El joven rematador habló de su vocación, del desafío de las nuevas tecnologías, del mercado de ganado, las inundaciones y de la polémica sobre el Sistema Automático de Tipificación.
Gerónimo Brea Arbiza tiene 32 años, es consignatario y rematador del escritorio Juan Brea Saravia, con una amplia experiencia en remates, habiendo comenzado desde muy joven en el escritorio de su padre. Ahora es común escuchar su voz y los golpes de su martillo, ya sea en el escritorio de su padre, en Plaza Rural o en remates feria de Birrel Hnos. & Asoc.
Ya en su niñez definió su vocación: “A los 15 años empecé a ir a las pesadas en los frigoríficos, a los 16 años comencé a ir a los remates por pantalla y atendía los teléfonos, estando todo el día mirando a los rematadores”, contó a La Mañana.
“Soy un vendedor innato, me gusta vender y cuando vi que había un trabajo específico de vender a través de la palabra, que es lo que más me gusta, cuando entendí el poder de convicción que tiene el martillo, me incliné totalmente por esta profesión. Al terminar el liceo a los 18 años le dije a mi padre que quería trabajar en el escritorio. Mi padre me contestó que si me recibía de rematador, ahí iba a tener un lugar de trabajo, pero que me lo debía ganar, no era cuestión de ser su hijo y nada más”.
Al comenzar los estudios Gerónimo, que en aquella época se trasladaba a Montevideo dos o tres veces por semana en un vehículo que no tenía radio, aprovechaba las tres horas del viaje para leer catálogos y pasaba el viaje rematando “para mí solo, o remataba cuando estaba con mi novia o con mis amigos. Eso me ayudó a agarrar práctica, me recibí y hoy es parte de mi vida, es un arte, que no es lo mismo que decir números”.
Ante los avances de las tecnologías y los desafíos que trajeron a todas las profesiones y ocupaciones, dijo que efectivamente “hay puntos de peligro”, pero no tanto para los remates de ganado. “Si observas los rematadores vas a ver que están los que te dicen lo que pesa el ganado y lo venden a través de un número, pero hay otros que van mucho más allá de eso, profundizan en el sistema de trabajo del establecimiento, en la inversión del productor, la zona, la coyuntura, lo que ha atravesado para llegar a ese momento”. Toda esa información “le pone agilidad e interés, impacta en el ánimo de las personas”, explica Gerónimo.
“Lo que me pasa a mí con la venta de ganado es que la gente queda muy contenta cuando se logra lo que está buscando, pero también valora muchísimo el trabajo que uno le pone al martillo, lo que describe, lo que se dice del establecimiento, del ganado, del trabajo y el esfuerzo que le pone el productor.”, agregó.
Antes de rematar hay un trabajo de concientización, de conocimiento del ganado, para eso hay que ir al establecimiento, hablar con el productor o alguien responsable: “Son cosas muy valoradas en nuestro rubro y no creo que sean así en otros, por eso creo que el rematador ganadero se va a sostener, pero hay otros remates, de cosas puramente materiales, que no necesitan de la expresión de sentimientos”, a estos últimos “creo la tecnología se los va a ir comiendo”, proyecto el joven rematador.
Llegada del invierno
Sobre el mercado ganadero en sí, Brea Arbiza dijo que “hasta el momento el clima acompañaba de forma excepcional y eso se refleja en el estado de los ganados, que están con kilos y se los ve en la salud y el brillo que exhiben. Eso hasta el momento, pero lo que va a pasara de acá para adelante es muy difícil de saber porque hace unos 20 días no imaginábamos que íbamos a tener estos registros y volúmenes de agua que generarían las complejidades que estamos viendo”.
“Si la pregunta es ‘¿qué va a pasar?’, no lo puedo saber, pero sí sabemos lo que sucedió y eso nos va a ayudar mucho. A lo que voy es que tuvimos una primavera bastante llovedora, hay un volumen de pasto importantísimo, y eso quiere decir que vamos a entrar al invierno con reservas, con espalda ancha, los ganados están con kilos”. Todo eso “es clave porque le permite al productor tomar decisiones con tranquilidad”.
La actual es una realidad diferente a lo que veníamos viendo: “Hace tres o cuatro años que llegamos al invierno sin pasto, con los ganados sentidos y las aguadas secas. Esa realidad por suerte cambió: las aguadas están llenas, los campos verdes y hay pasto por todos lados. Obviamente, van a aparecer las heladas y los fríos, van a achicar el volumen de oferta, también el volumen de forraje, pero llegamos al invierno muy bien y eso hace que el productor mantenga el ánimo intacto”.
