Un hotel de la Intendencia de Tacuarembó provoca dumping de precios que perjudica a los operadores privados y desestabiliza el mercado. Denuncian que la Dinara mantiene encajonado un proyecto de pesca deportiva que generaría un nuevo polo de desarrollo para la zona.
Las relaciones entre los operadores turísticos de San Gregorio de Polanco y el gobierno departamental de Tacuarembó nunca fueron las mejores. Desde que el hotel Los Médanos, propiedad de la Intendencia, ejerce presión a la baja sobre los precios, compitiendo deslealmente con el resto de la oferta turística, el descontento es cada vez más generalizado. “Tenemos un problema mucho más grave que si la temporada fue buena o mala”, dijo a La Mañana el empresario Javier Medina, propietario del hotel Bali en ese balneario. La principal contradicción denunciada por los empresarios del sector está relacionada con la distorsión de precios que no solo genera descontento, sino que también pone en evidencia el subsidio encubierto de toda la población del departamento a la hora de contratar con la empresa gubernamental. Medina denunció que inclusive el gobierno departamental utiliza su página oficial para promover los servicios de Los Médanos, dejando afuera al resto de las empresas que pagan rigurosamente sus impuestos para seguir funcionando. Para laudar esta situación, ha habido varios intentos con encuentros entre ambas partes, que no han tenido una respuesta favorable de la comuna.
A estos reclamos se suma la falta de desarrollo y mejoras en el balneario. “El techo lo pone la gente que toma decisiones”, sostuvo el empresario, que agregó que nunca ha visto a sus gobernantes departamentales veranear en San Gregorio. Medina agregó que es una señal que da la pauta de que no creen en el producto turístico sobre el cual trabajan. Para contrarrestar esta situación el empresariado reclama una mayor presencia del gobierno que mejore la estética del lugar porque se sienten “estigmatizados” como un producto barato. Uno de los informes económicos publicados en años anteriores daba cuenta de que San Gregorio generaba entre cinco y seis millones de dólares por año en función de su desarrollo turístico. Para Javier Medina hay tres razones por las cuáles el gobierno de Tacuarembó debería defender e impulsar el desarrollo de su principal balneario: para que la población de ese departamento no deje su dinero en otro, para que los turistas de otros departamentos dejen sus dineros en Tacuarembó y para que la gente del propio Tacuarembó deje su dinero en su propio departamento. Y las tres fueron compartidas con el anterior intendente Heber da Rosa.
A la espera de una firma
La Asociación de Fomento y Turismo de San Gregorio tiene en carpeta desde hace cuatro años un proyecto de pesca deportiva con dos zonas bien demarcadas. La idea original tiene que ver con la posibilidad de buscar alternativas para desarrollar un turismo más intensivo durante todo el año. Sin embargo, y a pesar de contar con un estudio en el que la Facultad de Ciencias concluye resaltando la oportunidad del desarrollo de un proyecto de estas características y el aval de las autoridades competentes, aún resta la firma decisoria del director nacional de Recursos Acuáticos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Para el operador turístico Javier Medina, lamentablemente el expediente está encajonado y el balneario sigue a la espera de un nuevo polo de desarrollo para todo el año.
En el trabajo se demarcan cuatro mil de las 146 mil hectáreas que ocupa el lago como lugar estratégico para el desarrollo de esta actividad. Se trata de dos lenguas bien identificadas como lugares de reproducción de peces. Tras el comienzo de las operaciones de la segunda planta de UPM, el nivel del agua se estacionó en su tope y ya no se corre el peligro que hasta hace poco se tenía para el desarrollo de la actividad, cuando los peces desovaban en la orilla y al otro día, con la bajante, se perdían con el corrimiento aguas adentro. Esta situación se intensificó durante el déficit hídrico de los últimos años.
Curiosamente, al momento de la presentación de la propuesta, desde el organismo regulador de los recursos acuáticos del país no conocían ni las dimensiones ni las problemáticas de la zona. Este desconocimiento se hizo más notorio cuando las autoridades pidieron evidencia empírica sobre el deterioro que estaba presentando la población de peces del lago y que posteriormente fue confirmado por el estudio de la Facultad de Ciencias. Tanto Medina como el resto de los operadores turísticos de la zona siguen esperando una resolución afirmativa que les permita comenzar a desarrollar una nueva actividad para la zona.
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