En las cercanías de San Jacinto, en el departamento de Canelones, la producción rural se basa en las horticultura y la ganadería. En conversación con La Mañana, el productor Alfredo Acuña repasó los desafíos del sector y la realidad que viven, a raíz del aumento de población de la zona pero la baja en la cantidad de productores y la falta de visión a largo plazo en las políticas hacia el rubro.
“Esta es una región de productores medianos y chicos, no hay grandes productores, y hacen una tarea bastante compartida entre lo que es la horticultura y la ganadería, dependiendo del tamaño de los predios, la ganadería oficia de apoyo a la horticultura en muchos casos”, comenzó diciendo Acuña.
Como gran parte del departamento, es una zona bastante poblada, “pero hoy en día no precisamente poblada de productores. Dada la cercanía con Montevideo, hay mucha gente que residía allí que ha comprado pequeñas fracciones de campo para usarlas como dormitorio y de ahí se trasladan a los trabajos, es una particularidad de la zona, estamos muy cerca, a poco más de cuarenta kilómetros de la capital y de la costa, y por eso ese aumento de población”, comentó.
Gente de campo, cerca de la ciudad
La producción hortícola en el departamento de Canelones cuenta con la ventaja de la cercanía a Montevideo al momento de la cosecha y comercialización. “Esa facilidad está, hoy tenemos la nueva UAM a unos setenta kilómetros de aquí, un poquito más lejos que el Mercado, pero el acceso es bueno. Existen en los alrededores zonas muy pobladas como la ciudad de Pando y Ciudad de la Costa que es donde hay mercados y galpones de ventas mayoristas, y muchos productores venden directamente ahí, desde donde se encargan de distribuir a la zona”.
“La producción hortícola en San Jacinto es variada, hay tanto de invernáculo como de producción en campo, como por ejemplo cebollas, zanahoria, zapallo, boniato. Yo soy productor de toda la vida. Tengo 59 años, nací en la ciudad pero siempre estuve vinculado al campo, y actualmente vivo en el campo, donde produzco”, aseguró.
Actualmente, Alfredo es la cuarta generación de la familia que trabaja en el establecimiento, “y va a quedar la quinta que es mi hijo, que seguramente seguirá, de hecho ya está instalado acá. Somos productores y vivimos de la producción del campo”.
Alfredo es además el presidente de la Sociedad de Fomento Rural de San Jacinto, fundada el 17 de agosto de 1915, aunque recibió la personería jurídica el 6 de agosto de 1917.
“Es una Sociedad de Fomento que en su momento tuvo un vigor bárbaro, por la gran cantidad de productores socios que había, hoy ya no tanto porque como todos sabemos la zona se ha despoblado de productores (no de gente). En este momento estamos con ciento setenta y pico de socios, donde hay productores hortícolas y productores ganaderos”.
Entre la falta de productores y la coyuntura económica
Según relató Alfredo, son varias las problemáticas que aquejan a los productores locales. “Primero, en la parte hortícola está la comercialización, sabemos que cuando existen excedentes o años de abundancia de producción el mercado interno no lo absorbe y ahí surgen problemáticas que tiene el productor para poder colocar su mercadería”.
“Este año en particular tuvimos la suerte de que algunos productores de la Sociedad pudieron exportar cebollas para el mercado de San Pablo, pero con eso no es suficiente, porque deberíamos tener políticas de estado a largo plazo, no solo a corto y mediano, previendo para que la generación que quede tenga una comercialización segura, si no se hace dificultoso seguir en el medio”, reflexionó.
Alfredo considera que hacen falta políticas de apoyo al sector que vayan más allá de un período de gobierno. “Creo que hay un debe en ese sentido, han pasado diferentes gobiernos y nunca han hecho políticas de estado a largo plazo que permitan cierta seguridad a los productores”.
“La producción hortifrutícola, especialmente en la zona sur, Canelones, Montevideo rural, San José, y algo de Lavalleja y Florida, genera gran cantidad de mano de obra, zafral o permanente, y sin embargo no tenemos grandes apoyos para estimular a los productores de permanecer y de que la gente joven especialmente se quede en el campo y no emigre a la ciudad”, enfatizó.
“Cada joven que se va del campo es un productor que se pierde, y no han tomado conciencia los gobernantes de turno que un productor es un profesional, aunque no sea un académico. Es un oficio que se adquiere con los años, con el tiempo, no se inventa. Algunas veces uno escucha la idea de llevar gente de la ciudad al campo, pero eso es muy difícil que exista. Hay que cuidar a los que están”.
Desafortunadamente, si bien tuvieron un año bueno en 2020, la llegada del 2021 no trajo buenas nuevas. “El año pasado hubo una gran demanda de productos hortícolas, pero pasó porque no había producción, o sea que a pesar de la pandemia fue un año bastante bueno. Este año es todo lo contrario, hay una sobreoferta y poca demanda, lo que hizo que los números bajaran”, aseguró.
“Por supuesto que también afecta la pandemia y que haya mucha gente sin trabajo, disminuyendo el consumo. Las perspectivas para este año realmente no son muy buenas, es un año de no hacer caja, porque los gastos están igual, y los insumos subieron todos porque están en dólares”, concluyó.
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