Al norte del país, en el límite entre Rivera y Tacuarembó, se encuentra un área protegida con un entorno natural único. En medio de las quebradas y cascadas, el turismo ha cobrado fuerza, y la nueva normalidad resultó ser un aliado inesperado.
En 2014, César Viera estudiaba contabilidad y al terminar el año
volvió a su casa en Tranqueras. En esa época, un grupo pidió entrar al
establecimiento rural de la familia, El Gavilán, en el kilómetro 233 de la Ruta
30, a unos 20 kilómetros de Tranqueras. Les dijeron que era un predio privado,
pero les permitieron ingresar. “Querían ver el valle desde arriba, que se ve
desde la casa. Cuando volvieron me dijeron ‘tenes un lugar espectacular,
deberían trabajar con el turismo, explotarlo’. Yo estaba estudiando y no le
presté tanta atención, pero se lo comenté a papá. Había una página web, Uruguay
ignorado, que estaba promocionando el lugar como de entrada libre, nos
contactamos para pedir que lo cambiaran, y el dueño nos propuso poner nuestro
teléfono y cobrar una entrada, para que la gente entrara y sacara fotos”, contó
César a La Mañana.
En ese entonces, la familia pensaba vender el campo porque no era productivo para la ganadería, pero a raíz de la visibilidad que le dio la página empezó a venir gente, “ahí me interesó y empecé a hacer senderos. El primero lo hice en casa, en la quebrada de El Gavilán. Los vecinos también se interesaron, me empezaron a llamar para llevar gente a sus predios, porque hasta entonces entraba la gente de forma desordenada”.
“Poco después comenzaron a aparecer programas de televisión, vino Sebastián Beltrame de En Foco, después Uruguay por dentro de Jorge Landi, y Americando con Lopecito. Todos esos programas fueron de promoción para aumentar el turismo acá. Cuando vino Beltrame en 2017 la Posada del Lunarejo (primer alojamiento de la zona) estaba cerrada porque no daba el turismo, estaba muerto. No había casi nada, principalmente porque no era conocido y además porque la ruta 30 (por donde se accede al valle) estaba en muy mal estado”, aseguró el guía turístico.
El auge del ecoturismo
A partir del programa en 2017, una semana antes de Semana Santa, el Valle del Lunarejo explotó. “Demasiada gente, no dábamos abasto”, aseguró Cesar. A partir de ahí reabrió la Posada Lunarejo, y abrieron nuevas opciones de hospedaje, Miradores del Valle, Cueva del indio, Posada del Valle, Santa Josefa, además de Cabañas San Cono y Posada Don Andres en Tranqueras, y cuando arreglaron la ruta, en 2018, el flujo de turistas siguió incrementándose, “pero más expandido, había más lugares a donde ir”.
Los puntos más fuertes en el Lunarejo son el carnaval, porque la gente va de pasada a Artigas, la semana de turismo y vacaciones de primavera. Cesar aseguró que estaban confiados en seguir creciendo este año “teníamos todo para mejorar en 2020, la gente se estaba comunicando desde diciembre del 2019, y el 13 de marzo pasó lo que pasó y pasamos tres meses encerrados en casa sin recibir un solo turista, ni un peso, solo pagando cuentas”.
Además de los senderos por el día, comentó, “hago la travesía del Cañón de Laureles, que dura tres días, nos metemos en el monte con el agua hasta el pecho en algunas partes, llevando la mochila arriba, carpas, sobre de dormir, acampando en el medio de la cascada más alta del Uruguay, que está en Rincón de Vassouras, la cascada del indio, la cascada grande, del Timbauba, paso hondo, y otras”. Para tener una idea, la cascada grande mide unos 22 metros. Pero más adelante se encuentra el paso hondo que tiene 48 metros de altura. Ambas en el arroyo Laureles, que es el límite natural departamental.
Las oportunidades de la pandemia
“Al principio pensamos que seríamos los últimos en retomar, porque trabajamos con el público directamente. Entonces nos pasó el protocolo el SNAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) para el ingreso de las personas, podíamos recibir de a un núcleo familiar por día, y nos seguimos manteniendo en contacto continuamente para monitorear la situación” dijo Viera.
“Ahora se flexibilizó la posibilidad de recibir grupos, y empezó a aumentar el flujo turístico, nuestro fuerte son empresas que vienen todos los fines de semana. Yo tengo varias que vienen de Montevideo, son empresas de viaje aventura, que traen grupos de entre 15 y 18 personas por fin de semana” afirmó.
“Con esto del turismo interno ha explotado inmensamente lo que es el Valle del Lunarejo, tengo todos los fines de semana del 2020 llenos y todo el 2021 copado por las empresas. Pensábamos que estábamos muertos pero fue al contrario. Fue el momento de levantar el turismo uruguayo, y estamos muy contentos. La gente piensa que Uruguay es un país de playas y llanuras, que no hay quebradas ni cascadas, entonces cuando vienen acá a Rivera y Tacuarembó se enloquecen”, aseguró César entusiasmado.
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