Hace alrededor de dos años, un grupo de pequeños productores locales comenzaron a trabajar en coordinación con la Intendencia y el gobierno central para crear una cooperativa que hoy nuclea a cerca de 60 productores que proveen al Mercado en la capital departamental.
El Mercado Agrícola Familiar (MAF) en la ciudad de Melo, apunta a generar un espacio de comercialización permanente para la producción agrícola familiar de Cerro Largo. La propuesta busca mejorar la competitividad de la producción agropecuaria departamental, a través de la creación de un espacio donde los consumidores pueden acceder a frutas, verduras, dulces, quesos y conservas, producidos localmente.
Trabajar por el desarrollo productivo sustentable
El Ing. Agr. Rosendo García es coordinador de la Agencia de Desarrollo de Cerro Largo, espacio de articulación público privado patrocinado por la Intendencia, integrado por distintas instituciones como la Sociedad de Fomento, la Sociedad Agropecuaria, el Centro Comercial Industrial, con el objetivo de formular proyectos que se van anclando a dichas instituciones, “con especial cuidado en ser respetuosos de los recursos público y tratar de generar organizaciones independientes del Estado, que no dependan de subsidios”.
En diálogo con La Mañana, contó que “Cerro Largo es un departamento ganadero y arrocero, la cuenca hortifrutícola es muy pequeña, está vinculado a la producción netamente familiar y nos abastecemos básicamente de frutas y hortalizas que vienen de Canelones o de frontera. No obstante eso, existe un conjunto de productores familiares que han perseverado en el rubro hortofrutícola y en función de las necesidades de ese sector surgió la idea de crear el MAF”.
“Nace de la necesidad que tienen los productores de encontrar canales de comercialización para lo que producen. Porque ellos el mecanismo que tienen para vender lo que producen está vinculado a dos vías, peregrinar por los almacenes o haciendo feria” dijo el Ing. García.
“A raíz de esa dificultad dijimos por qué no creamos un instrumento que le facilite la comercialización de su producción. Se hizo en conjunto entre la Intendencia, la Sociedad Fomento Rural de Cerro Largo que tenía un espacio ocioso, un galpón que era una antigua planta de procesamiento de semillas, los propios productores que no estaban organizados hasta ese momento, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto que financió el proyecto a través de Uruguay más cerca y algunas otras instituciones. Se hizo un comodato entre la Intendencia Departamental y la Sociedad Fomento para ocupar ese bien. El proyecto contemplaba reciclar el edificio, transformándolo en un pequeño mercado y dotarlo del equipamiento, y financiaron un coordinador que los acompañara en los inicios, que se organizaran formalmente en una forma asociativa que finalmente derivó en una cooperativa, que hoy ya está establecida, que es la Cooperativa Mercado Agrícola Familiar”.
En el MAF, el productor entrega la mercadería el lunes, y esa mercadería ingresa al mercado. Los productores no están presentes durante la semana, el mercado lo que les asegura es un mecanismo de comercialización, con cajeras, reponedores, y un administrador. Finalmente, los viernes cobran el 80% de lo que paga el consumidor final. El 20% restante queda para cubrir el funcionamiento del mercado. “La lógica de funcionamiento del mercado es que no es un fin en sí mismo, es un medio para viabilizar la comercialización a ellos, y liberarles tiempo que otrora destinaban a peregrinar por los almacenes y/o hacer feria todo un día”, afirmó García.
“El mercado, lo que viene es a posibilitar que tengan una ventana para especializarse, planificar tranquilos, sin preocuparse de la comercialización. Hoy día la cooperativa se autosustenta. Se invirtieron aproximadamente cuarenta y cinco mil dólares en el emprendimiento. La Intendencia puso su contrapartida de personal para el reciclaje, el edificio, el arquitecto y ellos se comprometieron también a trabajar por eso, se involucraron en el reciclaje del edificio, se apoderaron de la idea”.
Consultado sobre la posibilidad de vender a grandes superficies agrupados en la figura del Mercado, García comentó que “se están dando esos pasos, hoy ya tienen RUPE, han hecho todas las gestiones para ser proveedores del Estado. Pero tampoco tienen mucha producción. O sea, lo que producen lo venden todo y todavía están descubriendo la demanda y estructurando su capacidad de generar oferta. El año pasado, por ejemplo, sobró zapallo, porque todos se largaron a producir zapallo, otros año falta melón” comentó.
