2023 dejó mucha gente golpeada, aquellos que no estaban preparados y los que sí, porque el que invirtió fue el que más sufrió al no poder compensar lo invertido.
Otto Fernández es rematador de larga trayectoria, presidente de Pantalla Uruguay, su nombre es reconocido en el negocio ganadero nacional como director del escritorio Otto Fernández, una empresa familiar de varias generaciones fundada por Don Otto Fernández Ávila en 1944, por lo cual este año la firma cumplirá ochenta años. Además, fue impulsor de los remates por pantalla cuando hace más de veinte años generaban dudas y desconfianzas, y estaban lejos de ser la herramienta imprescindible que hoy todos conocemos.
La Mañana lo consultó sobre cómo evalúa el año que termina y dijo que 2023 fue un año caracterizado por “una seca que se remonta por tres años”, y mirando los últimos doce meses “todos recordamos que hubo un arranque de año con una severa crisis hídrica-forrajera como históricamente nunca se había dado”. Por otro lado “veníamos con valores históricos y el mercado que tuvimos en China y que duró más de un año nos permitió ir haciendo un flujo comercial con valores bastante atractivos, lo que incentivó y motivó a la gente salir a vender y tratar de regular la carga. Pero no fue suficiente porque la seca continuó”.
Fernández recordó algunos episodios de lluvias “en algunas zonas del río Negro hacia arriba y en la frontera con Brasil, en Cerro Largo, en Treinta y Tres, fueron una suerte de lluvias más tempranas que permitieron la llegada de una primavera bastante buena en lo forrajero, y de a poco empezó a recuperarse lo hídrico y luego se generalizó a nivel país”.
“De la mano con eso hubo una fluida comercialización”, en la que “mucho tuvo que ver la virtualidad, la venta de remates por pantalla, las ferias, todo eso dinamizó la colocación del ganado en las zonas que estaban demandando”, agregó.
Respecto al mercado del gordo, dijo que “más allá de la caída abrupta que hubo, comenzó a recuperarse y en este momento estamos a un nivel de precios y una demanda bastante sostenida, que alienta a un cierre de año positivo”.
Ante esa situación descrita, Fernández resaltó el optimismo del sector agropecuario en general, por lo cual “siempre miramos hacia adelante y tratamos de rescatar lo positivo de cada situación, sin negar los problemas o desafíos” que vayan surgiendo. En ese sentido, al mirar hacia atrás estos últimos doce meses “creo que hubo mucho de positivo”, pero también y no se puede negar que “hubo gente golpeada, aquellos que no estaban preparados pero también los que sí, porque el que apostó e invirtió fue el que más sufrió en algunos aspectos comerciales, porque las inversiones forrajeras que hizo no compensaron la lentitud con que se recuperó el mercado”. No obstante, “hay que ver lo positivo, el aprendizaje que queda y el potencial que tenemos hacia adelante”.
Zafra de toros “altamente buena”
Sobre la zafra de toros 2023, dijo que fue “altamente buena, no de grandes valores pero de porcentajes muy altos en comercialización, incluso pasada la zafra los productores seguían pidiendo toros y eso es positivo”. Según algunos analistas del mercado, en 2023 se vendió un dos por ciento más de toros que en 2022.
El año pasado hubo un mercado de vientres y ganados que también, en consonancia con lo anterior, “se vendió mejor”, y “muchos ganados que por algún motivo se vendieron anticipadamente en momentos de seca, con genéticas muy definidas y buenas, que se compraron con destino invernada hoy se están entorando e inseminando”.
Asimismo, la exportación en pie “mantuvo y recuperó el nivel de ventas, y ahora se habla de buena demanda”. Todas esas situaciones “inciden favorablemente al mercado”, aseguró.
En terneros “la oferta fue bastante más retraída y a pesar de eso los precios no fueron comparables a 2022”, de todas maneras “creo que la zafra resultó buena”, consideró, y advirtió sobre “una incidencia importante en los índices de procreo”, pero todo eso “viene acompañando la situación de la sequía”.
“Si se analiza el rubro agricultura y granos, la sequía pegó muy duro con cifras porcentuales muy altas en pérdidas, y en el ganado una de las pérdidas está en la falta de preñeces” y ahí “se trabaja para recomponer lo más rápido posible”.
En materia forrajera “el cierre de año fue excelente, con campos muy empastados y en general el ganado muy gordo”.
Los ovinos, un desafío diferente
El déficit ganadero “quizá lo tengamos en los lanares”, particularmente “en el marcado para las categorías de carcasas más pesadas, o sea lanares pesados, adultos. El cordero, el borrego, la oveja liviana se han comercializado por debajo de lo que uno quiere, pero a valores que le dan fluidez al mercado”.
