Aunque no desconoce los cambios como la apertura al diálogo que antes no existía, Holzmann dijo que hay temas que son recurrentes en una economía que no encuentra las herramientas para realizar los cambios necesarios.
Federico Holzmann dijo que el movimiento Un Solo Uruguay continúa con los mismos reclamos que planteó al momento de su fundación aunque “ha habido algunos cambios como el diálogo que antes no se tenía y otros temas vinculados a ciertos trámites y ciertas burocracias” sobre las que hoy podemos “levantar y el teléfono y plantearlas y del otro lado hay alguien que escucha, cosa que antes eso no pasaba”.
Pero en temas como “la competitividad, el atraso cambiario que en algún momento fue un poco mejor pero ahora nos encontramos parados en el mismo lugar, esos temas siguen y son recurrentes”, en una economía que “pareciera que no encuentra las herramientas para realizar los cambios”. “Un Solo Uruguay sigue con esos planteos”, subrayó en declaraciones al programa La voz de La Mañana.
En otro orden y al ser consultado sobre las inversiones extranjeras que reciben un apoyo multimillonario en dólares, cosa que no pasa con las nacionales, dijo que “la producción de celulosa mantuvo durante 30 años una política de subsidio a la plantación que culminó en 2006” y eso “para citar un ejemplo de todo lo que no ha pasado en el resto del sector: la ganadería, la agricultura, la lechería, la granja”.
En esos sectores “no hay subsidios, no hay herramientas que uno pueda decir ‘este año perdí la cosecha y se puede llegar por intermedio de un seguro’. No, no hay nada que nos asegure o nos mantenga en esa competitividad que logran otros sectores, en este caso multinacionales, que son las que compiten deslealmente por tierra, servicios, insumos y todo lo que ellos adquieren y que nosotros también tenemos que adquirir, pero ellos deslealmente obtienen ese subsidio que les permite hacer las inversiones de otra manera”, señaló.
La lechería es uno de los casos donde hay permanentes inversiones: “En los últimos años ha invertido casi lo que la celulosa hoy, sin tener ningún apoyo, y es bastante injusto para esa población que año a año vuelve a invertir y a tratar de llevar adelante la explotación”, comentó.
“Además de los subsidios hay un tema del que nadie habla y es que esa producción de pulpa de celulosa genera mínimos recursos al país, es decir que deja algunos servicios” que están “entre el campo de donde sale la madera y la planta de celulosa, pero posterior a eso, al entrar en zona franca, dejan de aportar” de tal forma que si dicen que “este año la celulosa produjo 2.000 millones, esa cantidad ingresó a la zona franca y no van a aportar absolutamente nada” con una lógica “contraria de lo que es la producción agrícola ganadera”.
La ganadería, a diferencia de la celulosa, “vende a una multinacional como lo son las industrias cárnicas y esa plata la recibe el productor rural y es ahí donde está la diferencia”, algo que decimos en Un Solo Uruguay, “pero nadie lo quiere ver de esa forma”.
Por otra parte, “ese camión que lleva la pulpa de celulosa al recinto fiscal tiene exonerado el IVA”. Esas son “cosas que el productor podría lograr pero no las logra”, lamentó.
“Se podrá decir que el productor que tuvo los granos en condiciones y fue a puerto también tuvo la devolución, pero la realidad es que son los menos y normalmente son los productores grandes, los pools de siembra que normalmente también son extranjeros” frente al 85% de los productores chicos que tiene Uruguay que “no logran percibir ningún subsidio ni ninguna exoneración, aunque nosotros no pedimos subsidios sino algunas exoneraciones que se puedan trasladar al sector”.
Nadie invierte en vivienda como el medio rural
Holzmann aseguró que “en los últimos años” y a través de Mevir “el sector rural fue el que más ha invertido en viviendas”, incluso “más que los gobiernos”.
Mevir, “esa gran obra de Alberto Gallinal que consistió en un proyecto para arraigar a la gente en la campaña, cerca de su lugar de trabajo, viene de muchos años y de un aporte generado por la venta de carne, lana, cueros, granos; todo producto que se venda por la agropecuaria va a pagar ese aporte que genera viviendas”, destacó.
Por otra parte el sector colabora con el Fondo Coronavirus, pero éste “pasó a ser un impuesto para el tributante generado a través de todas las ventas de ganado de todas las categorías. No es sólo lo que va a la industria sino toda venta de ganado” con un porcentaje del “1% que era municipal y que lo estaban devolviendo para pagar el BPS. En este caso el Gobierno dedica ese fondo a atender la pandemia y nos vuelve a significar un impuesto en la venta de semovientes”, explicó.
En ese sentido dijo que “tenemos un nuevo impuesto”, y como tal no constituye una “colaboración porque es un aporte impuesto” por el cual “el sector agropecuario devuelve a la sociedad unos US$ 100 millones”.
Elecciones del BPS
Finalmente, Holzmann dijo que Un solo Uruguay está abocado a la campaña por las elecciones del directorio del Banco de Provisión Social que serán el 28 de noviembre.
De la elección participarán los trabajadores, empresarios y jubilados, cada uno según su condición labora deberá elegir sus representantes en el BPS, y el movimiento presenta tres candidaturas: Luis Lisboa como representante de los trabajadores, José Pereira como empresario y Virginia Vaz en orden de los jubilados.
Holzmann resaltó la importancia del BPS, dijo que en comparación con otras cajas jubilatorias es “la más importante” que asiste “desde el niño que nace hasta el jubilado”, manejando “mucha plata” y si hacemos una “evaluación rápida sobre lo que se aporta durante toda la vida vemos que este organismo no debería ser deficitario”.
“Hay una contracara que podemos demostrar con los aportes y todo lo que la caja genera”, y aunque “no podemos llegar a la información entendemos que dentro del organismo se puede facilitar muchísima cosa en cuanto a los números, trámites y burocracia que creemos pueden cambiar” para “llegar a ser eficiente”.
Sobre dónde aplicar esa eficiencia, mencionó como ejemplo “de muchísimas cosas que se pueden cambiar” y que no se entienden, que el BPS “suministre lentes cuando podría hacerlo la corporación médica”.
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