“Ahora encaramos otro proyecto que es la fase dos, con fondos de desarrollo territorial, del Congreso de Intendentes, que fue aprobada y es justamente para eso, un técnico de campo que los oriente, planifique, y también un poco de maquinaria agrícola para viabilizarles las cuencas. Se están haciendo algunos cultivos de almácigos para la generación de plantines comunes. La iniciativa busca potenciar ese proceso” dijo García.
Una cooperativa que apoya la producción local
Uno de los productores que inició el proceso de consolidación del Mercado fue José Barone, productor apícola desde hace dieciocho años, en el emprendimiento familiar Apiario Don Josesito en la zona de Las Cañas y el paisaje protegido Sierra de Ríos. “Empezamos a promocionar ese tipo de mieles y varios productos más, y la gente empezó a aceptarlos, vieron que es bueno, libres de contaminantes”, comenzó diciendo a La Mañana.
“Estábamos trabajando bien y ahí me ofrecieron participar. En ese tiempo era el proyecto de Mercado Agrícola que no estaba seguro si salía, hace dos años y medio atrás, estaba en trámite. En principio había mucho más interesados que se fueron perdiendo, y seguimos cinco que fuimos los que firmamos el comodato, que nos inscribimos como cooperativa. Hoy por hoy somos ocho cooperativistas y unos sesenta productores que remiten al Mercado distintos productos”, dijo.
Actualmente, ya consolidado, el Mercado ofrece una variedad de productos artesanales locales, así lo aseguró Barone: “Yo tengo mi estante con miel, propóleo, apitoxina, todo lo que requiera la apicultura, todos los productos que extraigo se los ven allí. Hay muchas cosas en el Mercado que amplían la oferta, hay mujeres que hacen dulces caseros, hay unas muchachas que tienen un vivero, tienen flores preciosas, hay mucho producto artesanal, quesos artesanales, licores. Todo lo que es producción local y que la gente hace se vende. Incluso ahora estamos en un programa de elaborar una cocina industrial para tener una merienda saludable, para ofrecer en los colegios y escuelas. Y vamos por ese camino, pero que todo salga de allí”.
“Cuando abrimos, no teníamos casi nada de frutas y estábamos a unas horas de abrir. Y yo tenía una conocida en Paso Centurión, la llamé, porque tenía una quinta de naranjos. Me dijo que sí tenía, fuimos hasta allá y trajimos cerca de 1000 kilos de fruta, pero de todo, pomelos, limones, naranjas, tangerinas, surtimos el Mercado, siempre promocionando lo local. Y esos lugares a veces están alejados y no tienen como vender, se cae la fruta de los árboles”, contó.
“Esta modalidad funciona, da un muy buen resultado, y junta a toda esa producción chica que había en la vuelta, que no tenía escapatoria, y a veces abandonaba. Y otra cosa que también te ayuda a fortalecerte es que al ser cooperativa podemos vender a instituciones privadas. Que es en lo que estamos trabajando ahora, a ver si podemos vender al Hospital, ya la Escuela Agraria de Melo nos está comprando. Entonces se puede llegar a este tipo de instituciones. Tiene sus beneficios el estar agrupado, aparte de motivar e incentivar la producción local” afirmó.
Barone aseguró que los recientes brotes de coronavirus en el departamento afectó bastante el movimiento de gente, y por ende del Mercado, “no se ve mucha gente. Pero eso fue en esta segunda etapa, en la primera etapa de la pandemia trabajamos muy bien, justo se dio la coincidencia de que sacamos el reparto en la calle. Entonces la gente se cuidaba mucho y encargaba. Fueron días de muchísima venta, además se habían trancado la frontera. Ambas cosas influyeron. Pero ahora como que Melo está paralizado y se nota un poco la bajante”
El proyecto, que nació en base a la inquietud de los propios productores, se enmarca en el Fondo a Iniciativas para el Desarrollo Económico Territorial (FIDET) del programa Uruguay Más Cerca de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), en asociación con la Sociedad de Fomento Rural de Cerro Largo, y con el apoyo del Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM), la Facultad de Agronomía, el Latu y de la Agencia de Desarrollo y la Intendencia de Cerro Largo. Para concretar el proyecto, se remodelaron las instalaciones de un predio de la Sociedad de Fomento, que fue cedido en comodato a la Intendencia.
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