Participaron sin expectativa de podio, pero se fueron dando las cosas y con eso la emoción del triunfo. Desde hace 34 años participan en esta fiesta y en los últimos 10 años han estado la gran mayoría de los podios.
Se trata de mantener la llama encendida del tradicionalismo y que las nuevas generaciones, niños y adolescentes vayan tomándole el gustito para cuando les toque también tomar las riendas y transmitir los valores de la nación oriental. Estos conceptos siguen motivando a los integrantes de la Sociedad Criolla: A Poncho y Espuela de la ciudad de Melo en Cerro Largo, la gran ganadora de 36ª edición de la Patria Gaucha en Tacuarembó.
Aún no habían ingresado a la ciudad de Melo y la combinación de luces y bocinas de los vehículos que esperaban anticipaban un recibimiento a lo grande. No era para menos; llegaban los representantes del pueblo que por segunda vez consecutiva, aunque tienen en su haber varios campeonatos más, dejaron bien en alto el criollismo en la fiesta de esa característica más importante del país.
Un recibimiento con todos los honores
Fue un espectáculo “como nos recibieron en Melo” dijo a La Mañana el presidente de la institución criolla Jorge Álvarez que debutó en el cargo (desde octubre y por tres años llevará adelante esta responsabilidad), con una exitosa presentación en Tacuarembó. Aún con trabajo pendiente porque el armado y desarmado de toda la infraestructura implica un gran despliegue, máxime cuando se trata de una distancia de 200 kilómetros, la alegría está a flor de piel de todos quienes forman parte de una forma u otra de toda esa movida tradicionalista.
De las 36º ediciones de la Patria Gaucha la institución ha participado durante 34 años cosechando numerosos podios. Una de sus fortalezas es el apoyo del pueblo “que se arrima igual” aunque no conformen la directiva porque lo más importante es dar una mano en todas las actividades que se organizan.
En los últimos 10 años la institución ha estado en prácticamente todos los podios. Demuestra el compromiso con la causa, el trabajo que durante todo el año sus integrantes despliegan para alcanzar una buena presentación y el estudio minucioso de todos los aspectos, desde las vestimentas, el trabajo en equipo en las actividades de campo, la elección de la comida de época que van a presentar y la representación que van a mostrar entorno y dentro del rancho. Para todo eso hay un referente que todo el año estudia minuciosamente todos los detalles. Se trata de Carlos Casas, quien fuera presidente en su momento y que “aprendió y sabe muchísimo” de la Patria Gaucha. “Lo fundamental es tener una buena historia”, vestir el rancho y hacer una buena representación dijo Álvarez. Destacó además la sapiencia de Casas a la hora de la elección de las vestimentas de la paisanita y el paisanito.
Un plato muy particular
Este año representaron el rancho de Bartolomé Silva sobre las costas del arroyo Convento donde falleció Fructuoso Rivera el 13 de febrero de 1854. Por esos días bajaba de Brasil con destino a Montevideo donde debía entregar una documentación muy importante. Se sintió mal y cayó enfermo durante unos días hasta que finalmente dejó de existir. Al presentir el fatal desenlace, encomendó un día antes de su muerte que trasladaran esa documentación hacia la ciudad puerto. La escondieron en una caja de hojalata y la taparon con alcohol y caña blanca. Después de seis días, la encomienda llegó a su destino, aunque Rivera en ese momento ya había fallecido. Álvarez definió la representación “de un rancho simple, pero con una historia muy rica”. Destacó a los niños que no solo se interiorizaron por la historia sino que además tomaron la iniciativa de recibir a los visitantes y contárselas con lujos de detalles.
La preparación del plato de este año debía ser en base a lengua, matambre o costillas de vacuno. El chef encomendado para esa tarea se inclinó por la primera opción y la combinó con vino tannat, relacionado con una comida del lugar. Tras un estudio minucioso del cocinero, que le llevó cierto tiempo, descubrió que en esa zona del país un frigorífico descartaba las lenguas de los animales y que eran recolectados por las familias pobres para su alimentación. Una de estas personas solía recoger este producto y prepararlo con vino de esa variedad que además de otorgarle un gusto muy especial, dejaba una carne muy suave y tierna.
Con buenos puntajes
Sociedad Criolla a Poncho y Espuela obtuvo el 2º premio en pruebas de rienda, la paisanita de la Fiesta, 2º lugar en el paisanito y empató en el 2º lugar en la prueba del revolcón. Además, ganó el 1º lugar en comida criolla con la lengua al vino Tannat, 1º en grupo de jinetes, 3 en tropillas y en rancho, 2º de apadrinadores y los primeros puestos en emprendado de trabajo y carrera de charrúas. En total sumaron 36,5 puntos.
La tarea lleva varios meses. El primer viaje con madera desde Melo salió el 6 de febrero y hasta el 13 de marzo cuando finalizó la actividad siempre hubo trabajo para hacer. La construcción del rancho estuvo a cargo de Cristián Silva que ayudado por varias personas más se dedicaron a esta tarea. En esta edición participaron activamente más de sesenta personas en las diferentes actividades y presentaciones. No obstante, el presidente de la institución destacó el apoyo de muchas personas que desinteresadamente colaboraron para que todo saliera como lo esperaban. Reconoció que no fueron con las expectativas en alcanzar el podio y menos aún ser los ganadores de esta edición. Las cosas se fueron dando en el transcurso de los días hasta que vieron que este año también se les podía dar.
Dos jineteadas en el año
Por estos días combinan el regocijo por el resultado obtenido con la preparación de la fiesta criolla que cada año organizan el 1º de mayo. Y este año el calendario conspira a su favor para extender la fiesta por un día más. Los organizadores dijeron que el domingo 30 de abril será dedicado a las pruebas de rienda mientras que el lunes 1º de mayo las tradicionales jineteadas de cada año. Además de esta actividad, el primer fin de semana de diciembre organizan otra jornada de jineteadas que hasta hace dos años estaban acompañadas por “La Fiesta de los Pagos”. Una especie de Patria Gaucha de pequeñas dimensiones con la participación de todos los pagos de esa zona del país. Como en la gran mayoría de este tipo de actividades, la pandemia obligó a suspenderla durante los últimos dos años. Álvarez dijo que se estudia la posibilidad que este 2023 se retome esta fiesta que cuesta mucho y depende de los apoyos que se puedan obtener.
La actividad se desarrolla en el predio de la institución donde se encuentra el ruedo de la Sociedad Criolla, A Poncho y Espuela ubicada en el Parque Rivera de la ciudad de Melo. En ese entorno las aparcerías participantes arman los ranchos típicos del siglo XIX donde además muestran todas las destrezas criollas y actividades cotidianas de esa época. La idea es poderla retomar dijo el entrevistado y que sea una actividad que sirva para incentivar a la gente de la vuelta.
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