El Ing. Agr. Ricardo Reilly, productor Hereford y delegado de la ARU en INAC, se refirió a la importancia del campo en la recuperación económica del país y analizó las perspectivas de la ganadería en el mercado global, la demanda europea, el Nafta y las posibilidades que da el sudeste asiático.
¿Cuál es la situación del mercado global de la carne y cómo se ubica Uruguay?
A pesar de las circunstancias que atraviesa el mundo, el mercado global de la carne y el de los alimentos en general, tiene buenas perspectivas. Uruguay juega en la liga de los grandes exportadores de carne vacuna, tanto en volumen como en valor promedio de la tonelada exportada. La situación podría ser sustancialmente mejor aún, si logramos levantar ciertas restricciones de acceso tanto arancelarias como sanitarias.
¿Qué tendencia muestra el mercado en cuanto a tipos de consumo?
Hay una realidad que nos marca esta pandemia, y es que muchas cosas pueden cambiar pero el mundo se tiene que seguir alimentando. Se están observando grandes cambios en los canales de comercialización, con una generalización de las ventas online de alimentos, algo que en países como China ya era frecuente, pero hoy vemos que se está trasladando a varios países del mundo. Esto sin duda también obliga a adaptar las formas de promoción de los diferentes productos entre ellos la carne, algo en lo cual desde la Gerencia de Marketing de INAC se está trabajando fuertemente, procurando acompasar estos cambios.
¿Qué está haciendo Uruguay frente a los productos vegetales o de laboratorio?
Uruguay tiene varios trabajos realizados al respecto.
Siempre digo que el crecimiento del mercado para este tipo de productos que utilizan engañosamente el término carne, es una consecuencia de muchos años de ataques infundados hacia la carne vacuna en particular, y es algo que los países productores debemos revertir en la opinión pública. Para responder a esta falacia se necesita contar con una base científica, la cual ya existe, pero lo más importante a mi entender es luego saber comunicarlo de forma adecuada y coordinada.
Entiendo que ahora es momento de capitalizar toda la institucionalidad público-privada que hemos desarrollado en Uruguay a lo largo del tiempo, y ponerla a trabajar en busca de retornos económicos para el complejo cárnico. Uruguay tiene que posicionarse rápidamente como país productor de carne carbono neutro, que preserva la biodiversidad, el cuidado del medioambiente y el bienestar animal, y demostrarle al mundo que producimos cumpliendo con las más altas exigencias de calidad desde todo punto de vista. En esto no se puede perder tiempo, tenemos que transmitir ese mensaje urgente como forma de diferenciarnos de nuestra competencia frente a los consumidores, que son en definitiva quienes toman la decisión de comprar los productos.
¿No es una debilidad de Uruguay que el mercado de la carne se destine principalmente a China?
Como en cualquier negocio, tiene lógica venderle a aquel cliente que nos genere mayores ingresos, que en este caso además necesita comprar en grandes volúmenes, y por ende pone menos exigencias o complicaciones a la hora de comprar. Hoy China es el centro de la demanda de proteínas y lo seguirá por mucho tiempo. Independiente de esto, sin duda es fundamental la diversificación.
En ese sentido entiendo que debemos procurar mejorar el acceso a otros destinos de alto valor, lo que a su vez genera una mayor sofisticación de los procesos productivos, un caso claro es el de la cuota 481. En la actualidad es difícil que otro destino pueda suplantar la demanda de China en el corto plazo. Se trata de un mercado que lleva todas las partes del animal, por lo que valoriza toda la res, además de no tener restricciones de acceso en cuanto a volumen, y se pagan aranceles accesibles.
Pero hay que trabajar en desarrollar nuevos mercados, ampliar el acceso a otros destinos, y generar otras oportunidades de negocio. Mejorar el acceso a Japón es un punto clave. El futuro de la demanda de carnes está en Asia y hacia allí hay que apuntar. Uno de los focos de INAC también está puesto en desarrollar el sudeste asiático.
¿Las perspectivas de la demanda china se mantienen firmes?
La demanda China se mantiene firme y es lo que explica el dinamismo del mercado de carnes en el mundo. Si bien es el país en el cual comenzó el problema del covid-19, también es uno de los primeros que está volviendo a la vida normal de a poco. Los rebrotes de peste porcina han acentuado el déficit de proteínas, y es otro de los factores que explican la firmeza de la demanda china por carnes.
