Es ampliamente conocido en el ámbito agropecuario la situación difícil que atraviesa el sector arrocero nacional en los últimos 6 años y los impactos que esto está trayendo sobre esta cadena agroindustrial sino también afectando la economía general y fuentes de trabajo de la mayor parte de las ciudades y pueblos del Este del país.
El cultivo del arroz es una actividad fundamental para la economía y desarrollo de la región y especialmente para la zona baja de la cuenca de la Laguna Merín.
Desde los años 70, con el Proyecto binacional de la Cuenca de la Laguna Merín, además de las obras de Canal de San Gonzalo, represas, etc., se delineó y se ha construido un esquema productivo que cambió la fisonomía de la zona y permitió, no solo el crecimiento del cultivo del arroz (tanto en área como en productividad) sino que sobre la base de la siembra de pasturas en coberturas sobre rastrojos de arroz se practique una ganadería también muy productiva y muy estable.
La actividad arrocera es llevada adelante por productores mayoritariamente arrendatarios de la tierra y del agua (más del 70%) y cuyo único ingreso es el cultivo del arroz.
En su mayoría estos productores se encuentran hoy jaqueados por una ecuación de cultivo muy estrecha.
Compitiendo en un mercado internacional bastante intervenido, donde son comunes subsidios expresos o encubiertos y donde la competencia se hace bastante difícil, Uruguay en base a diferenciación integrada, seriedad en respetar los compromisos asumidos se ha sabido ganar un lugar que muchas veces redunda en precios diferenciales
A pesar de los altos rendimientos de arroz obtenidos estabilizando la producción en el eje de de las 8 a 8,5 ton/ha. productividad de las mayores del mundo y con precios internacionales que si bien no son de ruina distan bastante de los niveles de 2004 a 2014, los altos costos internos impiden salir de un empate técnico en el mejor de los casos…
Por lo tanto es difícil ahondar sobre los desafíos tecnológicos sin entrar en lo reivindicativo y mirar hacia el futuro con certezas, pero sí se pueden apuntar algunos rumbos, sobre todo en la base de la cadena
La búsqueda de alternativas que amplíen la base de la rotación arroz pasturas y que mejoren la ecuación productiva es un camino a recorrer que está dentro de las posibilidades de los integrantes de esta cadena.
En los últimos años las mejoras de infraestructura en las chacras de arroz en caminería, riego y drenajes, disminuyendo tamaño de parcelas, han mejorado el control de las aguas, sobretodo en drenaje lo que es crítico para la instalación de cultivos de secano.
Junto a esto, la soja ha tenido muy buenos niveles de precios desde los 2000 en adelante y avances tecnológicos asociados muy importantes: RR, Intacta, nuevas Variedades, etc., haciendo muy atractiva para los agricultores en general, lo que ha llevado a que paulatinamente se haya incorporado este cultivo en la rotación y hoy alcance 25,000 ha aproximadamente en zonas bajas en rotación con arroz en el Este del país.
La soja ha traído una serie de beneficios: es otro cultivo a aportar ingresos diferentes al arrocero (con monto a financiar menor por hectárea, la posibilidad de Contratos a Futuro, con disponibilidad de caja más temprano que el arroz), anticipa el laboreo (preparación tierra, nivelación y drenajes) con reducción de costos del arroz posterior (100 US$/ha), mejora la productividad del arroz posterior (7 a 10 % promedialmente), permite control de malezas del arroz con otros químicos, permite diluir costos de amortizaciones y de mano de obra.
Finalmente, y reforzando el sistema agricultura (arroz/soja)-ganadería, sobre rastrojos de soja se establecen praderas y verdeos de altísima productividad.
En contraparte, como es conocido muchas veces una de las restricciones para el desarrollo de la soja encuentra en las propias características del terreno del Este: edáficas (suelos poco profundos y arcillosos) y topográficas (planicies), lo que los hacen altamente susceptibles tanto a déficit como a excesos hídricos con variaciones importantes en rendimientos.
Existen en la actualidad nuevas geotecnologías (Uso de RTK, software de drenajes) que habilitan la sistematización de este tipo de campos a una escala mucho más fina que en el pasado, que combinados con avances en maquinaria (pilotos automáticos, etc) ya usuales en el arroz, a costos accesibles, que permiten suponer que las inversiones son rentables y permitirían mejorar la ecuación de arroz y soja.
El aprovechamiento de la infraestructura de riego que ya disponen esos campos, como no hay en ninguna otra zona del país, abre la posibilidad de aspirar a cultivos alternativos regados de altos rendimientos.
En ese sentido, soja sembrada en camellones y con riego por surcos en zonas bajas del Este ha arrojado resultados alentadores que permitirían estabilizar la producción de soja en productividades superiores a las 3 ton/ha sin incrementos sustanciales de costos.
Ya hay proyectos comerciales a gran escala de soja, por productores arroceros, con uso y combinación de las distintas alternativas tecnológicas nombradas con y sin riego en chacras de la zona de Vergara, Rincón, TyT, Rocha que están mostrando resultados alentadores en las últimas dos zafras.
Por supuesto hay que pasar por el ajuste de estas herramientas y de los distintos paquetes tecnológicos a nivel experimental y comercial, con el esfuerzo integrado de productores y técnicos públicos y privados, antes de su consolidación: es una etapa necesaria.
Pero es indudable que de conseguirse abre un panorama productivo más potente aún.
Si se riega soja, no se está muy lejos de regar maíz, y pasturas, y esto agrega más potencialidades aún al sistema, con una ganadería de base pastoril pero con suplementos de granos baratos y propios
Ejemplos de buenos emprendimientos integradores en la zona hay unos cuantos, chicos y grandes con más ó menos uso de granos, se están consolidando varias plantas de Ración para alimentación del ganado y su uso se va ampliando de la mano de las buenas perspectivas para la carne , así que este camino de diversificación ya se está recorriendo.
La diversificación con especialización en cada rubro es un camino que abre buenas perspectivas. Las ventajas competitivas que debemos diseñar es explotar las sinergias del sistema. Potenciar los sistemas aprovechando los recursos excelentes con que se cuentan es necesario.
En ese camino habrán pasos tecnológicos, de eso se trata esta nota, pero también se deberían dar pasos y conseguir apoyos que permitan a los agricultores avanzar en el acceso a los efectos positivos de su intervención sobre los otros rubros ya sea participando directamente en proyectos propios o asociándose en proyectos conjuntos con ganaderos.
Sobre esto también habría que poner mucho pienso, para no dejar a nadie afuera, apostando irrestrictamente a las complementariedades de capacidades y habilidades.
*Ingeniero agrónomo Consultora del Este