Fundada en 1947, la Sociedad de Ayuda Rural del Uruguay continúa de forma ininterrumpida con su labor voluntaria trabajando para que niños y adolescentes de bajos recursos que habitan en la campaña uruguaya puedan continuar con sus estudios. Como cada año, este 2022 estarán presentes en la Expo Prado a través de su tradicional parrilla y kiosco con novedades culinarias. Además, celebran su adhesión a un decreto que permite que las empresas que realicen donaciones a su asociación exoneren impuestos.
La Sociedad de Ayuda Rural del Uruguay (SARU) nació como respuesta a una de las duras realidades del campo uruguayo: la dificultad de acceso a la educación debido a las largas distancias y, muchas veces, la falta de recursos de las familias. En un primer momento, la asociación estuvo dirigida a niñas y adolescentes, a quienes se les acercaba a localidades que contaran con liceos o escuelas técnicas para que tuvieran una instrucción y pudieran progresar.
Fue así que SARU, a través de estas mujeres pioneras que aportaban (y que aportan) su trabajo de forma honoraria, impulsan distintos hogares del Interior que hoy continúan a todo vapor. Tal es el caso del hogar ubicado en Guichón que en este año acaba de cumplir 60 años y que aloja a 26 adolescentes que concurren al liceo de esta ciudad, proveniente de pequeños pueblos y parajes de la campaña sanducera. Esta realidad es similar a la que ocurre, por ejemplo, en Vergara, José Enrique Rodó, Melo o Carlos Reyles, entre otros.
Es que, a pesar del avance del tiempo, la dificultad en el acceso al estudio continúa existiendo en el campo profundo de Uruguay, imposibilitando que niños y adolescentes puedan seguir con su formación. Solucionar estos obstáculos es el motor que mueve a SARU, que ya llega a cerca de 500 niños y jóvenes uruguayos y que mantiene firmemente los bastiones de sus fundadoras.
Pero, además, en el entendido de que su misión es ayudar y que en el Interior, por regla general, se encuentran menos instrumentos que en la capital, SARU también integra otros aspectos de colaboración. Tal es el caso del trabajo que realizan con jóvenes mujeres que están transitando un proceso de rehabilitación por adicciones en la Fazenda de la Esperanza, en Melo, donde mensualmente se las apoya con elementos para que puedan realizar tareas de panadería.
El aporte del Prado
No obstante, para poder cumplir con su labor, reunir fondos es sustancial. En este sentido, la Expo Prado cumple un rol de importancia. Desde el año 1968 funciona en la clásica exposición rural un surtido kiosco que comenzó siendo de chapa y que, a lo largo de los años, se ha convertido en uno de los puntos icónicos del Prado. Para ello ha sido de gran ayuda la colaboración de la Asociación Rural del Uruguay que les brindó gratuitamente el terreno para que puedan trabajar.
“El Prado es fundamental para la estructura económica de SARU ya que lo que logramos reunir nos ayuda a enfrentar las obras, enviar alimentos o dinero para becas. Todos tienen convenios con el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay y el Instituto Nacional de Alimentación, pero siempre se necesita algo más, por lo que les enviamos una ayuda para complementar lo que ellos reciben por el convenio”, señaló en entrevista con La Mañana Beatriz Methol, presidenta de la institución.
Además, con lo que se logre reunir durante el Prado, SARU comenzará a apoyar una nueva institución, por lo que las expectativas son altas. “En Pueblo Rincón, en el departamento de Treinta y Tres, a 15 kilómetros de Vergara, existe una escuela rural donde van 72 niños. Como no hay liceo en la zona, la institución tiene séptimo, octavo y noveno. Hace dos años comenzamos a trabajar para tener un “club de Niños” y hoy ya estamos próximos a inaugurarlo, por lo que estamos muy felices pero también estamos pidiendo una mayor colaboración”, indicó Methol. El club de Niños San Gabriel de Pueblo Rincón será administrado por la obra San Martín de Treinta y Tres, apoyado a través de SARU, que amplía la cantidad de niños a ayudar.
En tanto, Margarita Brit, secretaria de la institución, expresó a La Mañana que para esta edición del Prado se encuentran “con todo el equipo en la cancha” y que aguardan que acuda una buena concurrencia a ambos locales, al tiempo en el que recordó el impass que hubo durante la pandemia. “Estamos muy optimistas para esta edición”, reafirmó.
En este sentido, contó que a nivel interno el equipo de SARU vive estas jornadas con “mucha satisfacción”. “Estás ayudando a muchos chicos, todo va para la obra, uno lo ve y lo palpa, por eso nos sentimos muy emocionadas”.
Chivitos de cordero
Como cada edición siempre hay novedades y en esta oportunidad se suma a la oferta del menú la participación de una chef emprendedora joven uruguaya.
Dentro del menú de SARU, el chivito es “la vedette”. Es por ello que para este año decidieron ampliar la línea e incorporar carne de cordero con el fin de promover el sector ovino uruguayo. “Desde el Secretariado Uruguayo de la Lana nos acercaron esta propuesta y nos pareció fantástico. En el Interior hay mucha gente que cría lanares y sabemos los desafíos que enfrentan. Además, quisimos incorporar una visión joven y sustentable a nuestro menú, por lo que convocamos a Guillermina Bauer, una chef que ha tenido mucho éxito con la cocina de desperdicio cero. Estamos muy entusiasmados con esta novedad”, adelantó Beatriz Methol.
Guillermina Bauer es además co autora junto a Sylvana Cabrera del libro “Aquí no se tira nada”, primer libro en Latinoamérica en la categoría desperdicio, “y vamos a incorporar con su ayuda el aprovechamiento al máximo de cada ingrediente para evitar desperdicios por falta de conocimiento en su utilización”.
Ver los frutos
Las voluntarias también realizan viajes a las obras que apoyan conociendo de primera mano a los jóvenes. “Vemos como se esfuerzan, ellos tienen dificultades para seguir estudiando. Valoran mucho los hogares y el apoyo que se les da porque es la forma en la que tienen de salir adelante. El último evento del aniversario del hogar de Guichón lo vivimos con sentida emoción. Estaban las chicas que habían pasado por allí y verlas que habían continuado con sus estudios universitarios fue muy importante”, manifestó Brit.
En este sentido, comentó que trabajar en SARU es un modo de vida. “Para mi es fundamental, es algo que siempre quise hacer a nivel personal. Lo que nos aporta SARU a nosotras es mucho”, confesó.
Se amplían las posibilidades de donaciones
Otra de las novedades de SARU para este año es que comenzaron a integrar como institución por un decreto de Donaciones Especiales que permite que a cualquier empresa que desee donar como forma de Responsabilidad Social Empresarial, obtengan beneficios impositivos. “Estamos muy agradecidas porque ya nos han llamado dos empresas”.
A la vez, indicó que como institución cuentan con RUPE, es decir, son proveedores del Estado, por lo que cualquier ente estatal puede en el Prado consumir, hacer una reunión en el local o contratarlos para el servicio de catering. “Creemos que vamos a ampliar nuestros recursos de esta forma, porque nos están pidiendo muchas becas para estudiar y nuestros recursos son finitos, pero somos optimistas de que de esta forma vamos a tener más posibilidades para ayudar a más chicos”, señaló la presidenta de SARU.
Colaboraciones:
La Parrilla y Kiosco SARU durante la Expo Prado estarán abiertos al público del 9 al 18 de septiembre. Para sumarse como voluntarios o para solicitar reservas y Take away contactarse al 099 139 688.
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