Los inmigrantes representan casi la mitad de los trabajadores agrícolas que tiene Estados Unidos, lo que permite calibrar la gravedad de la situación. Productores y autoridades políticas del mismo partido que Trump, han pedido al presidente solucionar la problemática.
El mundo habla hasta el cansancio de la política comercial y arancelaria que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto en marcha, sacudiendo el mercado global e instaurando desafíos que todos creíamos superados.
Otro de los temas que hace a la preocupación de millones de ciudadanos es la política migratoria. Cada ciudadano devuelto a su país genera preocupación e incertidumbre en él como en su entorno más cercano.
De lo que se informa y comenta poco, quizá por ser un asunto de índole más interna, es cómo esa política migratoria está afectando al sector productivo agropecuario estadounidense, lo que afectará el correcto funcionamiento productivo de los establecimientos agropecuarios, y por tanto su estabilidad financiera, además de que eso derivará en un debilitamiento de la soberanía agroalimentaria del país.
Por otro lado, si Estados Unidos produce menos carne, leche y granos por no tener mano de obra suficiente y no permitirse el ingreso de extranjeros, el problema no es solo de ese país, sino del mundo entero que tendrá menor disposición de alimentos de consumo humano como animal.
“Sin inmigrantes, no hay industria”
John Rosenow es productor lechero de Wisconsin. Al comenzar la semana dijo a un medio local que hace 30 años que contrata ciudadanos mexicanos para trabajar en su establecimiento, porque estos están dispuestos a realizar el trabajo que los estadounidenses no: “El 90% de la leche en Wisconsin es ordeñada por inmigrantes. Sin los inmigrantes, no habrá industria láctea”, enfatizó.
Manifestaciones de ese tipo se han realizado en todo el país y en variados tipos de producciones.
Brian Revees es granjero del estado de Nueva York, está preocupado porque en junio comienza a cosechar parte de su producción de frutas, pero no hay suficientes trabajadores y las visas por trabajo temporal no están siendo otorgadas con la necesaria fluidez.
Anualmente, para las diversas cosechas contrata unos 70 trabajadores, todos legales y cumpliendo los requisitos, pero las nuevas exigencias dificultan el proceso. “Hay muchos gastos, burocracia y tiempo, hay muchos formularios para llenar, pero la buena noticia es que están garantizados como legales”, dijo a un canal de televisión.
Los productores de leche tienen más dificultades que la agricultura o la granja porque el trabajo en el tambo no es zafral sino de todo el año, y las visas por trabajo que entrega el Gobierno son temporales, pretenden que el inmigrante llegue, realice un trabajo puntual y regrese a su país.
En ese sentido, Richard Ball, comisionado para la agricultura en el estado de Nueva York, reconoció estar “muy preocupado” porque el visado para extranjeros es zafral, “y eso no funciona” en el caso de los tambos que necesitan ordeñarse todos los días y todo el año.
En el mejor de los casos, si no se modifica la reglamentación, el productor debe rotar permanentemente sus trabajadores, lo que no es bueno para ningún emprendimiento.
Hacer la diferencia con quienes trabajan
Desde Vermont, el tambero Dustin Machia aseguró que el sector no prosperará sin trabajadores extranjeros. “Es insostenible no tener trabajadores agrícolas migrantes. La agricultura sería muy sombría y el costo se dispararía. No es posible contratar mano de obra estadounidense porque no quieren hacer este trabajo. Sin mano de obra extranjera, no es sostenible”, subrayó.
Machia comparte la decisión del Gobierno de expulsar del país a quienes llegan con intenciones de violar la ley, pero señala que se debe hacer la diferencia con quienes trabajan: “No queremos gente mala en nuestro país. Si son delincuentes no deberían estar aquí, pero los que son buenas personas, a los que quieren trabajar consigámosle una visa y dejémoslos trabajar y en 10 años muchos de ellos volverán a sus casas porque todos tienen familias en sus países de origen y prefieren estar en sus casas”.
Los trabajadores migrantes son productivos para la sociedad
El gobernador de Vermont, el republicano Phil Scott, es un defensor de la presencia de migrantes en el medio rural. “Los migrantes son nuestros vecinos y amigos, tienen hijos en nuestras escuelas, compran en nuestros negocios y juegan un papel importante en nuestra economía y fuerza laboral”, sostuvo, y pidió al presidente Trump que apruebe “una reforma migratoria integral que permita caminos hacia la ciudadanía y mayores oportunidades para que las personas trabajadoras y respetuosas de la ley se ganen la vida en nuestro estado, en lugar de verse obligadas a vivir en las sombras”.
También desde Vermont, el secretario de la Agencia de Agricultura, Anson Tebbetts, emitió un comunicado en cual señala que los trabajadores migrantes cumplen “funciones esenciales, incluido el ordeñe, el cuidado de los animales y las tareas domésticas en las granjas de Vermont y todo el país”.
Por tanto, “los trabajadores migrantes son miembros productivos de Vermont, ayudan a mantener la lechería y la agricultura en medio de la escasez de mano de obra”, agregó.
Vermont es un pequeño estado al noreste de Estados Unidos, limítrofe con Canadá.
Beth Ford, directora ejecutiva de Lond O’Lakes (cooperativa de productores con sede en Minnesota), planteó la necesidad de una reforma migratoria que apoye y no vaya en contra de los agricultores “Hay que reconocer la necesidad de que los agricultores tengan mano de obra disponible. La reforma migratoria, en general, es crítica”, opinó, y añadió que en Estados Unidos, la mitad de los trabajadores agrícolas llegó desde otro país.
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