenciar las propuestas turísticas al norte del país
Lans Signorelli consultado sobre la posibilidad de ofrecer una propuesta turística que abarque a varios sectores del departamento de Artigas, aseguró que “si bien ahora estamos en pandemia y la gente trata de esquivarle un poco a los free shops, por lo general es algo que interesa, ya que hacen 600 kilómetros para venir hasta el norte, pueden recorrer o incluso conocer el centro a través de los city tour que ofrecemos. Eso le genera al comercio, al transporte, a los servicios en general, que se vean favorecidos con el turismo minero”.
En referencia a los efectos de la pandemia en el público que reciben, el operador turístico dijo: “podemos hacer dos lecturas en cuanto a segmentos de mercado en la pandemia. Por lo general nosotros trabajamos con un público de los países vecinos y del Uruguay mismo. Diría que más del 60% es público nacional, y fundamentalmente proveniente del sur del país”.
“Por un lado tenemos el turismo interno, esa obligatoriedad que se dio a raíz del cierre de fronteras, que hizo que dejáramos de recibir las excursiones, que eran el grueso de la actividad. Entonces, si bien perdimos ese público de excursiones y además todo lo que era el trabajo con escuelas y colegios que es algo que nos gusta muchísimo porque es un público cautivo, por otro lado hubo un incremento en lo que son familias, parejas, grupos de amigos, la famosa burbuja”.
Aprovechar las riquezas norteñas
“No solo está el atractivo del tour minero, sino la posibilidad de otros centros turísticos en la zona como el Valle del Lunarejo. Cuando nos llaman ofrecemos las propuestas del Valle, y tanto nosotros como la gente del Valle ofrecemos al visitante la posibilidad de reservar ambos paseos”.
“Creo que somos bastante conscientes de que tenemos que trabajar unidos los operadores del norte, en pos de una experiencia turística satisfactoria, para que exista una publicidad boca a boca favorable. Sabemos que estamos en un geoparque muy interesante desde lo geológico y con gran diversidad de flora y fauna, si logramos elevar la voz podremos contar con infraestructura y más recursos humanos capacitados”, aseguró.
En el tour minero trabajaban regularmente entre 10 y 12 personas, pero a raíz de la pandemia no ha podido trabajar el grupo completo. “Por lo general, solemos estar todos cuando recibimos un ómnibus, ahí le preparamos más de un paseo, una comida, el hotel, los transportes dentro de la ciudad”.
“Queremos seguir trabajando con los dientes apretados, porque este va a ser un año que arrastra la pandemia, pero con el desafío de poder ir innovando y tratar de hacernos conocer para que el público no solo confíe que puede tener una buena experiencia cuando está con nosotros, sino que también la comunidad local pueda prepararse para ampliar o diversificar la oferta turística que actualmente tenemos. El objetivo es que podamos aprovechar de la mejor manera las riquezas que tiene el norte y trabajemos en conjunto”, concluyó Signorelli.
TE PUEDE INTERESAR