El periodista y analista de mercados se refirió a las tensiones que rigen a nivel mundial y nacional
Este lunes, la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) informó sobre un nuevo ajuste de valores en el mercado de ganados con lo que se rompe el proceso al alza que se había observado en las semanas anteriores.
En ese marco, y luego de la reunión que llevaron a cabo los consignatarios, Ricardo Sosa, director de Monitor Agrícola y Monitor Ganadero realizó una exposición sobre las perspectivas del mercado de carne la que se tituló “Cómo leer los mercados en tiempos volátiles”.
Posteriormente Sosa comentó a La Mañana las perspectivas del mercado mirando la situación internacional desde el punto de vista de los países compradores, como de los países que compiten con Uruguay.
Dijo que en 2022 tuvimos “precios extraordinarios”, efectivamente, el precio del novillo, vaca y vaquillona llegaron a valores bastante por encima de los cinco dólares, pero a partir de junio de ese año comenzó a bajar y se dio “una caída importante”.
“Hoy estamos con precios por debajo del récord al que llegamos hace un año, pero estamos por encima de 2021, nos encontramos en una meseta”, definió, mientras que la industria considera que los precios a pagar no convalidan los precios de la exportación, “y por eso hay una presión a la baja. Es decir que en las próximas semanas los precios de la industria tienen la intensión de bajar un poco más lo que es el valor del novillo y la vaca”.
Si se analiza la situación de los otros países que ya sea por ser compradores o exportadores de carne y como tales nuestros competidores, lo que se ve son realidades dispares según las características de cada uno.
China continúa saliendo “gradualmente del Covid cero” además de que “está muy especulativa para la carne vacuna. El año pasado pagó precios extraordinarios y este año no lo está haciendo, mientras que los importadores chinos especulan que habrá más plantas brasileñas habilitadas”.
“Brasil y Australia están a la cabeza en la oferta de carne”
Por otro lado “Brasil y Australia, que son dos grandes jugadores mundiales, están a la cabeza en la oferta de carne, porque los dos están en un proceso de aumento de oferta. En Brasil hubo varios años de caída de la faena, el año pasado aumentó y este año sigue aumentando con el 50% de faena de hembras, lo que quiere decir que están descartando hembras, están en el proceso inverso a cuando recomponer stock. No es que estén en un proceso de liquidación, pero sí de aumento de oferta de vacas y por eso tenemos un Brasil super competitivo con el novillo a US$ 3,60 o US$ 3,70, cuando en Uruguay el precio es de US$ 4,20”.
Por otra parte, “Australia tuvo varios años de recomposición de stock luego de una seca fuertísima y de 3 años de buenas lluvias, lo que le permitió recomponerse y volver a ofertar”, además de que está “amigándose con China luego del diferendo” que ambos gobiernos tuvieron por el tema Covid.
En cuanto a Estados Unidos, “está en un proceso inverso al de Brasil y Australia”, porque está pasando por “una contracción del ciclo con una caída en la producción” dado a que “en los últimos años, por temas climáticos y altos costos, tuvo mucha faena de vacas, hembras, y según datos oficiales al 1° de enero de 2023 el stock de vacas de carne era el menor desde 1961”.
Esa situación de Estados Unidos “puede ser positiva para Uruguay porque generaría mayor demanda, aunque estamos limitados por la cuota”, igualmente “podemos vender por fuera de esa cuota de 20.000 toneladas, pero a un arancel del 26%. Brasil ya completó su cuota en EE.UU., y en el segunde semestre Uruguay y Argentina tendrían menos competencia”.
El panorama nacional
Con ese panorama internacional, Ricardo Sosa señaló como “clave” para el mercado local el “ver cuánta oferta de ganado de corral hay y habrá, y si compensa la menor oferta de ganado de campo preparado”.
“Lo segundo es ver qué actitud toma la industria” cuyos números negativos no la ayudan. “Hay que ver hasta qué punto la industria puede manejar esos niveles de precios. Una opción es que bajen y la otra disminuir el ritmo de actividad”.
Si se va por una menor actividad hay que considerar “los costos fijos muy altos” que tiene la industria, porque si faenan menos los costos fijos impactan más. La disyuntiva es seguir faenando en cantidades importante a márgenes negativos o faenar menos, pero golpeados por los costos fijos”.
Exportación en pie
Consultado sobre el rol que juega la exportación en pie, Sosa dijo que es una vía que permite al sector ganadero “no atar su producción solo a la industria”.
Es una herramienta que “ha estado muy activa porque hubo muchos permisos de Turquía que básicamente se cumplen desde Uruguay y Brasil con lo cual la exportación en pie en un momento complicado le puso un piso al valor del ternero y los productores defienden eso, especialmente quienes están mas ligados a la cría”.
Un dato relevante es que la exportación en pie “básicamente compra terneros enteros y si vemos los remates esa categoría fue la que pagó mejor y sostuvo el valor, es algo que en este momento para el criador es una alternativa”.
Del lado de la industria “se tiene otra mirada”, en el sentido de que “le saca ganado” dado que “son terneros que después no entran a la producción de carne”.
Respecto a Turquía, Sosa dijo que la industria cuestionó que ese país “cobra un arancel altísimo por comprar carne, pero no para el ganado en pie”, pero son comportamiento de los países compradores.
“El productor tiene espalda, pero no es eterna”
Al analizar el momento en que llegó lo peor de la sequía a Uruguay, Ricardo Sosa dijo que en los últimos meses se dio de forma paralela la baja del precio del novillo y la falta de precipitaciones, y “eso al productor le costó y le cuesta”, sin embargo “no hubo una liquidación de ganados o de oferta por efecto de la sequía” como sí sucedió en otros países, como Argentina que tuvo “mayor faena en tanto que en Uruguay cae. Eso quiere decir que en nuestro país el productor ganadero tuvo la capacidad de darle alimento a los animales, comprar fardo, maíz, raciones y tratar de no perder”.
¿Cómo se pudo enfrentar la baja de precios y la sequía?, “porque venía con espalda para resistir, pero esa espalda no es eterna”, apuntó. Ahora “se necesita que el clima se recomponga, que llueva, que el ganado pase el invierno, que haya buenos precios en un escenario de acceso fluido al financiamiento”.
“Se deben dar las lluvias y si el precio se mantiene en un promedio de los US$ 4 o US$ 4,50, el productor tiene la forma de seguir apostando”, resumió, aunque “también hay productores que están por debajo” de ese rango de valor.
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