Ganaderos esperan que el clima acompañe la inversión en genética, realizada durante la zafra de toros que finaliza
La zafra de
toros termina, con el sector ganadero “mirando al cielo”, esperando lluvias que
permitan un periodo reproductivo, favorable.
Mientras técnicos y analistas de gran prestigio, insisten en que Uruguay, puede llegar a una faena de más de 3.500.000 de cabezas por año, el clima vuelve a condicionar las probabilidades de esa meta.
Sin embargo, existe incertidumbre también por otros temas:
El efecto “Niña” que influye en el régimen pluvial del Hemisferio Sur y que podría desembocar en una nueva declaratoria de Emergencia Agropecuaria, la Pandemia que en su segunda ola impacta en los mercados de la carne (fundamentalmente Europeos), la cada vez más lejana concreción del acuerdo Mercosur/Unión Europea, debido a la problemática ambiental de Brasil (argumentada insistentemente por el bloque comercial del viejo continente), los altos costos productivos que aún subsisten en Uruguay y la creciente competencia que plantean los países de la región (que ofrecen productos cárnicos similares en los mismos mercados, a un precio sensiblemente menor a los nuestros), conforman “un combo” muy complejo y difícil para la cadena cárnica uruguaya: esa cadena cárnica cuyo primer eslabón es la incorporación de la mejor genética.
Otra nueva normalidad
Todo indica, que ya no es suficiente ofrecer una calidad de carnes envidiable o contar con una sanidad animal excelente y que tampoco alcanza con una trazabilidad ganadera modelo.
A eso debe agregarse, que, en estos tiempos, los mercados y consumidores finales, no sólo miran el Bienestar Animal o la Inocuidad de las carnes que se producen en nuestro país.
La certificación de una baja emisión de Gases de Efecto Invernadero, la captura de Carbono en las cadenas productivas, la seguridad sanitaria en las plantas industriales y otros muchos temas ambientales y de proceso, aún en vías de ser certificados, se suman a las limitantes que se plantean y que son materia pendiente, aunque con caminos de investigación y validación de tecnologías, en un esfuerzo permanente y conjunto de los productores, la academia y la investigación reunidos en el INIA, la Facultad de Agronomía y la de Veterinaria.
Ante un panorama que parece ser negativo, el rubro ganadero apuesta a seguir mejorando, con la incorporación de genética, sabiendo que debe afrontar todos los desafíos expresados y la Zafra de Venta de Toros que finaliza, no escapa a esa constante.
Más toros a menos valor
La incorporación de toros fue superior al año anterior en casi 3,5 %, habiéndose comercializado en remates de cabañas, casi 6.100 ejemplares de las razas Angus, Hereford, Brangus, Braford y otras razas puras y sintéticas, que forman parte en menor nivel, del sistema productivo ganadero.
El promedio de valores cayó poco más del 10%, alcanzando a U$S 2.967 en la presente zafra 2020.
En esta estimación, no se tienen en cuenta las ventas en las exposiciones del interior, ni las colocaciones concretadas en los propios establecimientos.
Un dato no menor que debe tenerse en cuenta a la hora de analizar la importancia de las dos razas mayoritarias del rodeo nacional (Angus y Hereford):
Como se viene dando en los últimos años, la raza que comercializa más cantidad de toros es Angus, y si observamos el Ranking con los 10 mejores promedios, que hemos venido confeccionando desde el inicio de la zafra 2020, también una cabaña Angus, fue la de mejor promedio obtenido en sus ventas: (Cabaña San José de la familia Pérez Frontini), en su establecimiento ubicado en el departamento maragato.
Estos datos, se volverán -en definitiva, simbólicos- y lo realmente trascendente sería que el clima y todos los demás elementos que reseñamos más arriba, se pongan en línea y que desemboquen en un entore que reafirme el optimismo que pusieron en la cadena productiva, todos aquellos que invirtieron más de 19 millones de dólares en la incorporación de genética.
El efecto sequía
El entore se inicia en un panorama poco favorable.
La falta de buenas pasturas por ausencia de lluvias, en algunas zonas del país ha hecho que las vacas de cría hayan perdido estado corporal, lo que, impacta negativamente en los porcentajes de preñez.
Pero a juicio del Ing. Agr. Carlos Molina, técnico del Instituto Plan Agropecuario, está ampliamente demostrado, que “más allá del clima, aquellos establecimientos que realizan un manejo adecuado de las pasturas, los que dosifican el pastoreo, con tecnología de uso de alambrado eléctrico y elección de parcelas, los que clasifican sus vacas de cría por estado corporal, asignándole los mejores potreros a las categorías menos favorecidas en materia nutricional y los establecimientos, que a ese manejo prolijo, le suman alguna necesaria suplementación adicional, con la incorporación de núcleos, bloques o ración de buena calidad nutritiva, obtienen mejores resultados, al final del periodo reproductivo, pese a la falta de lluvias.”
Información permanente
La observación constante y cercana de la cadena de producción ganadera, es un objetivo firme de los equipos de La Mañana y CharrúaTV.
Es por esa razón, que el cierre de nuestro seguimiento de la Zafra de Venta de Toros es sólo el inicio de un análisis sin pausa que realizaremos, para informar sobre la marcha de un proceso que también consideramos, debe confluir en la obtención de una faena anual, superior a las 3.000.000 de cabezas.
La tecnología, procedimientos y procesos validados están disponibles, la capacidad de procesos en el complejo frigorífico de nuestro país, supera esa meta, los mercados y el conocimiento de estos a través del INAC, también están en la mira.
Uruguay, no puede desaprovechar la oportunidad de ofrecer y colocar sus productos cárnicos a mercados cada vez más demandantes de proteínas y cristalinidad de procesos.
Será difícil en las actuales condiciones, que un Estado, que ha debido gastar en la pandemia montos impensados, pueda hacer más sacrificios.
Estará en la inteligencia, capacidad y esfuerzo de nuestros funcionarios de Comercio Exterior, el seguir trabajando ahincadamente, por bajar costos arancelarios, a través de acuerdos comerciales, que están al alcance de la mano, ahora que Uruguay ya no tiene limitantes ideológicas para llevarlos adelante.
No sólo debería ser un objetivo, sino una obligación, para que esas conquistas se expresen en aliento e incentivo para toda la cadena de la carne, considerada por el actual Gobierno y los sectores políticos que lo integran, la locomotora que debe llevar adelante el desarrollo del país.
Un asunto que no faltará en próximos análisis.
*Redacción de CharrúaTV Agronoticias
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