En muchos aspectos Nueva Zelanda es un punto de referencia para Uruguay, y está bien que así sea ya que presenta un modelo productivo y de desarrollo destacable en muchos aspectos.
En diciembre, en una columna de análisis publicada en la contratapa de La Mañana titulada “Nueva Zelandia y las lecciones su modelo de desarrollo, Pablo Sitjar resaltó que las lecciones neozelandesas para el desarrollo de Uruguay “fueron múltiples”, y así es, ya nadie duda de tal cosa.
No obstante, aquel país que sin dudas es un faro al que hay que mirar permanentemente, también tiene sus debilidades y desafíos, los que ahora salen a la superficie y se muestran de forma más clara gracias a la pandemia del coronavirus.
Una de ellas es la falta de mano de obra rural que pone en peligro la cosecha de los alimentos y la llegada de éstos al consumidor final, algo sobre lo que éste semanario ha informado a través de su edición papel y página web.
Mike Chapman, presidente del ejecutivo de Horticultura de Nueva Zelanda, dijo a la prensa local que ese país “necesita dar seguridad a los productores para que éstos puedan plantar sus cultivos y proporcionar un suministro seguro de alimentos a todos los neozelandeses”.
“Los productores de hortalizas están tomando decisiones de siembra, los productores de fresas también están tomando decisiones de siembra, y necesitan saber si contarán con la mano de obra necesaria” y el acceso a los puntos de venta a la población, expresó.
Horticultura de Nueva Zelanda representa 5.500 productores comerciales de frutas y hortalizas de todo el país.
En un artículo de opinión publicado esta semana en el News Hub, Chapman advirtió que las autoridades no han escuchado la advertencia de los horticultores sobre los peligros que corre la seguridad alimentaria en ese país. “Al igual que un perro aullando a la luna, Horticultura de Nueva Zelanda ha estado hablando sobre la necesidad de que ese país tenga una política y un plan de seguridad alimentaria”, escribió.
En la lucha contra el coronavirus Nueva Zelanda impuso un nivel de aislamiento social total denominado Nivel 4, el que dio buenos resultados desde el punto de vista sanitario, pero generó muchas incertidumbres en lo productivo. Recientemente las autoridades anunciaron que se pasaba del Nivel 4 al Nivel 3, una etapa de apertura económica muy controlada que permite el funcionamiento de restaurantes que preparan comida para llevar.
Ese día sólo Mc Donald’s vendió 300.000 hamburguesas, el doble del número del mismo día del año pasado, lo que agotó las reservas de lechugas que la famosa casa de comida rápida tenía en sus depósitos. “Mc Donald’s no tenía suficiente lechuga. ¡Mc Donald’s se quedó sin lechuga!”, subrayó Chapman.
En su columna el productor explica que el Nivel 4 hubo implicó un cierre total de comercios minoristas de alimentos, además de restaurantes y mercados, por lo que el pasaje al Nivel 3 que permitió la compra en determinados restaurantes generó una compra masiva de algo tan simple hamburguesas al pan y eso acabó con todas las lechugas que había en el mercado, agravado por el hecho de que los productores hortícolas dejaron de plantar porque mientras duró el Nivel 4 que no se sabía cuánto tiempo duraría no había forma de canalizar la venta de lo producido.
“Se necesitan alrededor de 90 días en verano y alrededor de 150 días en invierno (por el frío) para que la lechuga crezca a partir de semillas y se la entreguen” a los minoristas o cualquier otro punto de ventas como puede ser la cadena Mc Donald’s, señala Chapman en su columna de opinión
El cierre obligado de los minoristas hizo que los productores no plantaran lechuga, y ahora ese producto falta en el mercado. Algo impensable en tiempos de normalidad.
“Horticultura de Nueva Zelanda ha reclamado continuamente y sin éxito que los minoristas independientes de frutas y verduras deberían estar abiertos así los productores podrán contar con puntos de salida de la mercadería”, pero no fueron escuchados y el resulta que ahora “es posible que algunos ya hayan cerrado o quebrado”.
Según Mike Chapman, Nueva Zelanda necesita una política y un plan de seguridad alimentaria porque “esta escasez es solo un ejemplo de por qué nosotros, como país, necesitamos una política de suministro y seguridad alimentaria: lleva mucho tiempo cultivar los productos que necesitamos”, añadió.
Que Mc Donald’s se quede sin lechugas “es una advertencia que no debemos ignorar. La escasez de vegetales se volverá más frecuente a menos que nos tomemos en serio asegurarnos de tener suficientes alimentos para alimentar” a la población.
“Este es el momento de desarrollar e implementar esa política y ese plan de seguridad alimentaria sobre los que los productores de Horticultura de Nueva Zelanda hemos estado trabajando, antes de que sea demasiado tarde”, concluye.
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