Además de carne de calidad con lo que contribuyen a dar más valor a la carne, los sistemas intensivos son cuidadosos del medio ambiente y del bienestar animal, dijo el Dr. Ferrés, directivo de la Aupcin.
Con 20 socios, la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), tiene una producción total de 35.000 a 40.000 animales por año, pero con un potencial muy grande dado que un corral para mil animales funcionando todo el año puede producir 3.000 porque el ciclo de engorde son 100 días.
2021 es un año en que Uruguay marcará un récord de faena y eso se debe, entre otras cosas, a los ganados que se han encerrado. De la faena total, el 13% es de ganado proveniente de corrales de engorde.
Uruguay ha sabido aprovechar una serie de hechos internacionales, dijo el productor Dr. Álvaro Ferrés, directivo y expresidente de Aupcin, con establecimiento agropecuario en la zona de Sarandí del Yí. “Aprovechó el fenómeno de Australia con China que es un tema político, la situación argentina que es otro tema político, y el crecimiento de China. Son tres factores que han requerido de proveedores de carne a nivel mundial, y Uruguay supo aprovechar la demanda y los valores”. Luego se sumó Brasil con un problema que completó un escenario actual, y “los corrales de engorde han sido protagonistas de este crecimiento”, de posibilidad de faena y además de valorización.
Por otra parte, “tenemos una ventaja adicional que es la importación de carne barata de Brasil, o sea que nuestro saldo exportable es aún mayor: podemos importar carne barata para consumo y lo que producimos podemos exportarlo caro, y ese es el ideal porque el precio en el mercado interno no se dispara, pero por otro lado permite exportar a muy buenos valores y aprovechar esta circunstancia”, explicó en declaraciones a La Mañana.
“Yo creo que este nivel de faena y de exportación vino para quedarse, no veo que haya un retroceso a futuro. Vamos en un camino continuo de crecimiento en exportaciones y faena, hay un cambio en el sistema productivo”, reflexionó.
La Cuota 481 podría desaparecer, pero no los corrales
Sobre el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y la Unión Europea que dejará afuera a Uruguay de la Cuota 481, el Dr. Ferrés dijo que nuestro país “es un actor protagonista” de ese mercado, pero se achicará su participación por lo que se deberá ir a mercados alternativos, algo que “ya está pasando con China y otros países demandando y pagando todos estos novillos de feedlots”.
Esos nuevos destinos compensan el mercado que se pierde y prueba de eso es que “los corrales de engorde en Uruguay siguen y van creciendo con la misma modalidad de venta que tenían con la Unión Europea por la Cuota 481, y eso porque hay mercados alternativos que buscan y demandan la carne a grano. No hay dudas que los corrales de engorde de Uruguay son claves en el incremento de la faena, y van a seguir siéndolo en el futuro bajo una modalidad parecida a los que nos enseñó y dejó la Cuota 481”, enfatizó.
Bienestar animal y cuidado medioambiental
Ferrés señaló que “en el mundo hay oportunidad para todo tipo de carne y de producción. El secreto es dónde se vende y dónde agregar valor” porque “la carne que producimos, sea terminada a grano o pasto, tiene su colocación”.
Puede decirse que “la carne terminada a grano es la que más vale y de hecho en Uruguay el novillo de corral de engorde vale más que el novillo a pasto, eso pasa porque alguien la paga más, pero lo ideal es la complementariedad. El poder criar y recriar a pasto y terminar en corral o a pastura genera a Uruguay ventajas de todo tipo como oportunidad de mercados y ventanas de producción, ventaja en el comportamiento del ciclo productivo, y ventaja para mejorar la calidad de la carne”, subrayó.
Además de la calidad, hay dos cosas que el consumidor mira cada vez con más atención: el bienestar animal y el cuidado del medio ambiente. “El primero consiste en respetar la calidad de vida de los animales, y lo segundo si ese animal tiene un efecto perjudicial para el medio ambiente. Son dos cosas importantes y que hay que diferenciar”.
En Uruguay “todos los sistemas de producción respetan el bienestar animal” y eso vale para los corrales, por ejemplo, lo primero a considerar es “si el animal pasa hambre, y en un corral la respuesta es que no, aunque muchas veces en otros sistemas puede pasan hambre por períodos de crisis forrajera”, indicó.
“Por otro lado está el tema medioambiental”, y las vacas son cuestionadas por generar metano, sin embargo Ferrés aseguró que “independientemente de ser un sistema intensivo o pastoril, la vaca no es el problema sino la solución”.
Explicó que “una vaca eructa gas metano que tiene un potencial de gas de efecto invernadero, pero las pasturas y los cultivos captan ese carbono del aire y lo convierten en pastura nuevamente. Entonces hay un ciclo de carbono que dura 10 o 12 años donde la vaca es parte del secreto de producir ese CO2 pero también de consumir ese pasto para que sea un círculo cerrado, porque si la vaca no come ese pasto o ese forraje, éste no crece para captar el CO2 que está en el aire. Por eso la vaca es parte de la solución, no del problema”, insistió.
Por otra parte, “en los sistemas de producción más intensivos se tiende a producir menos gases de efecto invernadero que los sistemas más extensivos por unidad de producto, kilo de carne producida. Cuanto más intensivo el sistema de producción, se producen menos gases de efecto contaminante”.
Eso se debe a lo que demora el animal para llegar al peso adecuado: Si para llegar a los 500 kilos el animal requirió 4 años, durante ese tiempo se estuvo emitiendo gases, generando estiércol y orina, pero si se llega a esos 500 kilos en 20 meses se reduce significativamente la generación de gas, estiércol y orina, razonó.
“Por tanto hay que tener cuidado cuando se dicen ciertas cosas, porque por unidad de producto los sistemas intensivos contaminan menos que los extensivos. Las personas que no profundiza el tema creen que un animal suelto en una pradera es más saludable desde el punto de vista del bienestar y que contamina menos en lo ambiental, pero si vamos a los datos objetivos eso no es necesariamente así”, subrayó.
La humedad es el mayor problema de Uruguay
El clima seco es el ideal para la producción a carral. En Texas, Estado Unidos, la temperatura puede ser muy alta pero como no hay humedad es donde se concentra la mayor producción de ganado de corral en el mundo.
El Dr. Álvaro Ferrés identificó la humedad y el calor como dos problemas que tiene Uruguay que “no son fáciles de manejar”.
El calor del verano y el barro del invierno, ambos elementos “atentan contra la eficiencia”, pero se han desarrollado formas de atenuar esas situaciones principalmente el calor con “el tipo de alimento que se le da al animal” que es diferente según sea verano o invierno, otro factor es “la calidad y la frescura del agua, o la sombra, también hay sistemas de enfriamiento con aspersores”, indicó, “todo lo cual contribuye a la calidad de vida y la eficiencia productiva en verano”.
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