En el marco de la Expo Rural de Palermo en Buenos Aires, La Mañana dialogó con Ronaldo Cantão, productor de Río Grande del Sur, Brasil, asiduo participante de las ferias agropecuarias de la región tanto de Argentina como Uruguay en busca de genética, innovación e investigación para incorporar en el desarrollo de su establecimiento.
¿Cuáles son las principales actividades productivas de su establecimiento?
Criamos Angus y hacemos el ciclo completo. Nuestra cabaña es relativamente nueva. En este sistema de ciclo completo, vendemos también genética. Tenemos cultivo de soja y maíz con pivots y arroz irrigado. También criamos caballos de polo, en cuyo caso usamos la genética argentina. No estamos registrados porque se hace más difícil.
¿Qué tan desarrollado está el polo en la región?
Ahora en nuestra ciudad se practica un poco, pero no a un gran nivel, hay algunos jugadores, pero hay una conexión con San Pablo. En Porto Alegre hay un club muy bueno de un paulista casado con una gaúcha. Ese club ha traído muchos jugadores profesionales de San Pablo. Esa es una oportunidad de comerciar caballos en un nivel más alto, directamente para San Pablo.
¿Visitan todos los años las exposiciones rurales de Palermo, en Argentina, o del Prado, en Uruguay?
No regularmente, pero solemos ir, dependiendo de la idea que tengamos en cuanto a adquisiciones, intereses en genética. Es muy interesante también por las presentaciones de tecnología agropecuaria. Como Argentina es un país más abierto que Brasil, esas tecnologías se compran con más facilidad dentro de Argentina. También es importante intercambiar ideas para ver qué innovaciones y experiencias tienen otros.
¿Qué tipo de maquinaria y tecnología les interesa?
Maquinaria agrícola, eléctrica, paneles solares, sistemas de vacunación para los animales. Siempre procuro conocer las novedades, lo que ya se está usando en otras partes. Hay mucho intercambio también con el INIA de Uruguay, en especial el INIA 33, y los grupos CREA, de Argentina, que son muy valiosos. Siempre recorro Argentina con mucha atención porque nuestra propiedad tiene características parecidas a las argentinas.
Nosotros iniciamos la cría de Angus en 1980. Siempre me gustó esa raza y hablé con mis hermanos para criarla. En cuanto a los caballos de polo, mi padre jugaba, entonces ya teníamos experiencia. Entonces comenzamos a utilizar la genética argentina, un trabajo de selección de ellos.
Mencionó que también obtienen tecnología de Uruguay.
Sí, principalmente en la estación del INIA 33, a la que fui varias veces. Me he servido de varias tecnologías adquiridas allí, donde se especializan en el arroz.
Embrapa es la empresa brasileira de investigación, pero no está tan cerca de mi ciudad y, de hecho, sus investigaciones están dirigidas a una región distinta de la nuestra. Por eso suelo recurrir al INIA de Uruguay. Las condiciones de clima y suelo de mi región son parecidas a las del norte de Uruguay, por lo que las investigaciones uruguayas, que incluyen variedades que fueron probadas primero por Uruguay y después importadas a Brasil.
Las variedades del INIA 33 se adaptan mejor a mi propiedad. Lo mismo sucede con las pasturas, también se adaptan bien porque tenemos condiciones de suelo y clima similares.
¿Cómo ha sido la zafra en este año con los excesos de lluvias que sufrió el estado de Río Grande del Sur?
Para nosotros no hubo perjuicios, dado un conjunto de factores. En primer lugar, el arroz lo plantamos muy temprano, como es normal, por lo cual, cuando llegaron las lluvias fuertes, más de las previstas, ya habíamos cosechado. Además de haber plantado tempranamente, fue importante la maquinaria, ya que las cosechadoras están dimensionadas para volúmenes mayores, así que pudieron recoger la producción sin problemas. Además, tenemos secador propio y silos para almacenar, lo que nos ahorró muchos problemas que otros productores sí tuvieron. Igualmente, para la soja, dadas las características del terreno no hubo grandes problemas con las lluvias.
Hubo algunos problemas de marcas y desgaste en el terreno a causa de las condiciones climáticas, pero se logró levantar a tiempo la cosecha.
Así que fue un conjunto de factores que nos permitieron pasar las lluvias sin mayores problemas y la ayuda de Dios, claro. Son fundamentales la parte de la gestión y organización, además de contar con maquinaria suficiente para levantar a tiempo la cosecha.
Pero sí sé que algunos vecinos míos tuvieron problemas, incluyendo no conseguir levantar toda la cosecha.
¿Qué destino tiene su producción?
La soja la vendemos para el puerto de Río Grande. El arroz lo comercializamos con una cooperativa muy grande que trabaja con muchos productores de la zona. Podríamos vender el arroz también en el puerto, pero con esta cooperativa tenemos un intercambio: ellos comercializan mi producto y yo trabajo con insumos de ellos, como los abonos y las semillas. Hacemos un trabajo cooperativista real. Procuro comerciar mi producción con ellos porque gano no solo con la venta de arroz, también gano en la compra de otros productos de la cooperativa. Hacemos una vía de dos manos, ese es el espíritu cooperativista que se mantiene.
¿Trabajan mediante un plan de financiamiento por parte de ellos hacia ustedes?
