Estamos en las puertas de una nueva concepción forestal y una nueva forma de forestar que otros países han adoptado y en Uruguay se presenta como una opción viable y posible.
Cuando en Uruguay se hace referencia al concepto de silvopastoreo se vincula a los macizos forestales con otras áreas de la producción, generalmente ganadera, pero la realidad es que se trata de algo muy diferente ya que implica combinar producciones diferentes en un mismo lugar. Los macizos forestales que predominan en nuestro país lo que hacen es desplazar producciones afectando a éstas y al entramado social que se forma entorno a ellas, dijo José Dutra da Silveira al ser consultado al respecto.
Dutra es productor del departamento de Tacuarembó y aseguró a La Mañana que “hay otro modelo para incluir el árbol a nuestros campos de una forma más integrada, más equilibrada por la producción ya existente y consiste en plantar una cantidad de árboles sensiblemente menor (que en el otro sistema). Estamos hablando de plantar 250 árboles por hectárea con distanciamiento y ordenamiento, teniendo en cuenta los puntos cardinales y la incidencia del sol en la pastura”, porque “el fin es potenciar la ganadería ofreciéndole sombra y abrigo sin perder pasturas”.
“En otros países ya se desarrolla y en el mundo ha habido congresos internacionales”, dijo, y contó que en noviembre se realizará en México el 11° Congreso Internacional en Esquemas Silvopastoril, el anterior fue en 2019 en Paraguay y el previo en 2017 con sede en Colombia.
El mundo camina hacia eso, pero en Uruguay el desarrollo es más incipiente porque en la forestación “se orientó la producción más empresarial, con grandes empresas, con grandes industrias y se marcó una tendencia dando muy poca difusión a los sistemas silvopastoriles, pero en Embrapa (Brasil) tiene técnicos muy destacados, en Argentina cuentan con Jorge Esquivel como referente latinoamericano, lo mismo en Paraguay y los países de Centroamérica. Nosotros acá lo estamos haciendo inspirados en esos modelos que ya existen y que son una referencia para nosotros”, señaló.
No hay por qué desplazar a la ganadería
La semana pasada, del 19 al 21 de octubre tuvo lugar el 3° Seminario en Sistemas Silvopastoriles organizado por el Polo Agroforestal de Melo y en el cual participaron expositores nacionales e internacionales, además de contar con la presencia de legisladores vinculados al tema agropecuario.
El Polo Agroforestal con la Dra. Carolina Viñoles Gil y su equipo “está haciendo mucha investigación sobre el comportamiento del árbol, la pastura y el comportamiento animal, y los primeros resultados son muy alentadores”, subrayó Dutra.
“Éste es un sistema que no tiene difusión y nos duele un poco que el sector forestal de macizo (refiera al sistema silvopastoril) cuando claramente no lo es, eso es ganadería incorporada a un área forestada y la ganadería utiliza las partes que por alguna razón no se pueden forestar, pero no hay un diseño previo de cómo plantar el árbol con distanciamiento, no hay callejones de 20 metros con el fin de mantener la pastura”.
“La clave es que la forestación no desplaza la producción que ya se hace en ese predio, por eso desde el punto de vista silvopastoril miramos hacia arriba para ver cómo crece el árbol, pero también miramos la pastura, el manejo del suelo, para seguir manteniendo la pastura porque tenemos otra producción que no queremos desplazar”. Esa es la diferencia: “Macizo implica cierta densidad que mata la pastura y eso no es un esquema silvopastoril”, apuntó.
La mayoría son productores pequeños y medianos
Este año se realizó una consultoría sobre la forestación, que estuvo a cargo del Ing. Agr. Luis Sancho, y logró exponer algunos datos sobre la producción silvopastoril que es desarrollada por 39 productores en 6.300 hectáreas.
En la zona sureste hay una concentración de productores con destino a pasta de celulosa, hay otro grupo al centro y una parte en el norte que destina madera de aserrado. Sin embargo esta primavera en Tacuarembó se sumaron otros 10 productores: “La mayoría de los productores son chicos y medianos, la producción es a baja escala, van incorporando el árbol de a poco, mientras van aprendiendo”.
Los motivos por los que se introducen en esta producción son varias, “lo primero es que son ganaderos que quieren continuar en la ganadería, y si instalan un macizo tienen menos área para sus animales, entonces en vez de desplazar plantan y asumen una producción que brinda sombra y abrigo. Es sabido que el estrés calórico impacta negativamente en la ganadería.
Otra razón es que el modelo de los macizos “no tiene una mirada integradora”.
¿Cuánto genera la producción en el modelo del macizo forestal?
Otro tema mencionado por Dutra tiene que ver con la rentabilidad y la ganancia generada por la producción: “El productor desconoce las ganancias reales de la producción forestal, sabe cuánto es la renta que se paga para generar producción, pero no los ingresos reales que se tiene por esa producción. Sabemos de la soja, el arroz, la lechería, la ganadería, y de todas las producciones, pero las ganancias que dejan los árboles no lo sabemos”, subrayó. Pero cuando el productor “es el dueño de sus árboles puede tener un resultado bastante más generoso que la renta, además de la sombra y abrigo”.
Otro tema es el de los certificados de carbono neutro, añadió.
Dutra valoró los aspectos positivos de los árboles en el entendido de que son una herramienta de purificación. En Uruguay “plantamos árboles de forma muy agresiva y desplazamos establecimientos y a la gente que vivía en función de ellos, pero hay que reivindicar el árbol y ponerlo en el lugar que le corresponde acompañando otras producciones que no tiene por qué ser ganadería, porque en Argentina y en Brasil hacen cultivos en esos callejones de 20 metros”.
Fundación de la sociedad
José Dutra dijo a La Mañana que el sábado 20 de noviembre se concretará la fundación de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo, será una jornada abierta en un campo de un productor de Tacuarembó, el cual aún no se ha definido. Habrá charlas destacándose la participación del técnico argentino Jorge Esquivel y otros investigadores en la materia.
TE PUEDE INTERESAR