Fernando Bide dijo que Uruguay cuenta con importantes analistas que observan el mercado para volcar información a los productores y ayudarlos a tomar buenas decisiones.
El ingeniero agrónomo Fernando Bide, vicepresidente de Copagran y secretario de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), dijo que nuestra agricultura “es tomadora de precios, tanto en el producto como en muchos insumos que se utilizan, y lo que se está dando desde fines del año pasado hasta ahora es una importante recuperación del stock de algunos granos en el mundo, modificando la relación stock-consumo básicamente por cosechas muy buenas en Estados Unidos y ahora se le agrega una no tan mala cosecha brasileña. No tan mala porque se creyó que iba a sufrir el clima, pero la afectación fue menor a lo esperado”.
Además, “la cosecha argentina está estimada en una recuperación muy importante”, dándose una realidad diferente a la del año pasado cuando la sequía dificultó la producción haciendo que los precios subieran. “Ahora tenemos una situación inversa” para la soja y el maíz.
Por otro lado, los países del sudeste asiático, pero fundamentalmente China que tiene un menor crecimiento, “están traccionando un poco menos”. Todo eso hace que los precios en Chicago estén bajando desde hace diez semanas.
Sobre el dólar, Bide dijo que “en la estructura de costo de los agricultores hay variables en dólares y en ellas no afecta el tipo de cambio, pero sí afecta si esos insumos no se adecuan al precio de los granos, para que el negocio tenga un margen razonable”.
Otros costos sí son en pesos, para los cuales el dólar está planchado desde hace más de un año, afectando bastante, porque todo lo que son servicios, gasoil, impuestos, lo que el agricultor necesita para vivir, todo eso es en pesos y se debe pagar con cada vez más dólares”, afectando la rentabilidad.
“La tendencia habitual” de muchos de los costos, es que “cuando los granos bajan haya un ajuste de los precios, pero ese ajuste llega más tarde, lo que hace que los cultivos se implanten con costos altos y sean cosechados a precios en baja”.
Usar los instrumentos comerciales
En ese escenario “una variable que tiene el agricultor es hacer muy bien las cosas para que sus rendimientos compensen la baja de precio y la inversión que hizo”. Otra es “manejar los instrumentos comerciales de ventas anticipadas o tomar posiciones de precios, cosa que existe en el mercado. Apelar a esa herramienta requiere más información y asesoramiento, pero a nivel de las cooperativas con las que trabajo se utiliza y se asesora al productor para que tome buenas decisiones”.
“Es deseable que esas herramientas anticipadas se sigan usando porque muchas veces se logran precios superiores a los que finalmente tenemos cuando vamos a cosechar, como en esta zafra. El productor que tomó posición cuando sembró o nació su cultivo de soja estaba a un precio superior, y al momento de vender seguramente lo hará a un precio mayor que al momento de cosechar”.
Esa conducta requiere que “el agricultor o el grupo de agricultores con su cooperativa si es el caso, con sus técnicos más cercanos, conozcan bien el negocio, sepan cuánto rendimiento podrán sacar” en su chacra. Con esa información “puede vender anticipadamente, sabiendo que siempre hay un margen de riesgo”.
“Lo otro importante es el seguro agrícola que también ayuda a bajar los riesgos”, porque “la inversión a cielo abierto es importante; en la soja estamos hablando de entre setecientos y ochocientos dólares que con renta tiene un costo de equilibrio determinado por hectárea, que si no se logra, como en el año pasado, se pierde mucho” dinero.
Rendimientos de equilibrio
Sobre qué rendimiento debería tener el productor de soja hoy para empatar, Bide dijo que “hay situaciones muy diversas como para dar un número general certero”, pero “el piso es de dos mil, tirando a 2300 kilos”. Sin embargo, quien logró construir un precio mejor “ese rendimiento equilibrio baja, y si lo alcanza obtiene márgenes mayores”.
Para el maíz de primera “el rendimiento es de seis o siete mil kilos”, y “un poco menor el de segunda”.
Al analizar esos números hay que pensar que “son promedios muy gruesos, porque hay situaciones diversas, por ejemplo, las rentas son mucho más elevadas en el sur que en el norte; pero en el sur los fletes son menores y en el norte mayores”, concluyó.
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