Diego Riccetto de cabaña Don Amílcar dijo que se necesitan políticas de Estado para incrementar el rodeo ovino, pero además la alimentación juega un papel fundamental si queremos tener el mejor ovino posible.
Este año la raza Texel en la Expo Prado es “de nuevo la raza de mayor cantidad de animales con muy buen nivel y muy parejos en calidad”, dijo Diego Riccetto de Don Amílcar, reconocida cabaña Texel ubicada en Laguna de Negro, Cerro Largo.
“Texel produce 90% carne y 10% lana, es una oveja productora de corderos de mucha carne, de calidad, y buena habilidad materna”, además de ser “muy rústica y capaz de adaptarse a cualquier lugar del Uruguay y de América”, y a eso se agrega “la calidad de carcasa y la velocidad de crecimiento”, expresó el cabañero en declaraciones s La Mañana.
“Hoy las condiciones y las perspectivas de la carne ovina son inmejorables. El mundo está ávido de carne ovina y nosotros tenemos que empezar a trabajar en pro de aumentar el stock porque de lo contrario nos quedamos sin corderos. Tenemos que trabajar en una política de Estado para aumentar el número de ovinos”, subrayó.
Para hacerlo “una de las medidas es mantener hembras por algunos años”, y eso “vale para todas las razas” con la ventaja de que el ciclo de la oveja es muy rápido.
No menor es la importancia de la alimentación. Al respecto, Riccetto dijo que en Don Amílcar, los corderos reciben ración desde los tres meses: “Les damos Bioración que ofrece un producto muy bueno, sumamente seguro y eso es muy importante para nosotros, la seguridad a la hora de brindar la ración”.
“Bioración tiene opciones para los ovinos en crecimiento que es por donde arrancamos, es una ración con bastante proteína y después seguimos con la línea de carneros que ya es para animales más adultos”.
El resultado es “muy buena conversión, además de la seguridad; nunca tuvimos ningún problema sanitario de ningún tipo y los animales aprenden a comer en pocas horas”, aseguró.
“Es la ración que usamos para animales que destinamos a exposición, cuando buscamos conformar al mejor animal le damos Bioración”, concluyó.
Una tarea que une a toda la familia
En la labor de la cría de Texel, Ricetto es un inspirador para las nuevas generaciones de su familia. Es que sus hijas María Pía, Manuela y Federica, de 10, seis y nueve años de edad, observan con mucho entusiasmo la actividad que realiza su padre y, lenta pero activamente, ponen su propia cuota de ayuda. “Nos gusta arreglarles la cama, darles de comer y de tomar”, anuncia la pequeña María Pía a La Mañana. Con enormes ojos, presta atención a todo lo que pueda necesitar el ovino.
Manuela, por su parte, le alcanza a su padre con sumo cuidado el agua que habrán de beber. No es la primera Expo Prado que visitan, y se las pueden ver entusiasmadas entre los corrales. Además, es una oportunidad en que las niñas expanden su campo de conocimiento hacia otros animales. “Nos gusta recorrer el Prado”, admite Federica, y Ricetto sonríe orgulloso, pues sabe que hay futuro para rato.
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