Este año las pasturas se presentan muy bien y con una “buena tasa de crecimiento”. Cabe esperar que “si el año sigue así vamos a tener buenos resultados en la producción de forraje y eso implica un buen año de producción de carne”.
Uruguay es un país agrícola ganadero, todos entendemos ese concepto que incluye a la producción de carne, leche, lana, oleaginosas y cereales. ¿Pero qué hay de las semillas finas y de los verdeos de invierno que son de mucha importancia para la producción pecuaria?
El Ing. Agr. Guillermo Rovira, productor semillerista con establecimiento en Treinta y Tres, explicó la diferencia entre las semillas finas y gruesas, y expuso sobre la importancia de los verdeos para la producción nacional.
“Las semillas finas son las de producción de pasturas para el ganado, las gruesas las que se usan para producir grano. El único destino de las finas es la siembra de pasturas, no tienen un destino industrial para elaborar raciones o aceite, solo pasturas para que coman los animales, pero las gruesas pueden tener varios destinos, para semilla y plantarla para producir grano, o pueden ir a la industria para producir aceite, harina y otros subproductos para la alimentación animal”, dijo.
También destacó su versatilidad: “Las pasturas se pueden instalar prácticamente en todos los ambientes, arriba de campo natural o de cultivos que se hayan cosechado”.
Actualmente “estamos en plena siembra”, en los campos arroceros se está sembrando pastura “para que los animales coman, igual con la soja donde ésta se ha cosechado, y también hay pasturas que se hacen directamente sobre campo”.
Los verdeos de invierno “se pueden sembrar en forma pura, ya sea raigrás o avena, y después se pastorea con los animales. O se pueden plantar mezclas que pueden ser leguminosas y gramíneas”, especificó.
El raigrás, la avena y la festuca son gramíneas. “La diferencia es que el raigrás y la avena son anuales, es decir que la planta vive un año. Se planta, produce forraje, luego semilla, se seca y muere”. La festuca en cambio “es perenne porque puede vivir 4 o 5 años. La planta se desarrolla, el animal la va comiendo pero ella no se muere” hasta que desarrolla todo su ciclo vital.
“Las leguminosas son otro tipo de pastura y aquí entran los tréboles y el lotus”.
Las gramíneas y las leguminosas “sirven para el pastoreo de los animales y cada una tiene sus características. La leguminosa tiene mejores niveles de proteína, producen un forraje de mayor cantidad, mientras que la gramínea produce más pasto, pero de menor calidad. Por eso se mezclan, porque con las gramíneas logro mucho volumen de forraje y con las leguminosas mejoro la calidad”, describió el técnico.
Las leguminosas, además, tienen “un efecto muy positivo como mejoradoras del suelo porque fijan nitrógeno que está en la atmósfera y lo incorporan mejorando la fertilidad”.
La opción que más utiliza Uruguay
Respecto a los costos, Rovira dijo que las semillas de raigrás tienen un costo de entre US$ 30 y 40 por hectárea, pero una pradera permanente de festuca, lotus y trébol blanco el costo puede ser de entre US$ 120 a US$ 130. “La diferencia es importante, pero hay que tener en cuenta que los US$ 30 del raigrás se tiene que amortizar en seis meses, mientras la pradera permanente en 4 o 5 años”.
Al costo de la semilla se suma la siembra, la fertilización y los herbicidas. “Sin dudas que el costo anual de una pradera permanente es inferior al costo anual de un verdeo. El tema está en que el verdeo produce forraje más rápido y en el primer invierno puedo sacar más producción de carne que en una pastura permanente”, puntualizó y aclaró que “no es que una sea mejor o peor, son opciones diferentes que se utilizarán en lugares diferentes” y según la realidad de cada establecimiento.
En Uruguay lo que más se ve “son los verdeos porque entran mucho en la zona agrícola. Entre soja y soja se planta mucho trigo, cebada o cultivos de invierno, pero también verdeos como cultivos de cobertura o de servicio, entonces hoy hay más verdeos que pasturas permanentes sembradas por año. Aún no están los datos de este año, pero en números gruesos se plantan unas 600.000 de verdeos y unas 300.000 hectáreas praderas permanentes”.
“O sea que en siembra anual los verdeos pueden ser casi el doble de área que las pasturas permanentes, pero en la pradera permanente tengo lo que se sembró este año, más el año pasado, más el anterior y el otro año. Por tanto, si miro el total de área hay más área de pradera permanente que de verdeo, pero por año se siembra más verdeo, lo que pasa es que la pradera dura muchos años”, observó.
Relación con la carne y la sinergia ganadería-agricultura
Por otra parte, Rovira dijo que el verdeo plantado en marzo antes de la cosecha de soja “puede llegar a producir en el invierno y parte de la primavera unos 200 kilos de carne por hectárea”, que llevados al valor del kilo del ternero que es US$ 2,40, son US$ 480 de ingreso bruto. Y si el costo de siembra de ese verdeo entre semilla, siembra por avión y una aplicación de urea es de US$ 120, el margen restante es U$S 360.
Debemos tratar de aprovechar la sinergia entre la ganadería y la agricultura” ya que ésta ofrece varias “ventajas”. Por ejemplo, “se puede hacer un verdeo de raigrás muy eficiente económicamente porque se aprovecha el residual de fertilizante que deja la soja”; pero en un campo que no tiene de soja “el costo es bastante mayor”.
Los productores son conscientes sobre los beneficios de una rotación de cultivos, en el caso de la soja está claro que ese cultivo va a controlar la gramilla, va a mejorar las condiciones para sembrar la pradera”. También enfatizó que “va a generar un ingreso extraer la medida que ponga a pastorear ese raigras plantado entre soja y soja, va a tener ingresos adicionales para la ganadería”.
Como el productor sabe esas cosas es que “cada vez se incorporan más campos ganaderos a la agricultura”.
Un otoño prometedor
Este año y hasta el momento hemos tenido un otoño muy bueno, con lluvias que en general han sido razonable y con buena temperatura. Hemos tenido condiciones ambientales muy favorables para la siembra y una buena implantación y desarrollo de verdeos y pasturas permanentes. O sea que es un año bueno por lo cual “las pasturas sembradas están en general muy lindas, con buena humedad de suelo, buena tasa de crecimiento por día. Si el año sigue así vamos a tener buenos resultados en la producción de forraje y eso implica un buen año de producción de carne”.
“Uruguay es un país confiable”
Guillermo Rovira destacó el prestigio de Uruguay en el mercado internacional de las semillas. “Somos un país bien conceptuado” por su producción “responsable y su excelente calidad”.
Uruguay cuenta con un marco jurídico que “protege las patentes” de semillas, además de instituciones como el Instituto Nacional de Semilla (Inase) “que controla y fiscaliza” o Urupov “que protege a los obtentores vegetales”.
Además, “las semillas de Uruguay tienen trazabilidad. En las gramíneas contamos con certificación obligatoria, es decir con el número de lote de una semilla en particular se puede saber en qué campo se produjo, quién fue el productor, qué empresa fue la responsable, dónde se clasificó, entre otros datos. Contar con trazabilidad la hace confiable. Y el negocio de la semilla se basa mucho en la confianza”
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