La situación del déficit hídrico no solo es compleja para los animales productivos, sino también para los animales silvestres. La Mañana dialogó con el director del bioparque Somos Naturaleza quien alertó que “en nuestro país a consecuencia de la producción de madera se está viendo un cambio considerable que va a tener consecuencias ecológicas”.
En los últimos días hemos presenciado una andanada de muestras de solidaridad de muchos uruguayos que a través de las redes sociales mostraban como aplacaban la sed de animales autóctonos. El caso tal vez más paradigmático fue el de una persona que con una tapita de refresco daba agua a una mulita. La situación no solo es compleja para los animales productivos, sino también para los animales silvestres que, aunque salen en busca de comida y agua, muy difícilmente la encuentren en las cantidades necesarias para subsistir.
La Mañana buscó la palabra de Gustavo Gil director de La India – Somos Naturaleza, un bioparque ubicado a 3,7 km de la ciudad de Florida, donde en contacto con la naturaleza se preserva la fauna y flora autóctona. Consultado sobre los efectos de la sequía sobre la fauna local dijo que “mucho animal tiene que haber muerto” a consecuencia de la falta de lluvias. En ese sentido se refirió a algunos ejemplos sencillos de entender.
Puso un hipotético caso de una zorrilla recién parida, donde los pichones deben haber perecido porque para su madre es difícil encontrar los recursos necesarios para alimentarlos. También mencionó la situación que deben estar pasando los teros “sin ningún insecto a flor de tierra”. “Qué estarán comiendo se preguntó”, al igual que el resto de las aves.
Incendios, alteraciones climáticas y forestación
Además del déficit hídrico, los incendios son otro factor de muertes de animales autóctonos. Explicó que el intenso calor del verano obliga a estos animales a buscar sombra donde es más soportable sobrellevar las altas temperaturas. Generalmente en la zona de montes “hay más animales de los que debería haber” y cuando se producen incendios mueren un gran número de ellos. Si bien muchos huyen, la situación es compleja tanto para los más viejitos como para los más jóvenes que no tiene tanta agilidad.
Para Gil el impacto en la población de animales autóctonos será grave. Lejos de las cifras de poblaciones que se tenía en años anteriores, en la mayoría de estas especies existe un “proceso de involución” difícil de revertir. Un estudio encabezado por él junto a varios estudiantes y realizado hace 20 años preveía una disminución muy importante de mulitas por motivos de caza. Reconoce que aún están quedando algunos reductos importantes, pero todo indica que de no cambiar el comportamiento humano, estos ejemplares serán cada vez más reducidos.
Estos episodios de falta de lluvias son parte de las “alteraciones climáticas que siempre hubo” y en este caso en particular los seres humanos “tenemos mucha culpa” en ello. Dijo sentirse sorprendido de las reuniones que mantienen los países con respecto a este tema. “En algunos lugares hay mayores desertificaciones de las previstas” y el consumo masivo de madera es uno de los grandes responsables. Sostuvo que “en nuestro país a consecuencia de la producción de madera se está viendo un cambio tremendo que va a tener consecuencias ecológicas”. Este proceso trae aparejado “una transformación del paisaje (…) y del régimen hídrico”. Puso como ejemplo que para el pasaje de camiones en determinado lugar taparon una cañada con todo lo que representa para ese medio este tipo de decisiones.
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