Desde 1907 existe en Villa del Carmen, en el departamento de Durazno, una asociación civil para fomentar y apoyar iniciativas de trabajo y actividades socioculturales vinculadas a la producción agropecuaria del medio rural.
La Liga del Trabajo del Carmen fue fundada como una gremial agropecuaria, asociada a la Federación Rural, que actúa en caso de necesidad de opiniones y apoya iniciativas de trabajo de diversa índole, de acuerdo a las demandas sociales y productivas de la zona del Carmen.
Fue fundada a principio del siglo pasado por el mismo precursor de la Liga del Trabajo de Molles en Carlos Reyles, una de las primeras federadas del interior junto a la Liga del Carmen. Al momento de la fundación, integrantes de la comisión directiva abrieron un local de feria en la localidad, que realizaba importantes eventos, puesto que era prácticamente la única forma de comercialización de ganado.
En la actualidad, la Liga cuenta con cerca de 90 socios activos, la mayoría vinculados con el medio rural. En su actividad cotidiana, se encarga de la gestión de dos campos de recría de terneras otorgados por el Instituto de Colonización, uno de los cuales lo manejan junto con la Cooperativa El Fogón y Colonia Gallinal, que permite a los productores tener acceso a un lugar donde puedan llevar el ganado para pastoreo hasta los dos años. Además, la Liga participa de la Mesa Departamental de Desarrollo Rural y de la Comisión de Seguridad.
La ingeniera agrónoma Stella Mérola integra la comisión directiva, y contó a La Mañana sobre el trabajo de la Liga del Trabajo acompañando el desarrollo productivo de Villa del Carmen.
Ganadería, viñedos y forestación
La ingeniera agrónoma y productora señaló que el trabajo de la Liga implica “apoyar iniciativas de trabajo y acompañar cualquier iniciativa en el relacionamiento con las instituciones públicas que tenga la sociedad. Una de las últimas fue un llamado al director de OSE para solicitar una red de saneamiento para el Carmen”.
“Tenemos en la sede social un salón que se utilizaba previo a la pandemia para reuniones y fiestas. Eventualmente la Liga del Trabajo organizaba reuniones bailables que son típicas del interior, y se organizaba antiguamente el raid”, relató Stella.
La Liga ha acompañado la historia de Villa del Carmen en todas las formas evolutivas que ha tenido la economía agropecuaria y la sociedad de la zona. Históricamente, la actividad predominante fue la ganadería, aunque después funcionó por muchos años la viticultura –que ha oscilado a lo largo de los años– y actualmente funcionan dos empresas de capitales extranjeros.
Finalmente apareció el rubro de la forestación, que se ha incrementado significativamente en los alrededores del Carmen. “Esto eventualmente da trabajo. Hubo un boom en la época de la plantación, donde había un trabajo casi permanente. Luego hubo trabajos de motosierra, pero eso ha ido desapareciendo con la cosecha automática y hay algo de nuevas plantaciones, pero en menor magnitud”, aseguró.
La Liga del Trabajo con el rubro forestal no ha tenido demasiado contacto, afirmó Mérola, “la idiosincrasia va un poco más ligada a los temas ganaderos. Las empresas forestales no están tan integradas a la sociedad, contratan los operarios que necesitan y poco más. Eventualmente se organiza alguna reunión informativa de la lucha contra incendios, y ahí sí se trabaja en conjunto con la Liga dando algún curso con bomberos”.
Esa es la otra área de acción de la Liga vinculada a la actividad cultural, organizando cursos de lo que haya demanda en el momento por parte de la sociedad. “Hemos realizado cursos, por ejemplo, para encargados de establecimientos rurales con el Plan Agropecuario, entrenamiento de perros de trabajo, y ahora otro rubro en el que estamos ligados es en un proyecto de ser Agente Territorial de Desarrollo junto al Ministerio de Ganadería, y desde ahí hacemos proyectos por ejemplo para productores rurales familiares”.
Combatir el despoblamiento rural mediante capacitación
En este momento se encuentran llevando a cabo un proyecto llamado ‘Más agua para el desarrollo rural’, donde se han realizado perforaciones de agua semisurgente para bebederos y distribución del agua en los predios, y otro llamado ‘Más valor’, que procura la integración a la cadena comercial y funciona con un grupo de mujeres artesanas en lana, con la intención de conformar un plan estratégico de marketing.
“Lo que intentamos es que la poca gente que va quedando en el campo por lo menos pueda mantenerse arraigada a sus actividades productivas. Si hay una familia de pequeños productores, hoy en día es muy probable que busquen o tengan un trabajo afuera, y muchas veces el tema de la lana sirve a la señora para tener un empleo sin salir de su casa. En el proyecto ‘Más valor’ algunas de las integrantes me decían que representa hoy un 40% del ingreso del hogar, o sea que si eso se valoriza aún más, podría aumentar y mejorar la calidad de vida en el campo”, contó Stella.
Y lo mismo sucede con otros oficios. “Cuando se trata de dictar cursos, se aplica siempre a la parte de la ganadería que ha sido históricamente lo que ha arraigado a la gente al campo, la forestación en cambio no lo hace, la expulsa. Son cada vez más las estancias con cascos enormes que quedan abandonados y la gente se va al Mevir, y difícilmente se reinsertan al campo”, reflexionó la ingeniera.
La realidad es que en esos casos deberían crearse nuevas fuentes de empleo para atender a esa población en la ciudad, un problema recurrente, “o si quieren volver al medio rural deben aprenderlo de otra manera, porque antes el niño crecía en el campo y aprendía con sus padres a trabajar, hoy eso ha cambiado radicalmente y la tecnología en el medio rural es una realidad”.
“Yo vivo en el campo, soy productora, y me manejo yo sola con poco personal, hoy es difícil encontrar a alguien diestro en algunas tareas”, dijo Stella, que luego de irse joven de Villa del Carmen a estudiar y vivir varios años en el exterior optó por volver y dedicarse a la actividad en el medio rural. “De joven no estuve vinculada a la Liga, pero al volver me fui integrando, principalmente cuando la Liga se empezó a vincular con los proyectos de desarrollo rural”, contó.
“Para los pequeños productores es útil esta política de desarrollo, capaz que no es todo lo que se necesita pero es una buena ayuda. Por ejemplo lo del agua es de vital importancia para los establecimientos y se han hecho otros proyectos de mejoramiento de pasturas, de divisiones de los campos, siempre acompañados de capacitaciones técnicas para los productores”, concluyó.
TE PUEDE INTERESAR