Su predio de 40 hectáreas está ubicado en el kilometro 145 de la ruta 5. Prefiere las razas sintéticas, carniceras y prolíficas. Se muestra crítico con la conducción del Instituto Nacional de Colonización, dijo que las faenas prediales no fueron solución para los pequeños emprendimientos, propone regular los aportes al BPS y denunció que el sistema expulsa productores para plantar montes para pasta de celulosa que produce papel para el exterior.
¿Se puede vivir de la producción ovina en pocas hectáreas?
Debido a distintas variables como pueden ser los costos de producción, los insumos, los costos variables como son el combustible, la energía eléctrica, la disponibilidad de agua, los impuestos y el clima te diría que un productor con 40 hectáreas, si no trabaja en otro lado no vive.
¿Entonces cuantas hectáreas se necesitan para que la producción sea viable?
En un sistema ovino intensivo donde en el precio dependemos del mercado, hoy tenemos un cordero a US$ 4,10 pero el año pasado lo teníamos a US$ 3 con aquella seca que casi nos mató a todos, con las hectáreas que exploto no alcanza. Con esas variables yo te diría que un productor hoy precisa de 100 hectáreas hacia arriba para poder producir y poder vivir del campo.
Usted se presentó a varios llamados de Colonización. ¿Qué opinión tiene sobre la institución?
Yo tengo una opinión bastante personal sobre Colonización. No sé si es un tema político o institucional pero hoy está mal gestionada. Abren un llamado para un campo y se anotan quinientos. Hay gente que necesita tierra para trabajar y de los quinientos después terminan quedando cinco porque Colonización se encarga de a la mínima ir descartando. Me anoté varias veces y después de llenar toda la documentación te piden una cuenta bancaria. Entonces usted no le puede exigir al pequeño productor que tenga un depósito en el banco cuando están luchando para mantener lo poquito que tienen. Creo que hay cosas que no se coordinan en Colonización. Espero que algún gobernante de los que andan en la vuelta tome conciencia de que no se puede estar hablando en los medios que está todo bien cuando nosotros como productores en el interior del país estamos sufriendo determinadas cosas y vemos que el gobierno mira para el costado. Vemos que hay productores que se tienen que ir de su tierra y esos campos son acaparados por las grades estancias. Y encima eso pequeños productores terminan trabajando de empleados en la misma estancia que les compró el campo. Basta recorrer los caminos o las rutas y para donde mires ves una tapera. Ahí vivían familias, ahí vivían productores, gente que vivía del campo, que criaban a sus hijos, que mandaban a los chiquilines a las escuelas. Hoy las escuelas rurales están cerrando porque no tiene chiquilines.
¿Y cuál sería la solución?
Adquirir 50 o 60 mil hectáreas, fraccionarlas y empezar ayudar de verdad al productor. Y no pedirle cuánta plata tiene en el banco y si tiene un tractor o una máquina. Que pueda llevar a la familia para el campo y que pueda producir hasta que por sus medios pueda salir adelante. Yo estoy seguro de que alguno podrá fallar, pero la mayoría va a responder porque es gente que quiere realmente estar en el campo. El tema es que los gobiernos se han encargado de que ese productor se termine yendo o de peón para una estancia grande o para el pueblo a trabajar de peón de mano de albañil y la señora de doméstica.
Usted en varias oportunidades ha expresado disconformidad con el sistema de aportes al BPS. ¿Cuál debería ser la regla para que el aporte sea más equitativo?
Actualmente hasta siete hectáreas no se paga BPS, se lo considera un predio familiar para autoconsumo. Pero de ocho hectáreas a 199 se paga la misma franja. No puedo creer que nadie de los que maneja el país se haya dado cuenta que no podés pagar una franja tan grande cuando vos estás dando el pasito de no tener nada a tener un poquito. Si me preguntás cuál sería la solución, yo te diría que hasta siete hectáreas sea sin BPS, de ocho hectáreas hasta 50 una franja, de 51 a 100 otra, de 101 a 150 la siguiente y de 150 a 200 se pague otra franja. Porque eso también ayuda al productor. Si vos me decís que por año tengo U$ 4000 pesos menos porque me cambiaron la franja, eso lo voy a usar para trabajar. Hoy las tierras están siendo acaparadas por las multinacionales y al pequeño productor lo estamos dejando de lado porque no nos sirve, porque tiene 50 ovejitas. Entonces vamos a sacarlo para fuera y vamos a plantar montes para venderlos a papeleras para que los lleven para España.
¿Qué opina de la faena predial?
La faena predial no tiene ninguna ventaja para el pequeño productor, como salieron a decir en los medios. ¿Como le vamos a pedir a un productor chico que haga una inversión para una sala de faena cuando ese productor está luchando para no irse del campo? ¿Usted tendría 10 o 12 mil dólares para hacer una sala de faena y salir a vender esos corderos? Es inviable. Por eso hay muy poquitas habilitadas en Uruguay y son de productores de mediana escala. En cierto momento creí que podría ser una salida, pero con el tiempo me di cuenta de que no es una solución para el pequeño productor.
Tenía los corderos preparados, pero los paros de la industria frigorífica retrasaron el embarque y perdió plata
Como todos los años, Juan Murguiondo planificó el trabajo para tener los corderos mamones en fecha con 35 kilos y debió esperar veinte días para que se los embarcaran. Para ese entonces los animales aumentaron su peso, pasaron a la franja de corderos pesados y se los pagaron a menos precio.
En total embarcó 93 corderos pesados, que en realidad debieron ser mamones porque se pagan mejor señaló a La Mañana el productor. Se lamentó porque se planifica el trabajo durante todo el año y cuando llega el momento siempre algo complica las cosas. Esta vez debió esperar veinte días más de lo previsto para embarcar sus corderos, lo que provocó que aumentaran de kilos y se pasaran de franja haciendo caer su cotización. “Vos pensás que podés ganar un pesito más y terminás ganando un pesito menos”, se quejó el productor que vivió en carne propia las consecuencias de un largo conflicto.
En los primeros días de enero deberá hacer frente a varios vencimientos entre ellos el arrendamiento de diez de las cuarenta hectáreas que explota en el centro del país. Con el retraso del embarque también se trasladan hacia adelante el pago de su majada y muy probablemente tenga que gestionar un adelanto con el intermediario para pagar esos vencimientos. Agregó que al 2% que habitualmente cobra el intermediario por la colocación del ganado se le suma un 2% más por la anticipación en el pago.
“Uno tiene que soportar determinadas cosas” porque es un productor chico y tiene la necesidad de vender la producción de todo el año. Dijo que son “pesitos” que luego se van a destinar para pagar la renta, arreglar alambrados, comprar medicamentos. Dijo que a veces “no se puede esperar 30 días o 45 días a que el frigorífico se le ocurra pagarte”.
Señaló que lograr una fecha de embarque es todo un tema porque “si sos chico” y no completás un camión con 290 animales, la industria tiene que coordinar para levantar los corderos de varios productores alrededor. Afirmó que “si tenés 300 corderos seguramente vayan primero a cargarte”.
“El problema de los productores está de la portera para afuera, no de la portera para adentro”, se quejó Murguiondo y se lamentó por los paros en una época del año en que realmente necesitan esos ingresos. “El productor no puede ser rehén de un conflicto entre la industria y los trabajadores” porque los que terminan perdiendo “siempre somos nosotros”.
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