Por otro lado, la sequía no afectó a los ovinos como lo hizo con los vacunos. Para esa especie “un verano seco ayuda a una mejor sanidad, a la calidad de la lana, el peso y el rendimiento de la lana. Tengamos presente que el exceso de humedad genera problemas de pietín, hongos en la lana, parasitosis”.
“Esperemos que el lanar, que padeció una caída importante en la última declaración jurada, también pueda tener una incidencia un poco más favorable” y además “recuperemos mercados como el que teníamos con Estado Unidos”.
Los ovinos cayeron de 6,1 a 5,8 millones, la variación fue de -4,6 por ciento.
Por tanto “tenemos que pensar que en algunos casos 2023 fue un año bueno con bastantes transformaciones, pero en otros casos van a quedar secuelas y productores en situaciones complejas”.
Concentración frigorífica, otro desafío para 2024
Uno de los temas que marcaron la agenda de 2023 y continuará en 2024 es el de la concentración frigorífica.
El rematador dijo que sobre ese asunto “hay preocupación porque todo lo que sea concentración nunca es bueno”, y referenció a Paraguay, donde se encuentra el escritorio Mauro Fernández, hijo del entrevistado: “Por él conocemos el comportamiento casi exclusivo de un frigorífico de la misma marca que tenemos acá en cuanto a la regulación del mercado, y por ende la no participación de intermediarios en la negociación”. Eso “es un arma de doble filo, porque la intermediación siempre coadyuva en el precio y el mercado, pero no es lo que más preocupa en Uruguay”.
“Lo que más preocupa es la línea de comercialización de carne que tiene esa industria. No es lo mismo un país con costos operativos caros que trata de vender cortes caros a mercados seleccionados, y vemos con preocupación lo que puede suceder” si se impone “una línea comercial que atiende el volumen antes que la calidad”.
Por otra parte observamos al Gobierno, “en un país donde predomina la libertad de los negocios, la receptividad de empresas de otra parte del mundo”; frente a esa disyuntiva “se genera una suerte de cuello de botella entre lo político y lo comercial”.
Lo que es de esperar como “más probable es que el negocio salga y si eso pasa habrá que generar la imaginación de cómo ir resolviéndolo para que se den buenos resultados económicos en un país altamente competitivo en el mundo, pero caro en su producción”.
Tenemos que ver “cómo vamos a ir operando en una concentración tan grande del mercado frigorífico”. Ese seguramente “será uno de los desafíos” del año.
Remates por pantalla y remates feria
La firma Otto Fernández fue pionera en remates por pantalla. “En Uruguay hubo dos remates, uno en Kiyú, de Hereford, y el segundo en el Prado, pero el tercer remate y primero de ganados generales fue la Pantalla Artigas, en el hotel Horacio Quiroga que se realizó el 1° de febrero de 2001, como resultado de una gestión que teníamos que hacer para poder comercializar los ganados que estaban sitiados por una medida sanitaria a raíz de la aftosa que explotó en octubre de 2000”, contó Fernández a La Mañana.
Aquella Pantalla Artigas implicó gestiones ante el Ministerio de Ganadería, con el comienzo del Estudio 3000 y otras tres firmas rematadoras de Salto y Artigas, continuó hasta el comienzo de Pantalla Uruguay en setiembre de 2001.
Esa trayectoria que Fernández cuenta en pocos minutos implica un conocimiento de la historia de los remates por pantalla, pero también la experiencia en ese tiempo de ventas que surgió como respuesta a la adversidad: Primero en 2000 “superando una dificultad sanitaria del ganado; segundo, en 2002, superando los problemas financieros del país con el tema de default” en la región.
Hace más de veinte años, “cuando comenzaron los remates por televisión, la gente le disparaba a esa modalidad de compra, algo que hoy cambió totalmente, cambió la confianza, la forma de informar y hoy el productor opera desde cualquier parte del mundo en que esté”.
Cuando todo esto empezó “no se podía prever la dinámica que la pantalla le ha puesto al mercado, que se reafirmó más con la pandemia, y durante la seca tuvo una dinamización porque abrió el espectro y permitió el movimiento de los ganados hacia otras áreas menos perjudicadas”.
Por todo eso “los remates por pantalla se van a quedar y continuarán mejorando”. Y “los remates de feria van a seguir y son necesarios porque hay segmentos de productores que siguen comercializando de esa forma, con lotes de diferentes tamaños, a veces por conveniencia, por el momento o por estrategia” de negocio.
Por último, dijo que “los remates por pantalla y los remates ferias se complementan. Nosotros somos generadores y hacedores por pantalla, y también seguimos con el local en Parada Fariña, al cual también apostamos mucho como empresa”.
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