No exactamente. Es un intercambio comercial más directo. En el caso de los insumos y productos, por comprar en cantidades muy superiores a las mías, ellos consiguen mejores precios. Yo solo compro sus productos, aprovechando las condiciones ventajosas de la escala y funcionamiento de la cooperativa.
¿Cuentan con financiamiento bancario?
Tenemos líneas de financiamiento, pero no llegan el 20% de nuestros costos de labores, más bien están cerca del 18%, del Banco Santander. En cuanto a los recursos que vienen del gobierno, no son a tasas libres, tienen una tasa subsidiada del 8% anual, a diferencia de una tasa normal que hoy estaría en torno del 16 o 17% (hablamos siempre de reales).
También trabajamos con un banco cooperativo Acicred, pero con él no nos financiamos. Trabajamos con ese banco porque es de productores agropecuarios, que nos parece importante que exista porque el Santander es un banco mundial y un día puede, simplemente, dejar de estar. Es importante tener una contraparte de un banco cooperativa nacional. No se puede depender exclusivamente de una sola opción.
¿El sector agrícola ganadero está sometido a exigencias de otros mercados en materia de regulaciones ambientales y hasta sociales que pesan sobre la producción?
No tengo datos para formarme una opinión profunda, pero creo que la diferencia es que en Uruguay, por ejemplo, tienen trazabilidad en todo el país, y yo aquí pasé 20 años peleando por la trazabilidad. Llegó un punto en que me cansé porque nada es fácil.
Hoy hay pocos productores interesados en la trazabilidad, entonces después de todo el trabajo la rentabilidad era de 1,5%. Porque no hay una preocupación a nivel del país, ni siquiera del estado de Río Grande del Sur, por ese valor para trabajar con los frigoríficos que son exportadores para vender el ganado. A los otros frigoríficos, que trabajan para el mercado interno, no les interesa la trazabilidad.
Ahora hay una presión en ese sentido, pero en Brasil, como en muchos países, se confunde en lo ecológico lo relativo a la salud animal con la salud humana o las necesidades productivas y las posturas ideológicas, algo así como una ideología de mercado que determina caprichosamente exigencias poco realistas.
Nosotros tuvimos por muchos años a la izquierda, que ahora volvió. Eso influyó mucho la mentalidad de las personas. Tenemos muchos organismos gubernamentales que fiscalizan, pero no con el objetivo de que crezcas, de educar, de que hagas las cosas mejor, sino de multar. Es una cerrazón. Cuando Bolsonaro fue presidente eso no ocurría. Él acabó con muchas de esas prácticas hasta donde pudo, consiguió educar, enseñar y asistir.
En la región este de Uruguay hay mucha expectativa con el proyecto para construir un puerto sobre la laguna Merín. ¿Piensa que su concreción tendría impacto en su zona de producción?
Para nosotros, en la región de Bagé, el puerto de Río Grande nos seguiría quedando más cerca. El precio de nuestra soja es más competitivo porque no tenemos costos altos de flete. Algo parecido les pasaría a la zona este de Uruguay con la laguna Merín. Diría que va a ser interesante porque hemos tenido problemas de logística en los puertos a causa de cosechas muy grandes que obligan a desviar la carga a otros puertos. Por ello es importante tener otras opciones portuarias en el mismo rango de distancia y con mejores condiciones de tráfico, que es algo muy importante.
Allí habría un tema de fronteras, pero con buena voluntad de las partes todo eso se resuelve, es cuestión de aceitar el relacionamiento de los gobiernos.
“Educar para ser sucesores y no herederos”
Ronaldo Cantão es el segundo de tres hermanos, siendo la tercera generación al frente de la Estancia Formosa en propiedad de su familia desde 1936 situada a 100 km de Bagé, Río Grande del Sur y a 82 km de Melo, Cerro Largo.
Consultado sobre cómo es elproceso de transferencia a las nuevas generaciones explicó que “hace seis años contratamos a una empresa especializada en sucesiones familiares. La idea es trabajar con las nuevas generaciones para que no sean solo herederos de un título, sino que lo hagan desde el trabajo en la propiedad, como sucesores, en definitiva, del trabajo de mi bisabuelo, mi abuelo. No se trata simplemente de recibir la propiedad y luego no saber cuánto produce. Hay un seguimiento económico total, de toda la gestión de la propiedad, que incluye veterinarios, gente encargada de la parte económica, empleados, etcétera”.
“Nos preparamos en ese sentido y también en la mentalización de estos sucesores, porque son generaciones diferentes, acostumbradas a otra realidad. Somos tres hermanos, y vendrán otras generaciones y serán más, por eso estamos trabajando para formarlos, que entiendan el valor y sepan lo que produce la propiedad”.
“Aquellos herederos a quienes no les guste el campo recibirán ingresos de los que trabajen en cuanto socios, pero no como operativos o como trabajadores. Ahí hay una diferencia que deben entender entre socio patrimonial y socio patrimonial y de trabajo. Y estos son importantes. Tampoco queremos que todos lleguen a serlo, sino aquellos a los que les guste, que tengan un perfil. En este momento están involucrados mi hija y el hijo de mi hermano mayor; mi otro hermano tiene un hijo de 12 años, aunque ya se ve que le gusta el trabajo en el campo, así que por ahora solo está ayudando”.
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