Desde el sindicato de trabajadores de Conaprole se mantienen firmes en no bajar la plantilla de funcionarios del área de empaquetado de leche UHT. Para los tamberos lo que hace este tipo de acciones es matar la gallina de los huevos de oro.
Representantes de las gremiales lecheras se reunieron con el ministro de Trabajo Pablo Mieres para analizar la situación de conflicto entre el sindicato de trabajadores y Conaprole. El gremio de funcionarios se niega a que se disminuya la plantilla del sector que empaqueta leche UHT en la planta de Rodríguez luego de la incorporación de una máquina de última generación. Desde la empresa se anunció que los trabajadores desafectados a esta labor pasarán a cumplir funciones en otras áreas de esa fábrica sin pérdida de ingresos, derechos laborales ni puestos de trabajo. En la reunión participaron autoridades de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Sociedad de Productores de Leche de Florida, Agremiación de Tamberos de Canelones, Sociedad de Productores de Leche de Rodríguez y de la Asociación de Productores de Leche de San José.
Los representantes de los productores le pidieron al gobierno que se involucre más en estos temas. Puntualmente dejaron entrever las luces amarillas que se encendieron cuando los trabajadores impidieron la salida de mercadería de la planta de Rodríguez en San José. En respuesta el secretario de estado les comunicó que para actuar en consecuencia la empresa debe realizar la denuncia correspondiente, lo que no sucedió en ese caso.
Aunque muchos de los conceptos entre ambas partes quedaron en reserva, Justino Zavala, uno de los productores asistentes y representante de Canelones dijo a La Mañana que todos coinciden en que este conflicto “está en punto muerto”. Desde ambas partes coincidieron en que los productores, los más afectados por estas situaciones deberían formar parte en las mesas de negociación.
Pagan los platos rotos
“Como productores nos preocupa muchísimo porque está clarísimo que los que pagamos los platos rotos somos nosotros” indicó Zavala que tiene claro que si la cooperativa no funciona eficientemente “si no puede colocar los productos de mayor valor” y si pierde mercados “eso lo pagan los productores”. Se mostró preocupado porque no existe una forma de negociación que no sea el conflicto, salvo contadas excepciones.
Si bien al inicio de este conflicto hace varias semanas hubo productores que debieron tirar leche por el retraso en la recolección, esta vez “aprendieron la lección” dijo el productor de Canelones. En esa oportunidad los tamberos exigieron que la leche no fuera tomada de rehén. Aunque los silos de recibo se encuentran al tope y “siempre se está jugando al límite” no se han denunciado retrasos en los últimos días.
Prima la irracionalidad
Para el presidente de la Asociación de Productores de Leche de San José Daniel Tunin este conflicto es “totalmente irracional” porque los empleados que serán desafectados del área de empaquetado de leche UHT no tendrán consecuencias laborales. En contrapartida el sector primario perdió por efectos de la sequía 130 millones de dólares según datos del Instituto Nacional de la Leche. Tunin sostuvo que los productores están molestos y disgustados por estas determinaciones de los trabajadores y porque aún la sequía sigue haciendo estragos sobre la producción.
En el mismo tono el titular de la Sociedad de Productores de Leche de Florida Fabián Hernández criticó las medidas del sindicato de trabajadores de Conaprole que con su “irracionalidad” complica toda capacidad de negociación que se pueda alcanzar. Mieres les transmitió optimismo en que se pueda alcanzar una pronta salida “porque debe primar el sentido común”. Las gremiales se mostraron dispuestas a colaborar para que “este tipo de actitudes” tenga alguna responsabilidad sobre el sindicato. Hernández señaló que las autoridades de esa secretaria de estado tienen muy en claro que la producción primaria es el eslabón más débil de la cadena “porque todo lo que no facture la empresa repercute en el precio a los productores”. Los tamberos coinciden en que los conflictos de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) y la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) “van siempre contra la gallina de los huevos de oro” sentenció el productor floridense.
Producción de leche y pasto dispar
Luego de algunas lluvias circunstanciales y muy puntuales, los productores esperan nuevos episodios para que se desarrolle lo que se replantó tras la sequía. En el predio de Justino Zavala en el departamento de Canelones “los raigrases y las avenas vienen muy bien”, las alfalfas muestran buen desarrollo y en muchos establecimientos se están elaborando sorgo forrajero. Por estos días la actividad de las empresas agrícolas es muy importante a tal punto que Zavala aún no ha conseguido una ensiladora para levantar la avena Brava de sus campos. Tan dispar como la humedad de los campos en los diferentes establecimientos son los niveles de producción. En este establecimiento de Canelones pasaron de una caída de 8% de producción de leche en febrero a un incremento del 4% en abril y lo que va de mayo.
Distinta es la situación en el establecimiento de Daniel Tunin en la zona conocida como Cañada Grande en el departamento de San José donde la producción cayó entre 30% y 40%. Las últimas lluvias de hace 15 días ayudaron a recomponer los verdeos pero aún no alcanzó para recuperar la producción de leche. Algunos productores de esa zona están desarrollando el segundo pastoreo sobre verdeo, pero se trata de casos muy puntuales. En la mayoría de los tambos los animales se mantienen pero con menor estado corporal. Para alimentarlos se recurre en la mayoría de los casos a fardos de rastrojo de trigo o cebada y esa es la fibra que consumen.
En pocos kilómetros los contrastes del paisaje dan cuenta de la disparidad de precipitaciones que han caído en las últimas semanas. Por ejemplo el 15 de marzo Tunin tuvo la suerte de que en su predio lloviera 60 milímetros, uno de sus vecinos cercanos recibió 90 pero otro apenas 10. El agua “es el otro 50% de lo que uno tiene” reflexionó el tambero que gracias a un pozo semisurgente puede alimentar a los 200 animales de su establecimiento.
En tanto para Fabián Hernández del departamento de Florida la resiliencia de los productores es la única explicación valida del incremento de la producción en un año tan complicado. En un ambiente seco, con buen confort, caminos secos y donde “se le da de comer en la boca” el estado corporal de las vacas es bueno sostuvo el entrevistado. Las pérdidas en la lechería por efectos del déficit hídrico alcanzaron los US$ 130 millones según datos del Instituto Nacional de la Leche (INALE) y el ánimo de los productores no es el mejor, abonado además por un conflicto de la industria láctea que parece no tener fin. Hernández contó que muchos de los tambos que han cerrado en los últimos tiempos han tenido entre sus principales motivos la conflictividad tan grande que existe en la industria láctea.
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