Iván Revello, colono de Cerro Largo e integrante de Un Solo Uruguay, dijo que las propuestas de ese movimiento mantienen plena vigencia y reivindicó los emprendimientos familiares por encima de las grandes empresas.
El lunes 7 de noviembre se llevó a cabo en Melo una nueva reunión informativa del BROU sobre la línea de crédito para la compra de campos, una nueva herramienta en la cual el Un Solo Uruguay (USU) tiene mucho que ver ya que parte de una propuesta de ese movimiento y que se concretó luego de varias reuniones presenciales y por Zoom en las cuales se fueron haciendo los ajustes pertinentes.
Iván Revello, productor, colono de la colonia José Otamendi en paraje Los Molles, e integrante de USU dijo a La Mañana que fue “una muy buena reunión” con “participación de integrantes del Directorio del BROU como de los productores”.
“La idea del crédito comenzó con una propuesta del movimiento (USU) para tratar de llegar de forma más accesible a la posibilidad de que los productores más chicos y complicados puedan acceder a la tierra con el banco dando una mirada más propicia a la situación de quienes necesitan de ese tipo de políticas”, porque los créditos a 20 años que también tiene el banco “no son competitivos para los productores más chicos”, afirmó.
“Este es un crédito único, en la historia del BROU nunca hubo un crédito a 30 años con el 90% del valor de la compra puesto por el banco, porque normalmente va hasta un 70%. Lo que ha estado un poco más en discusión son los intereses porque han subido en todas partes.
El crédito es para la compra de tierra exclusivamente, no tiene un tope mínimo, pero sí un máximo de 300 hectáreas Coneat 100, lo cual implica mucho dinero si consideramos que cada hectárea tiene un valor de entre US$ 2.500 o US$ 2.800. En caso de que el campo sea de Coneat 50 se podrá ir hasta las 600 hectáreas.
La nueva línea “ya está vigente desde hace un par de meses y sabemos que hay gente que está en trámite para comprar a partir de ese crédito. En la reunión del lunes había apicultores que tenían interés en 2 o 3 hectáreas, y creo que les calza en buena medida porque el valor de la tierra llevado a la producción, o sea vivir de la tierra y pagar un préstamo, no es tan sencillo y por eso es importante el financiamiento a 30 años”.
Plan social que apoya a los productores de baja escala
Revello explicó que en USU “la inquietud por el acceso a la tierra empieza como una preocupación real en todo el país por los productores de baja escala que deben arrendar” porque no tenían la posibilidad de invertir en la compra de tierra y eso “los dejaba en una situación de riesgo”, porque “son productores chicos, con problemas de escala y costos que cada vez son más complicados de sostener, y a su vez deben hacer frente a las empresas más grandes que se van expandiendo y agrandando su territorio. Esta herramienta puede ayudar a alguno a sostenerse y hacer lo que realmente saben hacer”.
Por otra parte, Revello destacó que además de ser una herramienta para el productor, “también es un buen negocio para el BROU y un plan social en el cual el banco se capitaliza. Si al productor le va bien va a pagar intereses sobre ese préstamo y habrá una familia que tendrá allí su forma de sustento, eso es un buen negocio para el país; pero si le va mal el BROU va a tener la propiedad. Es un plan social que fomenta emprendimientos, fomenta el trabajo”.
Un movimiento con propuestas vigentes
Consultado sobre cómo evalúa la actividad de USU en el año que ya entra en su etapa final, Iván Revello dijo que “tuvimos un año buenísimo”, y celebró que “el movimiento impulsó al director del Banco de Previsión Social” (BPS), José Pereyra en las elecciones de noviembre de 2021, pues es una persona que “conoce y trata de cambiar cosas que el movimiento ha señalado” como equivocadas.
Por otro ha sido un año en que se ha “clarificado el objetivo” de USU, que “es un movimiento que funciona, que piensa, que propone, y es más que satisfactorio por el tiempo que hace que está y por todo lo que ha propuesto, aunque esas propuestas no hayan sido tenidas en cuenta. Lo que vemos es que muchas cosas que pasan hoy son un reflejo de lo que decíamos hace unos años”, por lo tanto “nuestras propuestas son muy vigentes”.
“En este momento estamos embarcados en pregonar y contagiar a referentes de los partidos políticos y gremiales, a personas que con su voz y opinión generan otras opiniones, tratando que se sumen, para seguir machacando, para que el Estado no sea tan inmenso e incontrolable” en su crecimiento. Tenemos un Estado al que “nada le es suficiente y los problemas que genera no son de ahora ni de los últimos años, vienen de mucho antes”, cuestionó.
Dijo que las políticas que tratan de generar empleo, que buscan mejorar el comercio, no resultarán totalmente eficaces si solo buscan que haya empresas que “se instalen e inviertan en Uruguay, porque esas empresas que vengan no van a poder dar mano de obra como sí la generarían las 40.000 o 45.000 empresas familiares que ya no están.
“Las megaempresas da mucha mano de obra e impulsan la producción, pero ellas por sí mismas no pueden hacer todo lo que si hacen muchas empresas familiares. Eso se ve en los pueblos del interior con la redistribución directa. El productor arrendatario de 270 hectáreas va a la ciudad y ve al tornero, al que vende los insumos, al almacenero y se genera una redistribución que nunca va a ser tan directa cuando las empresas son demasiado grandes, porque el dinero está más cerca de la mano de todos cuando son las personas que lo llevan. Ahí hay un gran cambio para trabajar y tratar de concretar”.
En resumen, “en ese momento el país está patas para arriba, cambia una idea política o una idea de Gobierno, pero el sistema sigue funcionado igual cualquiera sea el Gobierno que esté, nosotros esperábamos un cambio, esperábamos algo distinto, y las cosas que cambiamos no son las cosas que realmente le importan al país y que le van a dar salida al país”.
El productor debe ser precavido
En su calidad de colono y productor agropecuario de Cerro Largo, Iván Revello dijo que en su zona hubo “buenas lluvias en invierno” que incluso generaron problemas con la colza por exceso de agua.
“Acá no es de los peores lugares porque nos llovió muy bien en el invierno, cosa que no pasó en el resto del país. En 40 días recibimos 450mm, la colza recibió demasiada agua cuando en el sur y litoral faltó”, contó, y precisó que las precipitaciones son tan dispares que en una misma zona hubo áreas en las que la lluvia tuvo incidencia diferente.
“Ahora se está sembrando soja, hay también mucho arroz, lo que se ve en los campos arroceros es que necesitan agua”, y los productores “se están preparando para darle un baño”, expresó en referencia al riego.
La realidad es que “los veranos ahora son más lagos y con mayor escasez de agua, el productor está fogueado contra eso y no espera a diciembre para pensar en el agua y las reservas que posee, tiene que tomar las medidas preventivas antes, hay herramientas como aliviar el campo si hace ganadería, sembrar o no, cambiar el cultivo, cada uno sabe. Yo en este momento estoy cortando raigrás para reserva que no puede faltar”, concluyó.
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