El trigo y la cebada seguirán siendo los cultivos predominantes, pero la colza y la carinata están tomando una cuota parte importante del mercado, y eso es una buena novedad para todos, porque son cultivos que vienen a diversificar.
En líneas generales, la siembra de los cultivos de invierno “está avanzando muy bien. Todo lo malo que fue el clima para el cierre de los cultivos de verano con afectación de los rendimientos, se ha traducido en buenas condiciones para la cosecha de verano y excelentes condiciones para la siembra de los cultivos de invierno. Estamos tratando de optimizar el avance de siembra para capitaliza esas buenas condiciones”. Además, todo indicaría que en comparación con el invierno anterior habrá un aumento en el área de siembra, “básicamente impulsado por las brassica caritanta y colza”, dijo el Ing. Agr. Diego Iglesias, técnico de Granosur, empresa de influencia en el norte, litoral, y centro de país.
“La carinata es un cultivo relativamente nuevo” que ha sido “impulsado por la empresa forestal UPM”, expresó.
En cuanto a la colza, “es un cultivo que por el año 2010 o 2011 tuvo un repunte, después quedó medio rezagado y en los últimos años se ha reinsertado en los planes de siembra de los productores”.
La simpatía de los productores se explica por ser una opción “que ha mostrado rentabilidad, cosa que no es sencillo sobre todo en el componente de invierno”, explicó. Como complemento “impacta muy bien dentro del sistema, en la rotación de cultivos y herbicidas, y referente a sus pares de invierno como el trigo o cebada, la colza es una cosecha bastante más temprana, en el eje de los primeros quince días de noviembre”. Por lo tanto “si se siembra en esta fecha se cosechará en los primeros días de noviembre, lo que permite hacer una soja de segunda con mejores condiciones en el potencial de rendimiento”.
Otras son las perspectivas para los cultivos de trigo y cebada que por distintas razones presentarán un área menor a la del año pasado.
“Es probable que el trigo tenga menos el área” porque “el número del trigo está bastante justo, los números son muy fines con niveles de equilibrio muy altos para lo que es el promedio histórico” de este cultivo.
A eso se suma que “el invierno pasado hubo problemas de calidad asociados a lluvias al final, con problemas graves de fusarium y demás, y eso queda en la memoria del productor y lo hace más reticente a la siembra de trigo”, explicó.
La carinata es promovida por UPM para su programa de biocombustibles, en tanto que Ancap lo hace con la colza.
La cebada “también cae en el área, básicamente por una limitación de las malterías”. Como se sabe, “la cebada tiene cuantificada en área y las malterías fijan un área en base a la cual la ofrecen a los productores. Este año el área ofertada es menor debido al stock sobrante de años anteriores”, pero además hay una posición “a la defensiva” de las empresas ante “la problemática mundial asociada al COVID-19. Las materías tomaron la decisión de reducir el área y eso impacta” haciendo caer el área con una reducción que “se estima será entre un 15 y 20 %”.
Por otra parte, las forrajeras “adquieren un componente mayor en los cultivos de invierno. Las gramíneas para multiplicación, lo que son raygrases, festucas, y también un cultivo de semilla fina que tiene que ver con leguminosas, tréboles, alfalfa y demás, todo eso están empezando a tomar una cuota importante dentro del área de invierno. Eso es una opción más de negocio para el productor y las empresas semilleristas están ofreciendo la posibilidad de reproducir semillas”, destacó el Ing. Iglesias.
“En los últimos años ha aumentado mucho la demanda de forrajeras” por el “cambio de áreas en zonas agrícolas que han ido influyendo en el área de pasturas. Si bien son áreas chicas comparadas con el trigo, la cebada y la colza”, el técnico estimó que “los resultados dan márgenes interesantes”.
Un jugador nuevo en el que los productores han incursionado es el lupino, un “cultivo muy minoritario que tiene un nicho puntual” con emprendimientos que busca “la alimentación del ganado”.
“También hay emprendimientos puntuales de centeno”, añadió. “Son cultivos en desarrollo”, sus impulsores o productores están buscando paquetes tecnológicos y ajustes agronómicos “que permitan producciones aceptables” que tengan sentido a nivel del área comercial. “Son cultivos que en realidad no tienen un mercado desarrollado y se ven limitado por eso”.
En resumen, el panorama general muestra que los trigos como las cebadas “van a ser cultivos predominantes, la brassica tanto la colza como la carinata están tomando una cuota parte importante del mercado, y eso es una buena novedad para todos, porque son cultivos que vienen a diversificar un poco, ampliar el pool de opciones de invierno y a su vez en los últimos dos o tres años han arrojado resultados económicos buenos”, subrayó.
En los últimos años ha aumentado mucho la demanda forrajeras por el cambio de áreas en zonas agrícolas que han ido influyendo en el área de pasturas.
Al arrojar una mirada por regiones, Iglesias dijo que el trigo y cebada, “mayoritariamente se va a desarrollar en el litoral”, particularmente en Soriano, Paysandú, Río Negro.
“En el centro también hay área en Flores, Durazno y Florida, pero proporcionalmente muy inferior a lo que es litoral”.
En Tacuarembó, Rivera, Cerro Largo, todavía quedan algunos nichos de agricultura, pero prácticamente no hay trigo ni cebada, “en algunos casos muy puntuales y asociados a esquemas forrajeros, algunos corrales de encierro que lo hacen con destino forraje”, comentó.
Respecto a la colza dijo que “está más desparramada” con un área mayor en el litoral por ser ésta de características agrícolas. Pero en zonas mixtas como el centro y más en el norte Tacuarembó o en Rivera que es ganadera agrícola, “la colza se adapta mejor como cultivo a las condiciones del norte y el centro del país. Incluso en el centro tiene alguna ventaja con el flete, los grandes centros de acopio de colza son del sur y Montevideo y ahí hay una diferencia respecto al litoral que lo hace más ventajoso”.
La carinata y la colza
Consultado que uso da el productor a las áreas que no dedica al trigo y la cebada, Iglesias dijo que las opciones son básicamente dos: colza o carinata, la otra opción es pasar a verano con puente verde y directo a la soja de primera o maíz.
La demanda de UPM por carinata es mayor a las áreas dedicadas a ese cultivo, pero la agricultura es una actividad cuyos márgenes están “un poco acotados” y “no es fácil probar cosas nuevas, entonces si bien es un cultivo que ha mostrado resultados buenos todavía no ha despegado. Lo concreto es que hay más área ofrecida por UPM que la que realmente se va a hacer, por eso no hay dudas que se coloca todo lo que se produce”, resumió.
“La canola tiene un aceite apto para consumo humano y también Alur la usa en la producción de biocombustible. Asimismo su tercer mercado es la exportación”, uno de sus destinos es Francia.
Alto porcentaje de productores con los números en rojo
Finalmente, el técnico de Granosur dijo que la situación financiera del sector es “un poco compleja”, sobre todo luego de cerrar una cosecha de soja que no colmó las expectativas. “El grueso de los productores va a quedar por debajo del nivel de equilibrio y eso hay que afrontarlo”.
No se llegará al nivel de endeudamiento de otras épocas, “pero los precios cayeron a 300 dólares y los costos son altos. Va a ser un cierre de la zafra de verano con un alto porcentaje de productores con los números en rojo”.
De esa situación “se sale produciendo” y por eso “Granosur financia a los productores en un 90 %, pero aquel que tiene la posibilidad del contado maneja otras situaciones”.
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