“Uruguay cuenta con un elevado stock ganadero que le permitirá capitalizar el momento, con récord de terneros, alto stock faenable, y la máquina de producir intacta con más de 4 millones de vacas de cría”
¿Qué está pasando con la demanda europea?
Europa está muy golpeada por la pandemia, lo que está complicando al turismo que es un ingreso fundamental para las economías europeas. Esto llevó a una caída marcada en el consumo de carnes de alto valor, que son los cortes que Uruguay exporta a ese destino y se consumen más que nada en restoranes. En el primer trimestre del 2021 la UE representó el 14% de nuestros ingresos por exportaciones de carne. En Europa no se colocan grandes volúmenes, pero los precios son elevados, lo que hace la diferencia para la industria exportadora.
Pero también hay un aspecto relevante, y es que desde hace un tiempo, varios consumidores europeos están mostrando una tendencia a consumir menores volúmenes de carne, explicado en parte por toda la serie de cuestionamientos que se han levantado hacia la carne vacuna, por la emisión de gases de efecto invernadero, su incidencia en el calentamiento global y el cambio climático. Es un relato que sin duda se ha instalado en varios consumidores y es algo que debemos trabajar para revertir de forma urgente con los argumentos correspondientes. Uruguay tiene todo para hacerlo.
¿Cuál es la situación de la cuota 481?
El cupo 481 ha sido y es un negocio dinamizador para la ganadería en todos sus niveles. Si bien estamos en pleno proceso de reducción gradual de la cuota, Uruguay sigue manteniendo buenos niveles de participación. Ahora habrá que ver qué pasa con Argentina y las restricciones que le están imponiendo a las exportaciones de carne, lo que podría tener un fuerte impacto en el mercado internacional.
¿Tenemos posibilidades de crecer en el Nafta?
El Nafta es un mercado de gran relevancia para Uruguay, no solo por precio, sino por la confiabilidad que tiene el mercado en sí mismo. En el primer trimestre del 2021 por ejemplo, significó el 16% de los ingresos por concepto de exportaciones cárnicas. El año pasado Canadá se destacó por sus compras dentro del bloque. Estados Unidos también tuvo un comportamiento destacado. La gran limitante que tenemos con Estado Unidos es el cupo de 20.000 toneladas, algo que difícilmente cambie en el corto plazo. A nivel de INAC y Cancillería se está trabajando en procura de lograr mejorar el acceso en EE.UU. a través de una cuota de alta calidad existente, para animales terminados a grano.
En el último año, ¿cuál ha sido el avance en temas arancelarios que Uruguay paga?
Lamentablemente hay muy pocos avances a la vista. El sector cárnico tenía las esperanzas puestas en la ratificación del acuerdo Mercosur -Unión Europea, algo que quedó en el aire, al menos por el momento. El Mercosur tal como está planteado es una complicación para las posibilidades de que Uruguay se abra al mundo. Es urgente lograr una flexibilidad que nos permita generar acuerdos beneficiosos para todos nuestros sectores productivos. Detrás de ello hay muchos puestos de trabajo en juego. Uruguay es por lejos el país más perjudicado por la rigidez del Mercosur. En ese sentido apoyamos la iniciativa que está llevando adelante el Gobierno en procura de una mayor flexibilidad para negociar fuera del bloque.
¿Nota un cambio en la estrategia de Uruguay dentro del Mercosur?
Los gobiernos del Frente Amplio le dieron al Mercosur una orientación política que nada tenía que ver con lo comercial, lo cual fue muy negativo para el Uruguay. Eso lo estamos pagando. Perdimos 15 años en los cuales el mundo estaba dispuesto a negociar acuerdos. En la historia siempre hay un tiempo para todo, hay trenes que pasan, y en la era pospandemia corremos el riesgo de que los países se vuelvan más proteccionistas. Igualmente tenemos que seguir trabajando por un mejor acceso de nuestros productos, ya sea junto al bloque o de forma paralela.
¿Qué rol juega el campo en la reactivación económica del país?
Se vislumbran buenos tiempos para la ganadería. Actualmente la demanda de carnes en el mundo supera la oferta. Uruguay cuenta con un elevado stock ganadero que le permitirá capitalizar el momento, con récord de terneros, alto stock faenable, y la máquina de producir intacta con más de 4 millones de vacas de cría. Además el Gobierno tiene claro la relevancia del sector agroexportador para la economía nacional y la generación de puestos de trabajo. No tengan dudas que la reactivación económica vendrá una vez más de la mano del campo.
TE PUEDE INTERESAR