Pablo Perdomo, pesidente de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), destacó la solidaridad de las cooperativas agrarias que desplegadas en todo el país realizn una importante tarea de apoyo en el marco de la pandemia por el COVID-19.
“Como todos los sectores del país”, las cooperativas agrarias “atravesamos una situación compleja”, pese a lo cual “consideramos que no podíamos parar de trabajar, porque si hay algo que en una crisis sanitaria no pueden faltar, junto con medicinas, son alimentos de calidad”, dijo Perdomo.
En ese sentido recordó palabras de la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, quien expresó “que el motor de la economía nacional no podía parar”.
Conociendo la importancia del agro, las cooperativas afiliadas a CAF se centraron en “adaptar los protocolos de trabajo” durante los períodos de “siembra, cosecha, transporte de granos y atención al público”, con el fin de “asegurar la salud de los trabajadores y socios”, expersó el cooperativista y presidente de CAF en un post difundido en la web de la institución.
Como es de público conocimiento el aporte del sector agropecuario a la lucha contra el coronavirus ha sido destacado. Los medios de comunicación difundieron de forma masiva el aporte del sector hizo a través Campo Unido, un espacio que además de CAF también integran la Asociación de Cultivadores de Arroz (CAF), la Asociación Rural del Uruguay (ARU), la Asociación Nacional de Productoes de Leche (ANPL), la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) y la Federación Rural (FR). Ese aporte suma unos 100 millones de dólares. Sin embargo no ha tenido la misma repercución ni atención las iniciativas solidarias de las instituciones afiliadas a CAF.
“Desde hace más de 100 años la solidaridad es uno de los valores esenciales del cooperativismo”, y “en el territorio las cooperativas agrarias son referentes para su comunidad y actúan como usinas de desarrollo local”, por eso “no nos llamó la atención que espontáneamente surgiera este afán de solidaridad, a distintos niveles”, sostuvo Perdomo.
Solidaridad de “diversos tipos y alcance”
Esas acciones desplegadas por las socias de CAF tienen “diversos tipos y alcance”.
Por ejemplo, “tenemos cooperativas que organizaron colectas solidarias en sus supermercados para llevar a las ollas populares, y otras que donaron insumos y alimentos a comedores e instituciones comunitarias”, aseguró.
A manera de ejemplo Perdomo mencionó el caso de Calsal que durante todo el invierno donará arroz al Sistema Nacional de Emergencia de Salto; otra es Jumecal, que ha donado frutas y verduras a distintos comedores de los barrios Colón y Melilla en Montevideo; el establecimiento Vicca aportó jugos de uva para comedores escolares junto con la Intendencia de Canelones y el Sinae; Cariplal donó insumos de limpieza e higiene a trece escuelas rurales de San José; y Conaprole está donando leche en polvo a muchos comedores.
Además Copagran, Unión Rural de Flores, Cadol, Calmer, Sociedad de Fomento Rural de Colonia Suiza y Cradeco, realizaron una donación conjunta de 90.000 kilos de trigo al Fondo Solidario COVID-19. Ese trigo es molido, envasado y distribuido, también de forma solidaria por dos molinos cooperativos que son Florida y Santa Rosa.
A esos 90.000 kilos de trigo se suma el aporte de Fucac que “decidió comprar la misma cantidad de trigo que habían donado nuestras socias y hacer el mismo proceso para también donar al Fondo”, dijo Perdomo. De esa forma “el cooperativismo agrario aportó alrededor de 180.000 kilos de trigo para contribuir a atender a la población más vulnerable en el marco de la pandemia”.
Por otra parte, en estos dos meses, también se han dado casos de “intercooperación solidaria”, es el caso de la cooperativa Fucerep que “compró productos a nuestras socias Jumecal y Cava, también para donar”.
Finalmente, Perdomo dijo que para CAF esta situación, es “una oportunidad para fortalecer la cooperación con otras modalidades cooperativas” y eso “se mantendrá en el futuro”.