Su secretario explicó la relevancia de la institución y se refirió a algunos de los desafíos que enfrenta el sector granjero en general, agravado por una sequía que cuando finalice dejará secuelas por dos o tres años más.
Cada primer domingo de junio la Sociedad Fomento y Defensa Agraria (SFDA) realiza su Asamblea Anual, un evento que convoca a los presidentes e intendentes del momento, además de ministros, legisladores, referentes políticos de todos los partidos y al periodismo en general.
Este año, el evento se realizó con la presencia del presidente Luis Lacalle, la intendenta de Montevideo Carolina Cosse, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) Fernando Mattos y representantes de todos los partidos políticos. La pregunta es ¿por qué una institución rural capitalina genera la presencia de tantas autoridades en conjunto?
Alberto Iglesias Long, secretario de la institución, dijo a La Mañana que parte de su prestigio se explica por la antigüedad y la trayectoria acumulada en tantos años, por su ubicación estratégica y por toda su actividad vinculada a lo productivo como social.
Ubicada en Paso de la Arena, “una zona muy productora de papas”, la SFDA fue conocida como la de los paperos. “Se le llamaba así porque ese fue el origen. Esta era una zona muy productora de papas y la Sociedad nació para asistir a los productores que tenían mucha dificultad para conseguir semillas. En un principio todos los galpones eran dedicados al acopio de semillas, de ahí nace la expresión los paperos”, explicó.
Pero la realidad cambió: “Ahora en la zona no hay nadie que plante papas pero la SFDA continúa brindando servicios” como lo ha estado haciendo desde su fundación hace 92 años, el 3 de febrero de 1931.
Además de su antigüedad, “está ubicada en una zona estratégica, en el centro comercial de Paso de la Arena lo que hace que los productores de la zona siempre están llegando por una razón u otra, y aquí tienen un galpón de insumos que ofrece toda la asistencia para la granja: semillas, fertilizantes, herramientas. Un galpón de ventas es muy completo lo que permite a los productores abastecerse con todo lo necesario para la producción”.
Junto con eso “se prestan servicios en asesoramiento agronómico, información sobre las propuestas del Ministerio de Ganadería, de la Dirección General de la Granja y de la Intendencia de Montevideo. Nuestra Secretaría envía todo ese tipo de información a los socios y ahora estamos abriendo una página web para tener mayor penetración y brindar más información”, agregó.
Por otra parte, la SFDA “tiene una actividad social muy importante en la zona: se hacen cursos vinculados a la ruralidad, se trabaja con el Centro Comunal Zonal 18, las escuelas, los liceos, los rotarios nos piden el salón para sus actividades. Todo eso hace que nuestra actividad social sea de relevancia”.
Y cada junio, al llegar el momento de la Asamblea Anual, “el productor concurre con la familia y ya es tradicional que todos los estamentos políticos asistan porque ven una oportunidad de consustanciarse con los temas de la granja de forma directa. Es un evento que permite a todos los partidos políticos plantear sus proyectos y propuestas, además de escuchar las necesidades que se les presenta desde la producción”.
La SFDA participa activamente de la actividad granjera nacional como afiliada a la Confederación Granjera del Uruguay y la Comisión Nacional de Fomento Rural, y tiene un delegado en Montevideo Rural y en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM). “Eso nos genera un muy buen acercamiento con los trabajos que se hacen a nivel de Gobierno y de la Intendencia”, precisó.
Temas de la Asamblea
En la Asamblea Anual realizada el domingo 4 de junio se trataron los temas propios de la institución, pero también hicieron uso de la palabra la intendenta Carolina Cosse, el ministro Fernando Mattos y el nuevo presidente de la SFDA, Martín Bellenda.
Cosse “habló de sus planes para Montevideo: iluminación, caminería, todo lo que ella entendió necesario para asistir a los granjeros. Una promesa que hizo fue sobre asistencia en insumos para los productores más necesitados. Por parte del ministro Mattos se hicieron adelantos y promesas respecto a las herramientas, sobre todo financieras, que deben tener los productores chicos, y se refirió a los planes que se tienen para el sector que el ministro entiende que es muy importante”.
