Aunque sigue dentro del rango de buen valor, un productor neozelandés definió la situación como “una patada en las entrañas, justo antes de Navidad”.
El cierre de año para los productos lácteos no fue como se deseaba. El precio promedio tuvo este martes 20 un retroceso del 3,8% marcando así el piso anual al posicionarse en US$ 3.493 la tonelada. En el análisis histórico, hay que ir hasta el 5 de enero de 2021 (evento 275) para encontrar un precio más bajo (US$ 3.420). De todas formas es importante precisar que no es un mal precio.
En el año hubo 24 eventos, de los cuales 14 fueron a la baja y 10 al alza. El dato es de importancia relativa porque lo verdaderamente sustancial es la magnitud de las variaciones, de todas formas el año comenzó con el promedio a US$ 4.247, en las primers quincenas tuvo un registro de cinco subas consecutivas hasta al pico de US$ 5.065 (evento 303 del 1° de marzo), luego del cual retomó la senda bajista. Las operaciones siguientes fueron en su mayoría con una tendencia a la baja con algunos retrocesos moderados pero con una fuerte caída (-8,5%) en mayo, la mayor del año.
En la segunda mitad de 2022 solo hubo 4 alzas y las restantes 8 fueron a la baja, algunas significativas, superiores al 4%.
Un productor neozelandés consultado por un medio local y con predio en Manawatu (en la isla Norte), graficó la baja de este martes: “Es una patada en las entrañas, justo antes de Navidad”.
Los precios
Por producto, los valores quedaron de la siguiente manera, todos con bajas: manteca US$ 4,602 la tonelada (-2,6%); queso US$ 4.801 (-0,7%); grasa butírica anhidra a US$ 5.675 (-2,2%); leche en polvo descremada US$ 2.965 (-4,8%); leche en polvo entera US$ 3.246 (-4,0%).
Los productos de exportación de Uruguay son manteca, quesos y leche en polvo descremada y entera, principalmente ésta última y los quesos, de ahí la importancia del precio internacional.
La leche en polvo entera cotizó ayer (US$ 3.246) al valor más bajo desde diciembre de 2020 (US$ 3.210).
¿Qué esperar en 2023?
Un reciente informe de Rabobank que el Instituto Nacional de la Leche (Inale) publicó en su página web señala que al comenzar 2023 “se deben esperar precios de alimentación elevados e insumos de producción de leche caros; también sequías, bajos stocks, la guerra y costos de energía elevados”, pero a pesar de todos esos factores adversos “hay signos de recuperación de la oferta, que se espera sea frágil” dados los “estrechos márgenes de los productores”.
De la demanda se esperar que “permanezca débil”, teniendo en cuenta “el comportamiento de China”.
En definitiva, los precios durante el primer trimestre de 2023 “van a depender del balance entre una recuperación de la oferta y la reapertura de China” en un escenario pospandemia.
“Se espera que China compre con más fuerza para el segundo y tercer trimestre del año” y la flexibilización de las medidas sanitarias internas “podrían tener un impacto positivo sobre la demanda”.
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