La presencia de focos de garrapata en el país mantiene en alerta a todos lo integrantes de una cadena que comienza con el productor y finaliza en los destinos a donde va dirigido el producto en el mundo. El invierno que está por finalizar fue un caldo de cultivo para el aumento de la población. En ese sentido lo recomendable es comenzar a aplicar algunas de las medidas tendientes a eliminar este insecto que tanto afecta el desarrollo ganadero del país.
El departamento de Durazno debido a su situación geográfica media como una especie de bisagra entre las llamadas zonas sucias con alto impacto de este parásito y las zonas limpias que, por sus características y los cuidados de sus productores locales, no son pasivos de esta afectación. Justamente en ese departamento del centro del país se puede diferenciar claramente ambas situaciones. Por un lado, se encuentra el centro oeste de Durazno como zona libre de garrapatas y por otro la 7ª de La Paloma hacia el este donde existe presencia de importantes focos. En la zona este de Durazno “estamos al lado de la garrapata, pero no la tenemos”. Se trata de la región que además comprende departamentos limítrofes como Cerro Largo, Treinta y Tres y Lavalleja.
No baja la población de garrapatas
El secretario de la Sociedad Rural de Durazno Santiago Luzardo, trabaja como médico veterinario en el centro de ese departamento. Aunque en alguna oportunidad ingresó algún foco, la situación fue rápidamente resuelta y “por ahora lo vemos de costado”. Indicó que se trata de episodios que se atienden y resuelven sin mayores problemas que los momentáneos. De acuerdo a como transitó este invierno no existe ningún indicio que “se haga pensar que va a bajar la población de garrapatas” sobre todo en las regiones más infectadas. Para el profesional hay que anticiparse prestando mayor atención al rodeo. Relacionado a esto dijo que “ya se deberían estar haciendo los primeros tratamientos” para bajar la densidad de esta población.
Para controlarla es necesario la aplicación de tratamientos generacionales siguiendo las estrictas recomendaciones de los médicos veterinarios certificados y con conocimiento del tema. De acuerdo a las complicidades climáticas que tiene el país, los ciclos de vida de la garrapata pasan por tres procesos generacionales bien definidos. El primero de ellos está determinado desde la salida del invierno hasta el mes de diciembre, el segundo va desde ese mes hasta marzo y finaliza con el periodo entre marzo y mayo. Luzardo explicó que cada una de estas generaciones se tratan con específicos distintos teniendo presente el manejo de los productos, las formas de aplicación y los diagnósticos de resistencia “para la mejor utilización de los productos”.
No bajar los brazos ante algunas medidas
El integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Rural de Durazno dijo coincidir con la medida impulsada desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca por la cual se piensan implementar zonas libres dentro de lo que hoy se conocen como sucias por la presencia de la garrapata. “Me parece perfecto” que si existen zonas limpias “no tienen porque estar bajo la misma condición que aquellas que están sucias”.
Sin embago el profesional no se mostró muy de acuerdo con la propuesta de movimiento de ganado con garrapatas muertas “o sea con cáscara”. Para Luzardo se trata de una medida “un poco contradictoria” que, si bien sirve para flexibilizar la comercialización de ganado, uno de los mayores problemas que tienen los productores “daría la sensación que bajamos un poco la barrera”. De hecho, no se mostró muy convencido que animales con cascara “vengan a zonas limpias” por el riesgo que conlleva. Explicó que si los vacunos tienen cascaras es porque se aplicó determinado tratamiento y mató la garrapata. La gran interrogante es que pasaría en el caso que alguno de estos animales transportara una garrapata viva, algo que perfectamente puede suceder. Sugirió que el sistema siempre busca responsables, pero “yo creo que la responsabilidad es de todos”, del productor que vende, veterinario que asesora, el consignatario que desarrolla el negocio y el productor que compra.
Una situación que trae consecuencias económicas
Luzardo hace hincapié en la importancia de la cuarentena de los animales que ingresan al predio por primera vez. No solo se refirió a esta medida para el caso de la garrapata sino también para otras enfermedades. El profesional insiste en aislar esos nuevos animales del rodeo, revisarlos cada pocos días, y cuando haya certeza que no hay presencia del problema, entreverarlos con el resto de los vacunos. Se trata de una decisión que debería partir desde el Ministerio de Ganadería, pero también desde las gremiales y todos los integrantes del negocio a fin de evitar la expansión de la enfermedad.
Además de los perjuicios sanitarios el entrevistado mencionó las pérdidas económicas que rodea esta situación. En lo inmediato existen los gastos en tratamientos, la pérdida de kilos del vacuno o las erogaciones producto de los asesoramientos técnicos. Más globalmente aparecen las consecuencias en la inocuidad de los alimentos. En este último eslabón de la cadena ya se han dado situaciones que afectaron en su momento la seriedad con la cual trata el país estos temas. La presencia de residuos de productos químicos en cortes en los países de destino puede provocar devolución de contenedores, sanciones económicas y una mala publicidad ante los interesados que pretenden los productos nacionales.
Luzardo insistió en ser estrictos en el seguimiento de las recomendaciones profesionales y seguir los tratamientos al pie de la letra con los productos adecuados.
Aunque no fue duro en sus criticas al Ministerio de Ganadería “porque no controla todo lo que quisiéramos que controlara”, también indicó que es producto de una seria falta recursos humanos que la cartera padece desde hace algún tiempo. Dijo que no siempre hay barreras sanitarias entre zonas limpias y sucias, auditorias de ganados ni despacho de tropas. Ante esta deficiencia, el veterinario insistió en la necesidad de llevar adelante un programa de cuarentenas para los ganados que se acaban de comprar, antes de sumarlos al rodeo del establecimiento. Sobre todo, cuando la mayoría de los negocios ganaderos se desarrollan bajo la modalidad de pantalla.
La velocidad de la expansión de la garrapata “va de la mano del clima”. Cuando la temperatura y humedad son favorables, el ciclo de vida de la garrapata que es de 21 días, acelera el desprendimiento del animal, cae al suelo, pone huevos y eclosionan rápidamente. En contra partida el frío y la sequía alargan el tiempo de maduración desde el inicio hasta que ponen huevos perjudicando la sobrevivencia de las larvas en el suelo.
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