“Por otro lado no se puede negar que estamos con registros de agua que están generando complejidades y todavía no somos conscientes de las consecuencias que eso va a generar”, advirtió el rematador.
Los números del mercado
Respecto a los números del mercado, dijo que “por el momento los valores de la reposición son muy buenos, el ternero tuvo una zafra espectacular con una constante suba hasta los últimos remates, en que tuvo estabilidad, pero así y todo el precio sigue siendo muy bueno”.
Todo el mercado “está demandado”, el último remate de Plaza Rural tuvo 94% de colocación y se vendieron cerca de 15.000 vacunos en dos jornadas largas. Lo que también se ve es que al acercarse el invierno “la demanda se pone más selectiva”.
“Los terneros y las terneras están muy buscadas, también los novillos sobreaños; el novillo formado ha colocado el cien por ciento de la oferta, la vaca de invernada colocó el 90% de la oferta a USD 621 al bulto haciendo USD 1,65 de promedio. El ganado preñado anduvo volando con casi USD 788 de promedio y una colocación de casi 3000 vientres; la pieza de cría está muy buscada”, detalló. La “única categoría que se mostró bastante selectiva en la demanda fue la vaquillona de más de 2 años que fue la de menor porcentaje de ventas”, con un 73%.
Estamos en un momento donde “de a poco se va tranquilizando el mercado de la reposición, lo que se ve por parte de la demanda”, pero también “los vendedores están más flexibles porque deben vender para alivianar las cargas ante la llegada del invierno”. Eso hace que “los negocios se concreten” y lo vemos en los porcentajes de ventas.
“Hay productores desesperados”
Consultado sobre las inundaciones en el este del país, zona de mayor influencia del escritorio Juan Brea Saravia, Gerónimo Brea Arbiza dijo que en ganadería “la sequía genera problemas a largo plazo, pero debemos entender que estamos mucho más acostumbrados a luchar contra una sequía, y no estamos muy acostumbrados a enfrentar inundaciones como las que se están viviendo ahora”.
“Las inundaciones nos generan una preocupación e incertidumbre tremendas. En las zonas de nosotros los campos son muy quebrados y el exceso de agua no suele ser un mayor problema cuando los registros están dentro de un criterio, pero en los últimos días hemos tenido acontecimientos como los de Santa Clara en el límite de Treinta y Tres con Cerro Largo, donde hubo lluvias por más de 300 milímetros”.
“Con todas esas precipitaciones hay productores que están desesperados porque pierden todo lo que invirtieron, otros no pueden cosechar. Tengo amigos, clientes, productores que se levantan de madrugada a mover los ganados porque se les inunda el predio”.
La situación es “realmente complicada, es la naturaleza, y la forma de salir de esto es como toda la vida lo hemos hecho, mirando para adelante” como “lo hicimos con la pandemia y durante los tres años de seca. Salimos entonces, ahora tenemos que salir también”, recalcó con optimismo, e inmediatamente agregó: “Pero creo que no somos muy conscientes de las consecuencias que esta situación de lluvias e inundaciones va a generar; sí tenemos la conciencia de que esas consecuencias van a ser más grandes de lo que proyectamos”.
“Los caminos y los puentes están destrozados, hay muchísimos campos inundados que no se van a secar de un día para el otro. Se están generando complejidades en las cargas, en sacar las producciones de los campos, y todo eso nos muestra una situación complicada. Lo que está pasando es un golpe en el mentón al productor”, definió.
Sobré qué hacer, dijo que “no hay mucho por inventar. Hay que esperar que los campos se sequen y esperar tener el apoyo de las autoridades para que se flexibilice la entrada de camiones a aquellos lugares en que es posible hacerlo para sacar la producción, porque es importante que el país siga en funcionamiento y que la economía siga marchando. Si nos trancamos los problemas van a ser mucho más grandes”.
El SAT debe ser “transparente”
Ante la votación negativa en la Junta del INAC para realizar modificaciones en el Sistema Automático de Tipificación (SAT), como propuso la Federación Rural con el fin de realizar correcciones y ajustes en la nueva forma de operar, el rematador y productor Gerónimo Brea Arbiza dijo que está “estudiando el tema”, pero tiene la “tranquilidad” de que las autoridades del Ministerio de Ganadería y del INAC “conocen la situación y son personas que no toman decisiones en un escritorio, sino conscientes de que se han generado inconvenientes e inquietudes”.
Lo más importante es que los actores involucrados “tienen la intención de mejorar ofreciendo las garantías que todos nos merecemos” y sabiendo que “el sistema debe funcionar de forma transparente”. El SAT es reciente y como todo lo nuevo “tiene cosas que mejorar”.
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