Existe un efecto inercia. Los fundamentos de oferta y demanda han estado fuertes. La producción de leche en los principales países exportadores venía creciendo lentamente y la demanda de China, principal importador internacional de lácteos, venía muy firme.
En el primer trimestre del año se observaron caídas en los precios internacionales. Éstas no han sido significativas en función de lo ocurrido en otros mercados. En la primera licitación de abril de GDT (martes 8) fueron generalizadas las expectativas a la baja de precios. Contra todos los pronósticos, los precios operaron al alza, en particular el precio de la leche en polvo entera (LPE). Esta situación se da como resultado que los compradores chinos están volviendo a importar, al tiempo que la oferta mundial de leche está bajo presión en los principales países exportadores.
El sector lácteo internacional no está blindado en relación a lo que pasa en los demás mercados
El resultado de GDT se recibió como una buena noticia, pero ninguna tendencia puede expresarse aún. La situación mundial actual está convulsionada y en cada momento los precios estarán determinados por la coyuntura, reflejando comportamientos de los agentes económicos en el cortísimo plazo.
En este contexto, detrás de la oferta y la demanda existen fuerzas contrapuestas y con direccionamientos muy dinámicos. A estas alturas resulta complejo adelantarse a un resultado para los próximos meses. Se requiere mantener la cautela en las expectativas sobre los precios.
¿Cuáles son los factores que están detrás de los movimientos de oferta y demanda hoy?
Las expectativas antes del efecto COVID-19. Para el primer trimestre del año las expectativas sobre la producción de las principales cinco regiones exportadoras eran de crecimiento moderado y los últimos datos van en esa dirección (hasta febrero). El crecimiento de las exportaciones estaría acompañado por las necesidades crecientes de la demanda mundial por importaciones liderada por China y otros países asiáticos. Los precios estarían bastante sostenidos para este año.
Las primeras consecuencias visibles del COVID-19. El confinamiento de las familias a escala mundial generó el cierre del circuito de comercio HORECA (hoteles, restaurantes, pizzerías y negocios de catering). EEUU y la UE lo han sentido con más fuerza con mercados internos muy demandantes de estos productos. A nivel individual la exportación o el stock de productos parecerían ser un primer desahogo ¿pero es posible llevar este comportamiento al mundo? Resulta difícil con una demanda diezmada en los principales centros de consumo mundial: el impacto del confinamiento sobre los volúmenes demandados; la depreciación de las monedas nacionales frente al dólar encareciendo las importaciones; la caída del precio del petróleo que afecta seriamente a las economías de los países exportadores de petróleo, principales consumidores de alimentos y de productos lácteos.
El Gobierno Federal de EEUU y la Comisión Europea han recibido propuestas de parte de las asociaciones de productores y de industrias para enfrentar la crisis del sector lácteo en ambas regiones. Se están implementando diversos tipos de ayudas en materia de financiamiento y subsidios.
En China el COVID-19 estaría en su etapa de reversión y el comercio se reactiva gradualmente. Las principales industrias están volviendo al procesamiento normal de leche. Y teniendo en cuenta que una parte de los procesos se realizan con leche en polvo importada, resulta positivo para los países exportadores de LPE.
¿Cómo se verán afectadas las exportaciones de lácteos de nuestro país?
Hasta el momento no se han visto afectados los negocios de exportación de las principales industrias exportadoras. Sin embargo, comienzan los primeros indicios de los efectos del COVID-19. La situación de confinamiento ha hecho caer la demanda en el segmento HORECA a nivel nacional y a nivel internacional.
Para lo que resta del semestre, las exportaciones en general refieren a negocios pactados en meses anteriores. Pero la actividad económica mundial se está resintiendo, las monedas nacionales se han devaluado frente al dólar, los precios del petróleo han bajado a la mitad. No debería sorprendernos la eventual postergación de embarques, cancelación de embarques y/o renegociaciones de precios.
¿Qué esperar para el cortísimo plazo?
En lo que resta de abril es probable que no se aprecien cambios significativos. Pero este mes será clave para tomar la temperatura de los mercados de exportación. Mayo se espera con gran incertidumbre. En general hay una especie de compás de espera por los movimientos del mercado internacional.
El mercado lácteo no está blindado ante la emergencia mundial. De hecho los agentes económicos del sector perciben que los precios irán a la baja aunque con la incertidumbre del cuánto, cuándo y hasta cuándo. Sin embargo, las personas tenemos que seguir alimentándonos y las vacas tienen que seguir ordeñándose.
*Economista, Coordinadora de Comercio Exterior Instituto Nacional de la Leche (INALE)