La localidad sanducera busca reflotar y fortalecer las actividades productivas que se vieron afectadas por los incendios de inicio del año. Autoridades de Cabildo Abierto y del BROU visitaron la zona para conocer las necesidades de una localidad que sueña con proyectarse a través de la producción con hongos.
Fue un comienzo de año trágico para el país. Los incendios ocurridos en Río Negro y Paysandú –los más grandes de la historia– dejaron más de 30 mil hectáreas devastadas, la mayoría de ellas forestadas. Con las llamas pereció el trabajo de cientos de uruguayos, de pequeños pueblos del interior profundo de Uruguay cuyo sustento es lo agropecuario.
Tal es el caso de la localidad de Piedras Coloradas –una de las localidades afectadas–, situada sobre la ruta 90. Con menos de dos mil habitantes, la comunidad sanducera se desarrolla en base a la industria maderera, la actividad ganadera, apícola, artesanal y la recolección de hongos comestibles.
Dugal Cabrera, presidente de la Departamental de Paysandú por Cabildo Abierto, relató a La Mañana lo que sucedió una vez que las llamas aplacaron: “Piedras Coloradas ha recibido mucha ayuda solidaria de particulares, movimientos sociales, del Estado por la Intendencia Departamental, del Banco República (BROU) con líneas de créditos accesibles, y las visitas de políticos preocupados por la situación. Entre las visitas, en los últimos días, estuvieron todos los senadores de Cabildo Abierto, encabezados por Guido Manini Ríos, y referentes locales de esa fuerza política. La idea es reflotar y fortalecer las actividades laborales de la zona”, destacó.
El pasado 11 de febrero, el senador Manini Ríos se hizo presente en la localidad e informó a través de la red social de Twitter: “Hoy estuvimos en Piedras Coloradas. El alcalde John Cáceres y vecinos del lugar, gente que no se doblega ante las adversidades, nos explicaron la magnitud del daño provocado por los incendios y su preocupación para que existan controles estrictos que eviten su reiteración”.
La solidaridad que salvó al pueblo
Marisol Cerratto vive en Piedras Coloradas hace 24 años. Hoy es concejal del Municipio por el Partido Nacional y referente de la localidad. En conversación con La Mañana, resaltó que “al pueblo lo salvó el pueblo” de las llamas, y destacó la labor del alcalde Cáceres y de los vecinos. “En el comienzo del incendio, éramos cerca de 200 personas desplegadas por todas partes, pero luego fuimos miles. Llegó gente de todas partes, de campaña y pueblitos del interior, personas que no sabíamos quiénes eran ni cómo se llamaban, pero que vinieron a ayudarnos. Fue una calidad humana impresionante. En esos momentos uno se da cuenta el valor que tiene la humanidad”.
Los hongos: una oportunidad de desarrollo
Cerratto es referente de la actividad que realiza en el pueblo en torno a la recolección de hongos. En ella participan más de 200 personas. Se trata de una oportunidad que otorga mano de obra y que aporta valor agregado a la economía local, apuntando mayoritariamente al trabajo por parte de mujeres.
La actividad comenzó hace veinte años. La recolección de hongos fue una importante salida laboral para la localidad durante la pandemia debido a que deja divisas en el pueblo. “Todo el dinero que se obtenía con la venta de hongos quedaban en los bolichitos de la zona, que de por sí ya estaban golpeados desde que se empezó a pagar con tarjeta y la gente tuvo que ir a cobrar a la ciudad y, de paso, ya hacían las compras ahí”, señaló.
En el último tiempo, la localidad vio en ella una veta de desarrollo a través de la gastronomía. El año pasado, la Intendencia de Paysandú, a solicitud del Alcalde John Cáceres, con el apoyo de la UTEC y la UTU de la localidad, planificó cursos de cocina donde un grupo de mujeres emprendedoras comenzaron a preparar escabeche de hongos que luego se envían al sur. Actualmente hay 12 personas habilitadas, con número de bromatología y el manejo de alimentos.
Cerratto, que forma parte del grupo de 12 personas, contó: “Para mí el curso fue algo muy novedoso. Parte del pueblo comenzó a elaborar y gustó mucho. Hemos sido invitadas a ferias y eventos de degustación. Incluso vino el embajador de Paraguay, quien luego de conocer el producto nos comentó que iba a ver qué posibilidades había de hacer una exportación a Paraguay, porque este hongo no existe allá. Es un mercado que se tiene que dar a conocer, porque además gusta mucho”.
El sueño de la cooperativa y una cocina
Hoy el pueblo busca conformar una cooperativa de producción. Sin embargo, se enfrenta con varios desafíos por delante. Uno de ellos es las consecuencias que dejó el incendio. Ya que, informó la entrevistada, gran parte de las quintas donde brotaban hongos se quemaron durante el incendio. “Vamos a tener que irnos un poco más lejos para recolectar. Tal vez se encarezca un poco más, porque si no encontramos acá debemos irnos a Guichón, Grecco o Paso de los Mellizos”, apuntó.
En este sentido, lamentó que vivieron una pérdida económica. “Como grupo no pudimos seguir trabajando porque no teníamos hongos para elaborar”, mencionó. Otro de los retos que enfrentan es la obtención de una cocina que puedan utilizar en la elaboración.
Ante ello, Cerratto valoró la presencia de autoridades del BROU que se acercaron para conocer de primera mano las necesidades de la localidad. “Cada uno de nosotros tiene un problema diferente. Hay personas a las que se les quemó todo. Hay quienes tienen que comprar piques, alambres, postes y pagar a la gente. Acá casi nadie es propietario, todo el mundo arrienda. Por eso vino gente del Banco República –ya vinieron tres veces- para ver de qué manera podían ayudar a los micro emprendimientos”, relató. Además, aprovechó la oportunidad para agradecer a Un Solo Uruguay, organización que –apenas comenzado el incendio– donó fardos y raciones para los animales.
Por su parte, Cabrera expuso: “En la reunión que tuvimos con la visita de los senadores y ahora otra con autoridades del BROU, en la que buscan financiar este crecimiento laboral, desde ya viendo la motivación que demuestran los referentes de Cabildo Abierto sabemos que este proyecto es uno de los tantos que saldrán adelante y del que nos sentimos orgullosos de apoyar y la satisfacción de verlas volar como al Fénix”.
Por el momento, las esperanzas están puestas en el renacer y en que la ayuda llegue para poder tener una oportunidad laboral que brinde un futuro seguro para que las familias afincadas en la zona no deban dejar la tierra que defienden con orgullo.
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