La pandemia que está instalada en nuestro país desde el 13 de marzo del 2020 ha generado durante este tiempo una verdadera “caza de brujas” a la búsqueda de los responsables del ingreso del covid-19 y sus consecuencias. El llamado “caso 0” vinculado a una mujer que vino de Europa quedó en el olvido y las culpas después han recaído sobre los comercios de free shops instalados en la frontera con Brasil y el flujo de turismo brasileño que generan.
“Hay que cerrar la frontera”
La frase repetida infinidad de veces –tanto por operadores turísticos de diferentes zonas como por integrantes de sectores políticos vinculados a la izquierda y hasta por miembros del GACH– en momentos de preocupación por la cantidad de casos, generaron una suerte de discriminación hacia los ciudadanos de la frontera y por lógica con los comercios locales vinculados al rubro fronterizo.
El daño causado por el cierre de actividades –por ejemplo, a la sociedad de Rivera– es imposible de valorar y también es muy difícil proyectar la recuperación. Las informaciones carentes de veracidad, repetidas por actores políticos y replicadas de forma irresponsable por algunos medios de prensa capitalinos, que llegaron a afirmar que llegaban a esta ciudad 50 ómnibus por día (Dr. José Bayardi en programa “Todas las Voces” en diciembre pasado) han sido muy perjudiciales.
“Estamos deseando volver a trabajar”
Los funcionarios del rubro se mantienen expectantes a los plazos de vencimiento de los seguros tanto parciales como totales ante la incertidumbre de si volverán a los trabajos o pasarán a ser desempleados. En diálogo con un funcionario, este nos expresaba: “Estamos deseando volver a trabajar normalmente, mi esposa está en seguro y dependemos de que ella vuelva”.
“El tiempo pasa y los números bajan…”
El tiempo fue pasando y la cantidad de contagiados en Rivera fue bajando al punto de que el sábado 12 de junio pasó de estar en la zona roja a estar en la zona naranja del índice de Harvard. Es el único en el país a la fecha con el menor número de contagiados, pasando de 1.600 a los actuales 350 y con el máximo de personas vacunadas en promedio. La toma de conciencia de los riverenses y el apoyo de la intendencia departamental a la vacunación “barrio a barrio” han generado el efecto esperado.
Sin embargo y según lo manifestado por el inspector general de la Intendencia, Carlos Migorena: “El tiempo pasa y los números van bajando y tenemos que soportar a los que no conocen Rivera opinar sobre el cierre de todo… Desde la reapertura dispusimos siete equipos de control y hasta el momento solo detectamos dos comercios que incumplían los protocolos y ninguno del rubro free shop”.
“Los ‘sacoleros’ no compran en free shops”
Después del 23 de mayo, tras el levantamiento de las medidas restrictivas, el promedio de ómnibus que pasan la frontera oscilan entre los 50 a 55 por fin de semana, lo que supone unas 1200 personas, en su mayoría procedentes de la ciudad de Santa María. Las unidades llegan con un aforo del 50%, los que son controlados por el Ejército brasileño a 7 km de Livramento. Al llegar a Santana do Livramento, estacionan sobre la Av. Tamandare en la circunvalación del DAE (Departamento de Águas e Esgotos, similar a OSE).
Por estar en territorio brasileño esta situación es imposible de controlar, también porque casi la totalidad de los viajeros recorren a pie las 10 cuadras que los separan del Parque Internacional desde donde cruzan para realizar sus compras en comercios pertenecientes a colectividades sirias, palestinas y libanesas. Estos comercios han sido cuestionados por el manejo de su personal, el pago de aportes y hasta por incurrir en delitos como el contrabando, motivo por el cual semanas atrás fueron formalizados dos empresarios.
Los llamados “sacoleros” –el equivalente de nuestros “bagayeros”– llegan allí para comprar, como muestran las imágenes, frazadas, sábanas, acolchados y hasta electrodomésticos de poco valor para revender en sus ciudades de origen. Al tratarse de mercaderías, en su mayoría de origen brasileño, no significa un inconveniente a la hora de pasar por los controles.
A escasos metros del lugar de estacionamiento de los ómnibus se encuentra el Free Shop Siñeriz, el más grande de la región, que al mediodía del sábado trabajaba con la tercera parte de sus cajas habilitadas y sin ningún tipo de demora.
“¿Por qué no cierran Montevideo?”
La insistencia de políticos y hasta de científicos de que cerrar las fronteras es la solución ha generado la inmediata reacción de la población y sus representantes nacionales. Al decir de un empresario local: “En un fin de semana en Rivera ingresa en promedio el mismo número de personas que recibe un shopping en Montevideo por hora. Hoy la capital tiene más de 16.000 casos. Entonces pregunto: ¿por qué no cierran Montevideo?”.
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