El Ec. Ignacio Munyo dijo que el escenario externo “ayuda mucho a Uruguay”, pero “cuando empezamos a mirar la región vemos que la situación es diferente porque el contexto regional no es bueno”.
La semana pasada se llevó a cabo, de forma virtual, el Foro Inale 2021. El evento se desarrolló los días 10 y 11 de junio y contó con la participación de diversos expositores, uno de ellos el Ec. Ignacio Munyo que tituló su presentación “Barreras de la competitividad de Uruguay: ¿dónde estamos parados y qué se puede esperar?”
Tasas de interés y precios de los commodities
En el ámbito mundial, el docente y director de Ceres dijo que Estados Unidos, “después de la caída de su economía del 3,5%, espera un rebote muy fuerte que se ha acelerado por el anuncio del Gobierno de un megapaquete fiscal que no tiene antecedentes por el tamaño del estímulo. Es mayor al que se hizo en la Gran Depresión de los años 30 y casi el doble la administración Barack Obama en 2008, lo que está generando un impacto en la economía estadounidense y a nivel global”.
Europa, por su parte, “tiene una situación parecida a Estados Unidos con un rebote fuerte después de la caída del año pasado, del 4% de crecimiento para este año”, con revisiones al alza. En cuanto a China, “a pesar de la pandemia, la economía no cayó sino que creció y se espera un fuerte crecimiento del 8,4% para este año”, comentó.
Esa realidad global “se traduce para Uruguay en dos variables centrales: tasas de interés y precios de los commodities. En materia de tasas de interés, éstas están a niveles históricamente bajos de 1,6%, que no se veían desde 1870 con la excepción del año pasado y ahora se vuelve a los niveles prepandemia. Esto muestra que el costo del financiamiento es muy bajo y para países como Uruguay es una buena noticia. También para el sector privado productor que necesita el apoyo de inversores extranjeros”, explicó.
Sobre los precios de los commodities el economista dijo que hay “una suba muy importante: del petróleo que no es bueno para nosotros pero sí para otras economías de la región, pero también sube el precio de los minerales y sube muchísimo el precio de los alimentos. Carne, soja, arroz y la leche llegan a niveles importantes y marcan un escenario externo positivo”.
El contexto regional no es tan bueno
Por tanto “tenemos un escenario externo que ayuda mucho a Uruguay”, dijo, sin embargo, cuando se mira la región “el contexto no es bueno”.
Según la encuesta que realiza el Banco Central del Uruguay cabe esperar para este año un “crecimiento de 2,7%, y las proyecciones de Ceres van “en la misma línea, de 2,9%”; además “el índice Líder que cada mes presenta Ceres da dos subas consecutivas después de un primer trimestre negativo”, con un “turismo a puertas cerradas que hace que el primer trimestre sea malo, pero ya empiezan a haber signos de recuperación para los próximos trimestres del año a impulso del sector agroexportador y la construcción por la obra de la tercera planta de celulosa y sus obras asociadas”.
Hay otros factores para analizar, como el tipo de cambio y la inflación. Tenemos un dólar “que subió a principios a 2020, luego quedo planchado y sigue planchado”, lo cual ha ayudado a mantener baja la inflación que “después de mucho tiempo” está en el rango meta del Gobierno. La proyección sobre de dólar y la inflación hasta fin de año, “es de una relativa estabilidad”.
En relación a nuestros principales destinos de exportación y vecinos, “Uruguay es un país caro”. Somos “muy caros respecto a Argentina y Brasil”, en un 50% y 40%, respectivamente. También estamos “12% más caro respecto a Estados Unidos y 14% respecto a Europa. El único mercado con el cual tenemos una situación favorable es China”, subrayó.
Por lo que se ve a nivel de Gobierno, la solución no va a pasar por el dólar, lo cual exige buscar soluciones “más complejas pero mucho más sanas, porque abaratarse por una suba abrupta del dólar deja un tendal, se reduce de golpe el poder adquisitivo de la población, aumenta la pobreza y la situación social se deteriora. El camino pasa por aprovechar los precios internacionales y bajar las barreras a la competitividad”.
Uruguay necesita inversiones
Por un lado, “Uruguay necesita inversión”, un aspecto que hemos perdido en los últimos gobiernos. “En la primera administración Vázquez, la inversión privada crecía al 11% anual, con Mujica al 10%, y en la segunda administración Vázquez cayó -6%. Este gobierno asume con una economía que estaba cayendo en la inversión 6% anual en promedio durante los últimos 5 años”. La inversión extranjera directa tuvo un proceso similar, “después de tener una inversión extranjera acumulada del 29% en la primera administración Vázquez y del 25% en la de Mujica, cayó -7% en la segunda administración Vázquez”.
“Cada período fue distinto” por la variable tipo de cambio real “que en las dos primeas administraciones del Frente Amplio estaba 9% más barato que el promedio histórico y en la segunda administración Vázquez estuvo 28% más caro, una situación similar a la actual. Una cosa es traer inversión cuando uno está barato y otra distinta y mucho más compleja cuando uno está caro”, apuntó.
Respecto al déficit fiscal que es del entorno del 6% del PBI, dijo que hay que tener cuidado con “el discurso de las calificadoras de riesgo y del FMI que en todos estos meses han dicho que hay que gastar más, pero a renglón seguido dicen que hay que ver cómo aumentar impuestos o reducir gastos después de la pandemia. Entonces no es tan simple como decir hay que gastar más”, recalcó.
Otro indicador es “la deuda del 75% de PBI, que aumentó bastante en 2020 y nos deja en una situación que no es para seguir endeudándose libremente sin riesgos. El margen que tenemos es muy escaso”.
Las barreras de Uruguay
¿Cuáles son las barreras que tiene la competitividad uruguaya?, se preguntó Munyo. Para explicarlo presentó la gráfica con los ítems “tecnología disponible, estabilidad política, percepción de corrupción, disponibilidad y calidad del capital humano, formas como se regula la contratación, infraestructura física, carga tributaria, apertura comercial y rigidez a la hora de negociar los salarios”.
En esos temas Latinoamérica “solo está mejor que el África subsahariana”, con el agravante de que la nuestra fue la “única región que aumentó esas barreras” porque África subsahariana “las mantuvo y el resto del mundo las redujo”.
A nivel país, la mayor barrera es la rigidez salarial con un índice 100 en 100. “No hay otro que tenga una barrera tan alta como la de Uruguay” en ese aspecto, dijo. Le siguen en porcentaje, la inserción internacional (69 en 100), la carga impositiva (62), infraestructura física (47) y capital humano (41).
Y las barreras más bajas de Uruguay refieren a la corrupción (14), estabilidad política (13) y acceso a la tecnología (10).
Asimismo, los costos se ven agravados por procedimientos que deben ser solucionados. “No puede ser que para registrar propiedades haya el doble de procedimientos y el triple de esperas que los países avanzados”. O que el permiso de construcción “nos lleve el doble que en los países avanzados, con tiempos de espera de más de 100 días”, y “las horas requeridas para trámites de exportación o importación, son 8 veces más que los países avanzados”. Todos son factores que “encarecen a nuestro país”, aseveró.
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