Desde la Sociedad, el presidente Bellenda, “planteó asistencia al sector con otras herramientas que no sea solo postergar pagos y créditos porque eso terminan siendo una soga al cuello; se refirió a la necesidad de que se de más atención a los granjeros con planes de desarrollo, de mejoramiento de la producción; y se hicieron planteos que buscan mejorar la ecuación económica de la granja”, resumió el entrevistado.
Apostar a la granja es invertir en salud
Iglesias también destacó la importancia del sector granjero en el país, la que se expresa en lo productivo, económico y social.
“La granja utiliza el 1% del territorio nacional pero es un gran generador de mano de obra, todo lo contrario a otro sector rural que es muy productivo y muy necesario para el país como la ganadería que en un área muchísimo mayor tiene dos peones, pero la granja en una chacra de 5 o 10 hectáreas incluye cuadrillas de gente trabajando”.
Asimismo, “más allá de lo social como generar trabajo o afincar a las personas en las proximidades de las ciudades, el sector granjero asegura la soberanía alimentaria. Tenemos que pensar qué pasaría si dependiéramos de los productores de Buenos Aires o del sur de Brasil, seríamos rehenes de los precios y las condiciones de ellos. Sin embargo, tener el producto fresco y a un precio razonable es importante en la alimentación y la salud de la gente”, aseveró.
“¿Por qué Europa subsidia la producción granjera?, porque cuando cierra las cuentas del Estado, toda esa planta que volcó en la granja la ahorró en el hospital y en políticas sociales gracias a que alimentó bien y sano a los ciudadanos y mantuvo a la gente viviendo y trabajando en las zonas aledañas de las ciudades. Entonces -enfatizó-, aunque parezca que se está gastando plata en apoyar a la granja lo que realmente se hace es una inversión que salva al Estado y a las sociedades de otros grandes costos”.
Importar o no importar
Ante la fuerte sequía que afecta a toda la producción incluida la granja, se consultó a Iglesias sobre la pertinencia de importar productos a lo que respondió: “La granja tiene la política de estar atenta a la necesidad del consumidor, por tanto, si por la seca faltan productos a nosotros no nos molestas que se importe, nos molesta sí que se pretenda importar para regular precios, o que se importe y haya un excedente que perjudique la producción local”.
Por otro lado explicó que “la importación nunca bajó los precios porque el importado llega con sus costos de base de producción más los fletes y los costos del importador lo que hace que no se mejore el precio respecto a lo que tenemos acá”.
Otro hecho a tener en cuenta es que “nunca ningún productor se enriqueció por escasez de productos. Durante la sequía una lechuga podía valer 100 pesos, pero eso no enriqueció a nadie, sino que es por las pocas lechugas que se podían vender y que permite subsistir mínimamente. Duele que la a veces la gente no lo entiende, porque nadie se está llenando el bolsillo y todos son perjudicados. En la granja no hay millonarios”.
A la falta de rentabilidad se sumó la sequía
El secretario de la Sociedad Fomento y Defensa Agraria, Alberto Iglesias Long dijo que “los grandes problemas de la granja han reducido el número de productores”, y que “en realidad la rentabilidad respecto al capital es exigua. Lo que vale cualquier quinta en producción y lo que se obtiene como dividendo mensual o anual es muy bajo respecto a la rentabilidad de ese dinero puesto en un banco o en otros negocios. Eso hace que se pierdan productores y los jóvenes no quieren asumir ese rol, lo que nos lleva a un problema muy serio y grave con el recambio generacional”.
Este año se agregó el problema de la sequía: “Por un lado la afectación de los árboles, son muchos los árboles con daños y a otros los mató, lo que va a generar 2 o 3 años de secuelas”. Y por otro lado están los horticultores que se dice que plantan y se recuperan enseguida, pero eso no es así porque por lo menos tienen dos cosechas perdidas en las que se gastó plata que no se recuperó”.
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